Redacción El País
La mayor parte del alumnado de tercer año de educación media consumió al menos alguna sustancia psicoactiva en durante 2022. Así se concluyó en el último estudio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) que se presentó este jueves. También se encontró que la percepción de seguridad que tienen los estudiantes en Uruguay tiene una “relación directa y significativa” con el “clima del aula, la violencia barrial y la apertura hacia la diversidad”.
El informe -que analiza la violencia en los centros educativos- dedicó un capítulo entero al consumo de drogas, y halló -como lo han hecho otros estudios en menores de edad- que el nivel de uso depende del género, la edad y el contexto socioeconómico de los alumnos.
¿Cuánto se consume de cada una de las sustancias psicoactivas? A nivel global, las bebidas energizantes (69,4%) y alcohólicas (62,1%) son las que mayor prevalencia tuvieron entre los estudiantes a los que relevó el instituto.
A estas les siguieron los medicamentos tranquilizantes o estimulantes (18,9%), el tabaco (13,5%) y marihuana (11,4%). Por último, la cocaína, pasta base, hachís, alucinógenos y éxtasis marcaron un 4%.
El reporte, al que accedió El País, lleva por título “La incidencia del clima escolar sobre la percepción de seguridad de los estudiantes y sus desempeños”, y se presentó este jueves en la mañana en el Parque Tecnológico del LATU.
Diferenciado
En cuanto al consumo de sustancias psicoactivas, al diferenciar por género, las mujeres tienen un uso más alto de medicamentos que los varones; en tanto, en ellos es mayor el uso de bebidas energizantes. Así lo indicó el estudio que, además, informó que los alumnos que no se identifican como varones o mujeres suelen consumir más medicamentos, tabaco y marihuana.
El informe, que separa los datos según el tipo de centro educativo, encontró que quienes van a escuelas técnicas de formación profesional básica tienen una “mayor prevalencia de consumo para casi todo el conjunto de drogas relevadas, con la excepción de las bebidas energizantes, consumidas en mayor medida por los estudiantes de liceos públicos y escuelas técnicas con ciclo básico tecnológico”.
Por último, al diferenciar por región, se “evidencia que la prevalencia en el consumo de alguna sustancia psicoactiva es mayor en el interior (85,5%) que en Montevideo (80,7%)”. Y se da la particularidad, asimismo, de que hay un menor uso del tabaco en la capital en comparación al resto del país, siendo 10,8% y 15% respectivamente.
También se analizó la influencia de los grupos de pares entre los adolescentes, al preguntarles a los estudiantes cuántos de sus amigos utilizaron alguna de las sustancias en el último año. En ese sentido, la mitad de los consultados (51,6%) respondió que “uno o más de sus amigos cercanos tomó alcohol regularmente en el último año”, un 23,1% reportó que “alguno ha fumado marihuana regularmente” y casi un 10% que usó cocaína, alucinógenos, éxtasis, metanfetaminas o anfetaminas.
Y añade el reporte: “Al analizar el consumo de drogas individual, declarado por los estudiantes, con relación al de los amigos más cercanos, se observa un incremento en el uso individual de alcohol, marihuana y otras sustancias a medida que aumenta la cantidad de amigos cercanos que ha consumido cada una de estas drogas en los últimos 12 meses”.
Resultados
Más allá del consumo de drogas, el estudio identificó cuáles son los factores -sean positivos o negativos- que se vinculan al desempeño de los estudiantes que cursan tercero de educación media.
De esta manera, se incorporó como un aspecto de incidencia positiva en el rendimiento del alumnado el que haya un clima de aula de aceptación de la diversidad e igualdad de género. Este factor se sumó a los ya conocidos como el “contexto socioeconómico y cultural” del centro y la persona, y la “motivación y autorregulación del aprendizaje de los estudiantes”.
Al mismo tiempo se identificaron como variables con un impacto negativo a las “conductas de riesgo externalizantes (hiperactividad, agresividad y comportamientos oposicionistas) y el consumo de drogas”.
Yendo a los resultados, el instituto indicó que a nivel de resultados de matemática y lectura el “contexto socioeconómico y cultural del centro y del estudiante se asocian a mejores desempeños” en estos dos ámbitos, “mientras que tener mayor edad se asocia con peores desempeños”.
