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Juicio de alto riesgo y bajo medidas de seguridad extremas

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Brooklyn: el famoso puente se cerrará al paso del Chapo. Foto: Reuters

El caso "Chapo" Guzmán

El área de Brooklyn estará blindada por unos cuatro meses.

Un jurado de siete mujeres y cinco hombres juzgará desde hoy martes en Nueva York al narco mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán, durante dos décadas jefe máximo del Cartel de Sinaloa.

La semana pasada fue la elección del jurado, que se realizó durante tres jornadas con escenas poco habituales, como el temor a ser asesinado de algunos candidatos o el hecho de que una persona fuese rechazada por pedir un autógrafo del Chapo.

El juez que preside el proceso en la corte federal de Brooklyn, Brian Cogan, decidió no tomarles juramento del cargo hasta hoy mismo, preocupado de que alguno pudiera arrepentirse de ser jurado.

Durante el juicio no se conocerá el nombre de los integrantes del jurado, ni dónde viven o trabajan.

Este proceso se realiza entre severas medidas de seguridad, que han rodeado la vida del mexicano desde que fuera extraditado a Estados Unidos en enero del 2017. Las medidas van desde las condiciones extremas de su encarcelamiento hasta su transporte a la corte, y se extienden más allá para proteger a los jurados y a los testigos de una posible venganza del capo, del que las autoridades temen que use sicarios para secuestrar y asesinar a quienes testifiquen en su contra.

Guzmán (61) está en el ala más segura de la Metropolitan Correctional Center en Manhattan, una de las prisiones más fiables del país, donde es mantenido 23 horas en una celda de 18 metros cuadrados donde nunca se apaga la luz, con una pequeña ventana opaca que no le permite ver el exterior. Tampoco tiene contacto con otros presos, ni con su esposa, y no sale al patio debido a su historial de haberse fugado en dos ocasiones de cárceles de máxima seguridad en México.

Solo se le permite una hora para ejercitarse y una llamada mensual de 15 minutos a su madre y hermana que es escuchada por las autoridades. También se le ha permitido una Biblia y un diccionario del inglés al español.

A sus abogados tampoco se les permite contacto físico con su cliente, y ni siquiera con sus hijas de siete años que le han visitado ya que todo ocurre en una habitación con una pared de vidrio, desde la cual Guzmán solo puede mantener una conversación.

Algunos reos que han estado en sus mismas condiciones han calificado a la sección 10 South de la cárcel en la que está el Chapo de "cámara de tortura".

Sus traslados a la corte de Brooklyn, donde se lleva el proceso en su contra para audiencias previas al juicio, han sido un dolor de cabeza para los neoyorquinos que utilizan el puente de Brooklyn, cerca de la cárcel donde el Chapo aguarda su juicio. Dicho paso se cierra mientras dura el recorrido del convoy de vehículos y policías fuertemente armados. La comitiva es vigilada desde un helicóptero policial. Esas medidas serán desde hoy dos veces al día, y en las horas punta, mientras dure un juicio que podría extenderse hasta cuatro meses.

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