ESTRASBURGO | NEWSWEEK y
"EL PAIS" DE MADRID
El Consejo de Europa, que reúne a los miembros de la UE más otros 21 países del Viejo Continente, consideró ayer creíbles las afirmaciones de organizaciones de derechos humanos y de medios de comunicación de que la CIA trasladó a presuntos terroristas en aviones que surcaron el cielo europeo y se posaron en algunos de sus aeropuertos.
El senador y ex fiscal suizo Dick Marty, que dirige la investigación de la organización europea con sede en Estrasburgo, aseguró ayer tener "indicios" que sustentan las alegaciones sobre la existencia de cárceles secretas administradas por el espionaje estadounidense. Marty consideró además las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, una prueba más de que se produjeron las transferencias de detenidos. "Niega que haya habido transferencias de presos para ser torturados, pero no niega que se hayan producido traslados de presos en general, sostuvo Marty ayer, en una entrevista con este diario.
"No tenemos auténticas pruebas, pero tenemos indicios que dan sustancia a las alegaciones. Entre esos indicios, el investigador del Consejo de Europa destaca el secuestro del imán Hassan Mustafa Osama Nasr, de origen egipcio, por agentes de la CIA en febrero de 2003 en Milán, y el caso del ciudadano alemán de origen libanés, Khaled al Masri, secuestrado por la CIA en Macedonia.
"Esos hechos demuestran que hay una metodología detrás. Que hay una logística y personal dedicado a perpetrar esos secuestros", asegura Marty, designado para dirigir estas averiguaciones hace un mes.
Acerca de las revelaciones del ministro de Exteriores turco, Abdulah Gül, quien el domingo aseguró que un avión de la CIA hizo escala en Barcelona a finales de octubre, camino de Azerbaiyán, Marty asegura tener conocimiento de esas afirmaciones, pero dice no poder hablar del asunto "para no perjudicar a la investigación".
El investigador suizo coincide con las informaciones desveladas por al cadena estadounidense ABC, según las cuales la CIA cerró los centros de detención que mantenía en suelo europeo, tras desvelarse su existencia. Marty también apunta que "parece difícil que estas acciones tuvieran lugar sin un cierto grado de colaboración (entre los gobiernos europeos y el de EEUU)", y añade que también existía la posibilidad de que los servicios secretos europeos hubieran tenido conocimiento de los traslados y no informaron a los Gobiernos.
El Consejo de Europa pidió al centro de satélites de la Unión Europea, situado en Torrejón de Ardoz —Madrid—, imágenes de emplazamientos en Rumania y Polonia, que podrían haber sido utilizados para el traslado de supuestos terroristas. Solicitó además a la organización Europea para la seguridad en la Navegación Aérea —Eurocontrol— información sobre los vuelos que supuestamente cruzaron el espacio aéreo o aterrizaron en suelo de la UE.
El centro de Torrejón consideró que proporcionar ese tipo de imágenes no entraba dentro de sus funciones. Ahora, la Comisión Europea trata de interceder para que Torrejón ceda las imágenes.
¿Hasta qué punto las fotografías pueden ser una prueba definitiva? "Hay que analizarlas con detenimiento. Pueden aportarnos la información necesaria, dice Marty, quien rechaza que las fotografías por satélite puedan resultar engañosas como sucedió con las presuntas pruebas que Colin Powell presentó en la ONU para justificar la guerra de Irak.
Para Marty, los hechos conocidos hasta ahora, justifican una investigación en profundidad, pero las instituciones europeas no parecen muy decididas a enarbolar esa bandera. Bruselas delegó en el Consejo de Europa estos trabajos, y el Parlamento europeo votará mañana la posible apertura de una comisión de investigación, que en principio será temporal y por tanto, con escasas atribuciones. La UE y al menos ocho Estados miembros manifestaron su intención de pedir explicaciones a Washington por el supuesto uso de suelo europeo para transferir a detenidos a países donde podrían ser torturados para lograr su confesión, la práctica conocida como "rendición extraordinaria".
El Consejo de Europa ha fijado un plazo de tres meses para que los Gobiernos europeos se pronuncien acerca de lo que saben sobre los supuestos vuelos de la CIA.
CUIDADO. Fuentes antiterroristas contactadas por la revista estadounidense Newsweek, sin embargo, aseguran que muchos gobiernos europeos estaban informados de al menos algunos detalles de los vuelos, antes de que estos ocurrieran. Los gobiernos podrían haber estado al tanto de lo que pasaba en sus espacios aéreos con los aviones de la CIA, pero hicieron como que no se enteraban, no quisieron preguntar mucho (o nada) y Estados Unidos no dio ninguna respuesta. Y ahora, algunos investigadores estiman que los países europeos involucrados no van a estar muy dispuestos a colaborar porque corren el riesgo de verse enchastrados por el escándalo.
El diario británico, The Guardian, ha informado de vuelos desde aeropuertos y bases militares británicas unas 200 veces desde el 11 de setiembre de 2001. Medios alemanes hablaron de 437 vuelos desde suelo alemán.
Claves
El 2 de noviembre, el diario Washington Post publicó un reportaje en el cual señalaba evidencias de la existencia de prisiones secretas de la CIA en ocho países, algunos de ellos en Europa Oriental. Esto formaba parte de un sistema carcelario establecido hacía cuatro años.
La asociación Human Rights Watch señaló a Polonia como la principal base de estas prisiones donde se encarcelaban e interrogaban sospechosos de terrorismo. También indicó que Rumania era un país de tránsito para el traslado de detenidos. Ambos países negaron tales afirmaciones.
Desde que la información se hizo pública, investigadores europeos creen que Estados Unidos ya no tienen prisioneros en ese continente. Todos ellos habrían sido trasladados hacia Africa.
Tanto Washington como varias capitales europeas están siendo presionadas para que informen sobre un número indeterminado de vuelos de la CIA en Europa.
El diario The Guardian, británico, afirmó a su vez que aviones de la CIA han partido de aeropuertos ingleses unas 200 veces desde el 11 de setiembre de 2001. Los medios alemanes informaron la semana pasada que esos mismos vuelos partieron en 437 oportunidades de territorio germanos. Se sospecha que en esos vuelos se trasladaban prisioneros hacia centros clandestinos de detención, lo que rompería las normas continentales referentes a los derechos humanos.
Por lo menos ocho estados miembros de la Unión Europea, muchos de ellos llevando adelante sus propias investigaciones, demandaron el mes pasado aclaraciones por parte del gobierno de Estados Unidos.
Según el artículo original de Washington Post, treinta de los detenidos son importantes sospechosos de terrorismo y han sido mantenidos en estos centros de la CIA calificados de "agujeros negros". Viven completamente aislados, no se les reconocen derechos legales ni se les permite ser revisados por médicos.