MÉXICO | THE NEW YORK TIMES
Cuando el gobierno de Ciudad de México legalizó el aborto, el año pasado, creyó que esa posibilidad estaría a disposición de toda mujer que lo solicitara. Pero, hay mayoritario rechazo de los ginecólogos.
Las mujeres más pobres han recurrido desde hace muchos años a clínicas ilegales y parteras, al tiempo que mujeres ricas visitaban consultorios de médicos particulares que, discretamente, estuvieran dispuestos a poner fin a embarazos no deseados. Sin embargo, ayudar a mujeres pobres a que tengan acceso igualitario al procedimiento ha resultado ser casi tan complicado como la aprobación de la ley, lo que constituye un radical cambio en este país católico y en una región donde casi todos los países restringen severamente los abortos.
Desde que la Legislatura de la ciudad votó la ley en abril de 2007, casi 85 por ciento de los ginecólogos en los hospitales públicos de la ciudad se han declarado objetores de conciencia. Al mismo tiempo, las mujeres se quejan de que incluso en los hospitales que llevan a cabo los abortos, integrantes del personal a menudo se muestran hostiles, degradándolas y poniéndoles obstáculos burocráticos.
"Tuvimos que resolver la forma en que ofrecíamos este servicio de manera improvisada``, dijo el Secretario de Salud de la ciudad, Dr. Armando Ahued. "Estuvimos aprendiendo sobre la marcha``.
Ahora, al tiempo que el gobierno de izquierda de la ciudad reorganiza sus servicios de abortos, la ley llegó a la Suprema Corte de Justicia de México. Ocho Ministros ya se pronunciaron en favor de que la ley es constitucional.
La Suprema Corte escuchó 40 testimonios a favor y 40 en contra del aborto durante seis audiencias públicas, las cuales empezaron en abril.
En el resto de México, los estados permiten los abortos solamente bajo circunstancias limitadas, como en caso de violación e incesto, al tiempo que el grupo por los derechos Human Rights Watch informa que, en la práctica, es casi imposible que se practiquen abortos.
La Ciudad de México ha pasado por alto la batalla filosófica, impulsando planes que, a decir de algunos funcionarios, les ayudarán a estar a la altura del espíritu de la ley. "Para las personas que tienen dinero, esto no fue problema, ni en lo más mínimo``, dijo Ahued, quien considera que la ley es una forma de corregir un error que puso a muchas mujeres pobres en peligro. "Pero, nuestra gente sin recursos, ¿qué podía hacer? Acudía a clínicas clandestinas``.
Luego que tantos médicos se negaran a llevar a cabo los abortos, la ciudad contrató a cuatro nuevos médicos para que ayuden a manejar la carga en los 14 hospitales de la ciudad, donde la urbe empezó a ofrecer abortos en las primeras etapas. Actualmente, hay 35 médicos que ofrecen el procedimiento en instalaciones médicas de la ciudad.
Los propios médicos están a la vanguardia cuando se trata de elegir bandos. Una ginecóloga que trabaja en un hospital público, y es madre desde fecha reciente, dijo que ella era una objetora debido a que se sentía incómoda ante la idea de cortar una vida. Algunas mujeres, dijo, "son irresponsables, ya que existen los anticonceptivos``. Pidió que no se la identificara.
Quienes han elegido practicar abortos dicen que no ha sido fácil. La Doctora Laura García fue la única de 13 ginecólogos en su hospital que accedió a ofrecer abortos el año pasado. Algunos días, dice, ella practica hasta siete u ocho abortos quirúrgicos.
"Yo estoy contribuyendo al rescate de los derechos de la mujer``, dijo García. "En México, las mujeres siempre han sido marginadas``.
Permitido hasta 12 semanas
La ley que rige en Ciudad de México establece la legalidad del aborto realizado durante las primeras 12 semanas de gestación. Asimismo, reduce la pena de prisión, que era de uno a tres años, a entre tres y seis meses, para los casos de mujeres que se sometan a abortos después del plazo fijado.