Once días después del comienzo de la guerra contra Irak, el gobierno de Estados Unidos reconoce que no tiene certeza de si Saddam Hussein está vivo o muerto y no ha podido identificar quién, en Bagdad, se encuentra al comando de las fuerzas militares iraquíes.
Las autoridades dijeron, en varias entrevistas, que Saddam estaba en un búnker plenamente localizado el 19 de marzo, en la noche en que empezó la campaña bélica, en el momento en que el lugar fue elegido como blanco de misiles crucero y bombas destructoras de búnkers. Asimismo, comentaron que creían que varios importantes miembros del círculo íntimo de Saddam se encontraban junto a él.
Hasta ayer, las autoridades solo habían dicho que creían que Saddam estuvo allí ese día, pero no si se encontraba en el edificio a la hora en que se produjo el ataque.
Al concurrir a un programa periodístico en televisión ayer, el secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, nuevamente planteó la posibilidad de que Saddam hubiera muerto en el bombardeo de la primera noche de la guerra, y se refirió a informaciones no confirmadas de que miembros de su familia —incluyendo su primera esposa, la madre de sus dos hijos— habían comenzado a huir, como señal de la creciente desesperación existente en el liderazgo iraquí.
Por un lado, Rumsfeld dijo que no estaba seguro de que Saddam todavía estuviera vivo, y por otro comentó que la incertidumbre sobre la suerte del gobernante podría tener un efecto desalentador en los iraquíes que todavía son leales a su gobierno.
"Han visto un ataque contra su liderazgo y nosotros no hemos visto a ese liderazgo desde entonces", indicó Rumsfeld al aparecer en Fox News Sunday. "¿Dónde está Saddam Hussein? ¿Dónde está Qusai, su hijo mayor? ¿Dónde está Udai, su hijo menor? No hablan".
"Por consiguiente, quien sea iraquí y se encuentre en ese país y analice las circunstancia, diría: esto no va bien. Nuestra liderazgo, al parecer, desapareció", manifestó Rumsfeld. "Las familias de algunos de los líderes parecen estar huyendo del país. Creo que los iraquíes deben tener la sensación de que las cosas no marchan bien".
No quedó en claro si las declaraciones de Rumsfeld reflejaron la renovada esperanza en el ámbito del gobierno del presidente George W. Bush de que Saddam esté muerto. Altos jerarcas dijeron que esas declaraciones pueden formar parte de una estrategia destinada a convencer al pueblo iraquí de que sus líderes se han ido o para tratar de inducir a Saddam y sus hijos a que demuestren que están con vida.
Desde que comenzó la guerra, la CIA y el Pentágono no han podido reunir pruebas concluyentes de que el líder iraquí murió. Tampoco han identificado a otros líderes que pueden haber muerto.
Se estima que la CIA y unidades de las Fuerzas Especiales han estado buscando a los lugartenientes de Saddam. Pero los servicios de inteligencia estadounidenses no han podido identificar a ningún integrante del círculo íntimo de Saddam que haya muerto en la guerra. Los dos hijos de Saddam, que controlan muchos elementos de la seguridad iraquí, no han sido vistos desde que estalló la guerra.
Ayer, la televisión de Irak informó que Saddam se había reunido con altos jerarcas, incluyendo su hijo Qusai. Pero ninguna filmación corroboró esa afirmación.
Jerarcas de los servicios de inteligencia dijeron que no habían podido determinar quién está coordinando y comandando las fuerzas iraquíes. Agregaron que no tenían pruebas de que Saddam o sus hijos estuvieran impartiendo órdenes, aunque podrían estar haciéndolo.
"Puedo decir esto: no he visto pruebas creíbles durante los últimos días, de que el régimen sea controlado por las máximas jerarquías", dijo el jefe del Comando Central de Estados Unidos, Gral. Tommy R. Franks.
Oficiales se los servicios de inteligencia dijeron que creen que las autoridades iraquíes, desde Bagdad, todavía tienen capacidad para coordinar, hasta cierto grado, las operaciones militares, pese al gran daño infligido al sistema de comunicaciones por los frecuentes bombardeos. Los iraquíes todavía tienen operativos sistemas de comunicaciones de alta tecnología, y para suplir los daños, también utilizan métodos más elementales como son los mensajeros. © The New York Times