La asunción de Milei en las calles de Buenos Aires: remeras, vuvuzelas, Calamaro y el sueño del cambio

“Policía, policía”, era el grito de muchos que avalaban mano dura. "No hay plata" y la "casta tiene miedo", gritaban el domingo en las calles porteñas.

Compartir esta noticia
Argentina se prepara para el comienzo del Gobierno de Javier Milei
Las remeras con cara de león se vendían a $ 8000
Foto: EFE

Eran las ocho de la mañana y la multitud comenzaba a acercarse a la Plaza del Congreso, donde al mediodía asumiría Javier Milei. La Libertad Avanza había convocado a ir con banderas argentinas, pero muchos llevaban las amarillas y negras del novel partido que llegó al poder.

Con bombos y cornetas un grupo de unas 20 personas marcaron el ritmo del principio de la jornada, tocando “Muchachos, esta noche me emborracho”, la canción de La Mosca Tsé-Tsé que hace exactamente un año era la banda sonora de la selección de Messi que estaba a punto de ser campeona del mundo. También interpretaron insistentemente “Para no olvidar”, el tema de Los Rodríguez, el grupo de Andrés Calamaro -el músico que hizo público su apoyo a Milei- lideraba en la década de 1990.

Muchos llevaban la camiseta de la selección argentina. Y para quien no tuviera nada que lo identificara, estaban las decenas de vendedores de banderas, remeras y bandanas de argentina o del partido libertario. La bandera argentina salía $ 2.000, las de La Libertad Avanza $ 5.000 y las remeras $ 8.000. Haciendo el cambio al dólar blue, serían unos US$ 2, US$ 4,5 y US$ 8. Había distintos modelos: la que decía “Milei presidente”, la que decía “Javier Milei” y tenía dibujado el león que fue su símbolo durante la campaña, y otra con una caricatura del mandatario, con una sierra eléctrica en la mano y con la inscripción: “No hay plata”.

“No hay plata”, también, fue uno de los gritos que más se repitieron en la Plaza del Congreso, y luego frente a la Casa Rosada, donde Milei recibió a las delegaciones internacionales, entre otros al presidente Luis Lacalle Pou. En la calle cada tanto alguien gritaba que “viva la libertad, carajo”, y entonces todos repetían sin dudarlo: “¡viva!”. Por eso cuando Milei cerró así su discurso, la ovación fue estruendosa. Otros cantaban que “los que se van, no vuelven más”, que “la casta tiene miedo” o “se siente, se siente, peluca presidente”.

Había gente de todo tipo, desde jóvenes a ancianos, de los que aparentaban ser de clase alta a personas muy pobres, de River y de Boca… El 56% que votó por el cambio estaba allí representado.

Milei asumió, dio su discurso en la escalinata del Congreso ante una impresionante multitud celeste y blanca, y se trasladó desde allí a la Casa Rosada. Muchos esperaron al costado de la calle, detrás del vallado, para poder saludarlo, cuando pasó en un auto Mercedes-Benz CLK Cabriolet de primera generación, un coche de lujo que salió a la venta en 1996, por la histórica Av. 25 de Mayo. El libertario iba junto a su hermana, sonriente. Lo acompañó, a caballo, un grupo de granaderos que también recibió aplausos. Una mujer llorando, en 25 de Mayo y Montevideo, gritaba “granaderos, granaderos”. Durante el discurso, cuando Milei prometió mano dura en el combate a la delincuencia, otros gritaron “policía, policía”. En la calle, a pocas cuadras de allí, dos jóvenes fueron detenidos por robar celulares. Estaban en el piso, esposados, rodeados de policías. Algunos gritaban: “se terminó”, “ahora a laburar”, “no los saquen más”.

Ya en Corrientes, en la puerta de un bar, varios miraban la televisión. Cuando apareció Cristina Fernández en la pantalla también hubo gritos: “por fin te vas”, “nunca más kirchnerismo”, “viva la libertad”.

En la calle, ayer, como pasó pocas veces en los últimos años de la historia argentina, el peronismo fue minoría. Milei pidió en su discurso paciencia ante los cambios que se vienen, porque “no hay plata”, “no hay alternativa al ajuste y al shock” y lo que se hará “impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”. Y prometió: “Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción”. En esta parte del discurso las ovaciones, los aplausos, no fueron tantos. Milei dijo que “habrá luz al final del camino”. Muchos argentinos tienen la esperanza de que así sea.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Javier Milei

Te puede interesar