JERUSALEN | AP AFP
Las lámparas del nuevo museo del Holocausto de Israel tienen impactos de metralla que datan del levantamiento del Gueto de Varsovia de 1943. En el piso, se ven apiladas latas de Zyklon B que abastecían a las cámaras de gas. También se exhiben anteojos, zapatos, cucharas, cepillos de dientes, diarios y cartas que pertenecían a las víctimas.
El museo —que requirió una inversión de 56 millones de dólares y abre sus puertas esta semana en el monumento al Holocausto Yad Vashem de Jerusalén— busca ofrecer una visión íntima de las tragedias individuales del genocidio nazi.
Las ceremonias inaugurales se realizarán hoy y mañana y se espera que asistan dignatarios de todo el mundo, entre ellos 15 jefes de estado y de gobierno, el secretario general de la ONU Kofi Annan y el alcalde de la ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg.
El único representante de Latinoamérica será el vicepresidente de la República Dominicana, Rafael Alburquerque. En su país hallaron refugio 40.000 víctimas judías del régimen nazi.
Sus creadores sostienen que el viejo museo de Yad Vashem, que abrió sus puertas en 1973 y cuyo tamaño equivale a la cuarta parte del nuevo, no podía responder al creciente interés internacional en el Holocausto.
En los últimos años se han abierto varios museos más elaborados que el Yad Vashem. Muchos israelíes sentían desde hace tiempo que su museo necesitaba una importante renovación.
La actualización fue financiada principalmente por donantes privados, pero también por el gobierno israelí y la Conferencia de Reclamos Judíos Contra Alemania.
La seguridad para las ceremonias de inauguración estará reforzada. Cientos de agentes policiales y voluntarios estarán emplazados en los alrededores de los lugares de las ceremonias y en los hoteles en los que se hospeden los dignatarios.
Los creadores del nuevo museo sostienen que su meta es contar la historia del asesinato nazi de seis millones de judíos, a través de una perspectiva judía.
Al edificio se accede por un vestíbulo en cuyo suelo están grabados los nombres de los 22 campos de la muerte más importantes y donde una llama permanece encendida.
En el pórtico se eleva la columna del recuerdo, de 30 metros de altura, en la que está grabada la palabra Zkhor, que en hebreo quiere decir Recuerda.
Yad Vashem alberga un centro de investigación sobre la Shoah, una escuela con alumnos de diferentes edades, y una base de datos de las víctimas que cuenta con cerca de tres millones de fichas actualizadas.
El nuevo museo ocupa una galería de 180 metros de largo que se extiende bajo una inmensa bóveda triangular que está enfocada hacia una roca de una colina de Jerusalén oeste.
El nuevo museo, diseñado por el arquitecto israelí-estadounidense Moshe Safdie, es una estructura semejante a un prisma de 4.200 metros cuadrados.
Su nombre está inspirado en un versículo de la Biblia (Capítulo 56, 5) donde, a través del profeta, Dios promete dar a ciertos seres un lugar y un nombre para su memoria.
Protestas
El memorial de Yad Vashem es considerado el más importante centro de investigaciones sobre el Holocausto del mundo y se calcula que podrán visitarlo dos millones de personas por año, sobre todo jóvenes, para los que se incorporaron las más modernas formas de comunicación multimedia.
Buena parte del nuevo Museo se encuentra bajo tierra y en ese ámbito los corredores imponen un angustioso recorrido: "Se tiene la sensación claustrofóbica de ser prisioneros", comentó el diario Haaretz.
En el pórtico de entrada se eleva la columna del recuerdo, de 30 metros de altura, en la que está grabada la palabra Zkhor, que en hebreo quiere decir Recuerda.
Al término del recorrido, el visitante se encuentra en una amplia terraza que ofrece una vista espectacular de Jerusalén, un bálsamo después de la intensa experiencia vivida.