Redacción El País
A días de que comience el mes de noviembre, se acerca el penúltimo feriado del año para todos los uruguayos. El próximo domingo 2 de noviembre se celebrará el Día de los Difuntos.
Se trata de un feriado laborable, pero es un asueto que nunca se corre de fecha, según la ley N° 16.805, en la redacción dada por la ley N° 17.414. En este sentido, al ocurrir un domingo este año, no configura un fin de semana largo en noviembre.
"Decrétase la paralización del trabajo el 2 de noviembre destinado a la conmemoración de los muertos", indica el artículo 2 de la ley N° 6.997, que data del año 1919 y fijó la fecha como un feriado.
¿Cómo se cobra por trabajar en este feriado?
En este feriado, debido a que es laborable, la remuneración es afectada dependiendo de si el trabajador es jornalero o mensual, según informó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) en su sitio web.
En estos días de asueto, si se detiene la actividad, el trabajador que gana un salario por día no cobrará su jornal, mientras que el trabajador mensual cobrará el mismo sueldo de siempre. "Si se trabaja, el jornalero cobrará por ese día, pero al mensual no se le paga más de la cantidad fija", se explicó desde la cartera.
¿Cuál es el origen del Día de los Difuntos?
En el también llamado Día de los Muertos o Día de los Fieles Difuntos, para los católicos, las personas se abocan a recordar a las personas fallecidas, por lo que las líneas de transporte público que pasan por cementerios suelen reforzar su frecuencia y las necrópolis acostumbran funcionar con horarios especiales, debido a su mayor concurrencia durante la jornada.
"El origen de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos se remonta al 2 de noviembre del año 998. Fue instituido por el monje benedictino San Odilón de Francia. A partir del siglo XVI fue adoptada en Roma y comenzó a conmemorarse entre los católicos de todo el mundo", se explica en el sitio web de la Iglesia Católica de Montevideo.
La celebración mexicana del "Día de Muertos", que ganó popularidad en el mundo, refiere a la adaptación al calendario cristiano de los rituales realizados por indígenas desde tiempos prehispánicos, según explica el Gobierno de México.
En este sentido, durante esta jornada, pero también en la víspera, el 1° de noviembre, Día de Todos los Santos, se colocan ofrendas en las tumbas y altares decorados con flores, alguna comida que le gustara al homenajeado y un incienso.
Con esta costumbre, la creencia indica que se ayuda a conducir a las almas a transitar un buen camino tras la muerte. Esta festividad mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2008 y hasta llegó a celebrarse en Uruguay.