El Dresdner Bank asume su pasado nazi

Berlín - Más de sesenta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las empresas alemanas reconocen con más facilidad haberse beneficiado del régimen nazi, como el Dresdner Bank, que asume su responsabilidad en un estudio presentado el viernes.

En cuatro volúmenes con cerca de 2.400 páginas, historiadores independientes detallan las actividades del banco desde 1931, cuando la crisis económica llevó al Estado alemán a adquirir el 91% de su capital, hasta 1945.

El mismo Dresdner Bank encargó el estudio, que ha costado 1,6 millones de euros y ha necesitado ocho años de trabajo.

La conclusión es dura: "el banco era culpable y no víctima", subraya el historiador que dirigió los trabajos, Klaus-Dietmar Henke, que habló de "complicidad" con el régimen nazi.

El banco "utilizó sin escrúpulos todas las posibilidades de hacer negocios que le ofrecía la política de agresión y racial del Tercer Reich", indica otro investigador, Johannes Bahr. Esta línea estuvo apoyada por "el conjunto de la dirección" y se manifestó "en todos los niveles".

El Dresdner Bank mantuvo, con conocimiento de causa, relaciones con el régimen nazi, convirtiéndose en el principal acreedor de las SS y cesando de pagar las pensiones de las personas deportadas. "La división de personal sabía que la deportación era la muerte", destaca el historiador Dieter Ziegler.

Como gran accionista de Breslauer Huta, que participó en la construcción de Auschwitz, el banco financió indirectamente los hornos crematorios. Se benefició también del avance del ejército alemán por toda Europa.

"Aceptamos estas verdades, aunque duelan", declaró el directivo del banco Wulf Meier, que explicó que el Dresdner Bank "asume la responsabilidad moral de sus actos" con la publicación de este estudio.

El banco, que ya contribuye a un fondo de indemnización de los trabajadores forzados, no tiene previsto realizar ningún otro gesto financiero.

El estudio contribuye también a poner fin a la "leyenda" de que sólo hubo casos aislados de colaboración económica, subrayan los investigadores.

Recuerdan que en la posguerra se denunció a IG Farben, fabricante del gas Zyklon B utilizado en las cámaras de gas, o a distribuidores de armas, como el industrial Alfred Krupp, y que en el Dresdner Bank se endosó la responsabilidad a dos directivos nazis convencidos.

"Se buscaron unos chivos expiatorios y se olvidó", dice Henkel. Al menos hasta los años noventa, cuando grandes firmas de la industria alemana como Volkswagen, DaimleChrysler, BMW o Degussa abrieron sus archivos y se conoció la amplitud de la colaboración del mundo económico con el régimen nazi.

En el sector bancario, Deutsche Bank fue el primero en publicar un estudio en 1995 y Commerzbank prepara uno para este año, mientras que las cajas de ahorro, muy implicadas, prefieren por el momento cerrar los ojos, dice Henke.

"El capitalismo estaba profundamente implicado en el régimen. No sólo afecta al Dresdner Bank", indicó el historiador.

AFP

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