Otros dos hallazgos del reporte fueron que “vivir en el interior del país se relaciona negativamente con los resultados en matemática”, y que las “mujeres alcanzan resultados peores a los varones” en las dos áreas.
Sobre este último punto, se señala que “en este análisis, además de considerar el contexto socioeconómico del centro, el estatus socioeconómico de las familias, la edad (indicador de trayectorias educativas) y la zona de residencia de los estudiantes, también se toman en cuenta otros factores, tanto protectores como de riesgo sobre el clima escolar”.
Y continua el escrito: “Por lo tanto, cuando se compara mujeres y varones con iguales niveles de conductas de riesgo y consumo de drogas, mismos niveles de motivación y autorregulación, de vínculos y de actitudes hacia la diversidad e igualdad de género, se observa que los varones obtienen puntajes superiores a las mujeres en ambas pruebas”.
Seguridad
Por otra parte, el Ineed estudió la percepción de seguridad de los alumnos en los liceos, y halló que los “contextos socioeconómicos más favorables, mejor clima de aula y mayor apertura hacia la diversidad en el centro educativo inciden favorablemente”. En cambio, continuó el informe, “ser mujer o identificarse con otro género (distinto de mujer o varón) y la percepción sobre violencia barrial influyen negativamente”.
Y se concluyó que el “aspecto escolar con mayor relevancia es el clima del aula”.
Ante los resultados del estudio, el instituto marcó la “importancia de profundizar en el trabajo de la convivencia escolar, a través del fortalecimiento de los vínculos, del abordaje de los conflictos a través del diálogo, de la promoción de la participación de los estudiantes y del respeto y la valoración de la diversidad”.
Y marcó que “resulta necesario atender las diferencias a nivel de género y del contexto socioeconómico que se observan en la percepción de seguridad de los estudiantes, de modo de que los centros educativos sean un espacio seguro para todos”.
La misión del Ineed, consiste en evaluar la calidad de la educación nacional a través de estudios específicos y el desarrollo de líneas de investigación educativas. La idea es que este material se utilice para mejorar el sistema actual.
Por edad
En el informe se señala que “se observa que a medida que aumenta (la edad), crece el consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y marihuana”. Además de que los “estudiantes de 16 años o más presentan una mayor prevalencia de consumo de medicamentos y otras dro- gas (cocaína, pasta base, hachís, alucinógenos o éxtasis), con relación a sus compañeros de menor edad”. Por otra par-te, se halla que el “consumo de bebidas ener- gizantes parece ser más frecuente entre los estudiantes de menor edad”. A nivel global, el 69,4% respondió que la consumió en el último año.
“El conflicto es parte inherente”
El informe que se presentó este jueves retoma los datos del Aristas Media 2022 que se presentaron el año pasado con los resultados de la prueba nacional en lectura y matemática de los estudiantes de tercero de la educación media.
En el reporte, previo a informar los resultados del estudio, se recordó que la “violencia en los centros educativos no es un fenómeno nuevo ni está limitada exclusivamente a Uruguay”. Y que, a su vez, el “conflicto es parte inherente de la convivencia”.
No obstante, se apuntó que a partir del año 2022 observan un aumento en la “percepción de la violencia en los entornos de enseñanza” del país, en especial en la educación media.
“Esto no solo se constata en la prensa, en la cual por lo general se difunden aquellos hechos más llamativos o impactantes (amenazas con armas, robos, etc.), pero que no son los que predominan en la cotidianidad del espacio escolar, sino que también se recoge en las percepciones de los estudiantes relevadas a través de Aristas Media 2022”, se indicó en el informe. Es más, hubo un incremento de la “percepción de inseguridad de los estudiantes de tercero de educación media (secundaria y técnica), principalmente en las áreas de uso común al interior de las instituciones” de 2018 a 2022.
Una de las constataciones del estudio, señaló el Ineed al cierre del informe, es la “importancia de seguir explorando y construyendo evidencia” desde el instituto “acerca del consumo de drogas de los estudiantes, dados sus efectos negativos sobre el clima de aula (e indi- rectamente sobre la percepción de seguridad) y sobre los desempeños”.
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