Acá es el lugar de las quejas?", preguntó una anciana al intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich en el patio del salón comunal "La Proa".
"Sí. Es acá", respondió el jefe comunal con parsimonia.
La anciana narró a Ehrlich los ruidos molestos que padece cuando una orquesta toca en el club de su barrio. Otra vecina le contó que a su hija se la llevaron esposada de la feria de Villa Biarritz hace un mes y que la IMM le quería cobrar una multa de $ 6.000 para devolverle sus mercaderías. Una anciana le agradeció que la comuna retirara un basural que se había formado cerca de su casa.
Minutos más tarde, ya en el sótano del salón comunal "La Proa", los asesores del intendente cargaban con un banderín regalado por un niño del Club Fray Bentos; un buzo con una imagen de Torres García en el pecho y una artesanía elaborada por una vecina del salón "La Proa"
Pero a no engañarse. En las giras del intendente y sus directores no siempre se observa momentos positivos como grupos de niños jugando al ajedrez con un reloj que medía el tiempo de cada uno de los jugadores (La Proa); conocer la nueva sede de la Casa de la Mujer (La Unión) o ver exposiciones de dulces o mermeladas elaboradas por cooperativas de mujeres (Cedel Casavalle).
Al ingresar ayer en la policlínica municipal Yucatán, situada sobre las calles Yucatán y Algarrobo, Ehrlich vio a un niño con un ataque de asma siendo atendido en un pasillo.
Las funcionarias del centro asistencial trasmitieron al jefe comunal la necesidad de contar con una mayor capacidad locativa. En la policlínica, dijeron, se atienden unos 100 pacientes diarios, la mayoría adultos y ancianos. "Estamos desbordados por la consulta pediátrica. Es que acá vienen usuarios que pertenecen a otros barrios", explicó una médica al intendente de Montevideo.
El vademécum de la policlínica es escaso. Los funcionarios mostraron a Ehrlich medio centenar de cajas de remedios ubicadas dentro de un armario metálico. Las medicinas, dijeron, "no son muchas pero alcanzan para los requerimientos de nuestros usuarios".
Pablo Anzalone, director de Salud de la IMM, transmitió a los funcionarios de la policlínica que la comuna buscaba en la zona otros locales más adecuados como sede del centro.
CRACKS. A pocas cuadras de allí, en Agaces y 20 de Febrero, se encuentra el Club de Baby Fútbol Río Negro. Casas bajas y humildes se ubican frente a la cancha de tierra del club.
Hugo Burgueño, directivo del centro deportivo, señaló a Ehrlich que la intención de los vecinos de la zona "es levantar" la institución para que los niños del barrio tengan una alternativa a la calle.
En el club también funciona un merendero.
"Acá vienen niños que no tienen una taza de café con leche para merendar. Entre todos los vecinos vamos a tratar de hacer un merendero", dijo.
Tras observar todas las copas obtenidas por el club, Ehrlich dijo que la Secretaría de Deportes de la comuna brindará apoyos materiales para la construcción de canchas de Baby Fútbol y de zonas de entretenimientos para niñas y adultos mayores.
Conforme con las promesas del jefe comunal, Burgueño dijo que en la zona no hay otro espacio público de diversión para niños o adolescentes.
Ya distendido, presentó a Ehrlich a dos niños: uno era considerado el crack del barrio y el otro era el arquero de la selección nacional de Baby Fútbol. Ambos militaban en el Fray Bentos.
Trasladan paradas
A partir del próximo miércoles, dejarán de operar las paradas de trasbordo para el transporte colectivo urbano ubicadas en la plaza Independencia, según informó ayer la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM).
Los trasbordos para salir del Centro se realizarán en 18 de Julio, entre las calles Andes y Río Branco. También el miércoles 27 comenzará a operar una parada de trasbordo en la calle Wilson Ferreira Aldunate y Soriano. Todas las líneas de transporte que circulen por Soriano continuarán por esta vía de tránsito hasta su estacionamiento en calle Camacuá. Los ómnibus que ingresan por plaza Independencia bajarán por Ciudadela, 25 de Mayo, Juncal y Cerrito.