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Niñas y jóvenes en las TICS, de Casavalle al mundo con la primera UTU tecnológica exclusiva para mujeres

Ubicado en Casavalle Los Rosales recibe 400 niñas entre nivel inicial, primaria, secundaria y club de niñas; desde temprana edad trabaja en el pensamiento computacional.

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Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Foto: Los Rosales

"No muchas mujeres pueden hacer esto, somos privilegiadas porque es el primer liceo tecnológico solo de chicas”, dice una adolescente de octavo año con una sonrisa enorme cuando le preguntan sobre su paso por Los Rosales, el centro donde cursa el ciclo básico tecnológico de mujeres pionero en el Uruguay.

Ubicado en Casavalle desde hace 32 años, sobre Capitán Tula a metros de San Martín, el centro recibe 275 niñas entre nivel inicial, primaria y secundaria (hay más asistencia en otros programas y alcanzan a 800 familias) y desde temprana edad trabaja en el pensamiento computacional.

“Queremos hacer nuevos proyectos, salir de acá con conocimientos. Es una experiencia nueva que puede servir para muchas cosas”, reflexiona otra de las alumnas de octavo, grupo en el que la mayoría asisten al centro desde el CAIF o el colegio.

“Las egresadas son las principales promotoras de la institución”, asegura Cindy Ezquiaga, directora de primaria.

Niñas en las Tics

A la propuesta de ciclo básico se asiste en horario completo y la propuesta es la de una UTU tecnológica. Para el desarrollo integral de los jóvenes a través de su propuesta de Educación Media Básica, UTU propone Talleres Optativos Curriculares (TOC) y en Los Rosales, adaptándose a la demanda y a los recursos disponibles, estos hacen énfasis en herramientas informáticas y robótica. El enfoque en estas áreas más un aumento de las horas de Tecnología, Inglés y Educación Física, asegura que los estudiantes adquieran una base sólida para su futuro educativo y profesional, detalla Inés Flores, Directora del Liceo Tecnológico.

Este año culmina el ciclo básico la generación con la que empezó el programa del colegio (en el 2005), es decir que algunas de las niñas hicieron todo su pasaje educativo por la institución, es una generación que comenzó en el nivel 5 y año a año siguieron incluso abriendo nuevos programas como este de la educación secundaria.

Concurren 70 chicas (educación inicial, primaria y secundaria funciona un solo grupo por grado, todos de tamaño reducido lo que posibilita la atención aún más personalizada). En términos de continuidad educativa, las egresadas tienen un camino claro hacia una educación superior más avanzada, ya sea en instituciones universitarias, técnicas o artísticas.

“No dejo de sorprenderme, tras terminar ciclo básico las chicas ya llegan a mayor nivel educativo que la mayoría de sus padres. A mí eso me ilusiona mucho porque es una herramienta no solo en lo pedagógico”, sostiene Flores.

Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Foto: Los Rosales

Diferencial

“La educación diferenciada es una corriente pedagógica como hay varias. En ella se busca potenciar las niñas, no es segregación por sexo. Es una decisión con sustento en lo pedagógico”, sentencia Ezquiaga, sobre la propuesta exclusiva para niñas.

Apostar a ellas en tecnología va en consonancia con la tendencia mundial y a todo lo que esa formación ofrece en el campo laboral como la inserción a corto plazo. El programa se enfoca en desarrollar competencias, habilidades y herramientas en tecnología, diferentes a las de la educación más tradicional.

La primera generación de este ciclo básico culmina en diciembre y esperan en marzo poder comenzar con bachillerato, un proyecto que solo necesita apoyo financiero para hacerse realidad.

Además, Los Rosales trabaja en primaria y secundaria por preceptorías, un acompañamiento uno a uno que funciona como articulación entre la familia, los técnicos, las niñas y el cuerpo docente para buscar las fortalezas y debilidades de cada una a través de entrevistas quincenales o mensuales. Cada preceptor puede entonces conocer la realidad más allá de lo que se ve a simple vista y atender las necesidades, por pequeñas que sean, en tiempo y forma. Esto vale tanto para el funcionamiento académico como en el plano social.

El centro cuenta con psicopedagoga y psicóloga que trabajan a nivel institucional, pero en caso de requerir atención clínica se hacen intervenciones individuales a través de convenio con organizaciones que agilizan todo lo que se podría hacer por mutualistas, salud pública y BPS. También hay intervenciones por casos de violencia de diferentes tipos, abusos, drogadicciones o alcoholismo en el hogar que crean situaciones a nivel emocional que obstaculizan el aprendizaje. En caso de ser pertinente se judicializa.

Ramas

Al CAIF asisten 306 niños de entre 0 y 3 años (se implementa además el plan de experiencias oportunas) lo que lo convierte en el proyecto más grande de este tipo en Uruguay. Se trabaja en turno matutino, vespertino o completo de 8 horas y se suma la alimentación correspondiente.

Inicial y primaria funcionan de 8:30 a 16:15. En el turno de la mañana se imparte lo que es académico, habilitado por ANEP y tras el almuerzo tienen una extensión horaria que complementa la actividad con actividades extracurriculares como educación física, danza, inglés y apoyo escolar.

El único taller que se da por la mañana con la presencia de la maestra de curso es el de robótica y tecnología porque se compagina mucho con el tema académico. Concurren a esta rama de la institución unas 173 niñas desde nivel 4 a sexto de primaria.

Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Los Rosales, propuesta educativa en Casavalle
Foto: Los rosales

Valores

El Opus Dei vela por la inspiración cristiana del centro y le da identidad, la religión no es una condición para ser parte. En el colegio y ciclo básico tienen una instancia de formación religiosa que los padres entienden y respetan, pero que no los obliga, por ejemplo, a tomar sacramentos; es un espacio para la dimensión más trascendental y espiritual, una instancia de reflexión y autoconocimiento.

En esos niveles, además del sistema de becas la institución le cobra a cada familia una cuota, actualmente de $ 4.500. Quienes no pueden asumir ese costo pueden aportar de otra manera acordada con la institución.

“En la familia son los primeros educadores. Nosotros los acompañamos en los procesos de educación pero siempre necesitamos de su compromiso”, argumenta Paola Terra, directora general de la institución.

Para hacer posible la propuesta, que incluye la elaboración de todas las comidas que se dan, trabajan 110 personas y 15 voluntarias. La respuesta del barrio es muy buena y en todos los grupos hay lista de espera para el ingreso aunque confiesan que no hacen difusión de las inscripciones porque sería imposible con los cupos e infraestructura disponibles.

Para el funcionamiento de la institución es fundamental el rol de los de los benefactores. Becar a una niña hoy tiene un valor de US$ 2.160 anuales. El acto va más allá de lo monetario: todo el año se le da al padrino feedback sobre el desempeño y la vida de esa alumna.

“Necesitamos cada vez más padrinos. Este año termina el ciclo básico y en 2025 seguiremos creciendo”, explica Terra. En www.losrosales.edu está disponible un formulario para aportar mediante becas completas o montos mensuales a través de tarjetas de crédito. También pueden donarse las millas de Itaú, hacer transferencia bancaria por el monto que se desee o al 0900-9018 con $ 140 y 0900-9019 con $ 200. Aceptan otro tipo de donaciones.

Las puertas del local están abiertas para conocer el lugar de primera mano, porque para la dirección no hay mejor forma de creer en el proyecto que viendo cómo funciona y escuchando a las niñas.

Educación más allá de lo formal

Por la tarde, de 12:30 a 16:15, 164 niñas de entre 4 y 12 años que durante la mañana concurren a otras escuelas o colegios del barrio se suman al programa de Club de niñas que se inició en 1994. Las que no almorzaron en la escuela lo hacen allí y antes de retirarse meriendan. Se les da acompañamiento de estudios y actividades en formato talleres como de deporte, inglés, música, danza que apuntan a lo recreativo para diferenciarse del sistema educativo formal. En lo pedagógico se abordan áreas más instrumentales como la atención, memoria y percepción para a través de ellas fortalecer las más específicas, siempre en grupos multigrado.

También hay un espacio de Educación continua, talleres que se organizan cada semestre, abierto a mujeres del barrio con el fin de dar apoyo a las emprendedoras a través del fortalecimiento de áreas digitales para el empleo. Generalmente son en colaboración con empresas privadas que buscan fomentar el empleo en la zona.

Cada jueves por la tarde se desarrollan las reuniones del Club de Abuelas, otro de los programas, al que asisten unas 25 mujeres para conseguir algún propósito solidario, como una forma más de generar comunidad.

Todos los martes son además la sede de un consultorio jurídico abierto al barrio en convenio con la Universidad de Montevideo. Los casos de pensiones alimenticias, tenencia y patria potestad son las tres áreas más demandadas de la zona y en las que más ayudan los estudiantes y profesores que lo componen.

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