Los ronquidos son causa de enfermedades del corazón

| Causa de problemas matrimoniales, los trastornos en el sueño generan hipertensión y otros problemas de salud

EN EL CLINICAS. Paciente en el hospital universitario. Allí se hace diagnósticos sobre trastornos del sueño. 200x142
EN EL CLINICAS. Paciente en el hospital universitario. Allí se hace diagnósticos sobre trastornos del sueño.

CARINA NOVARESE

Los ronquidos no sólo generan codazos o gritos de protesta de cónyuges malhumorados por el molesto sonido nocturno; pueden terminar en apneas del sueño —una patología que se caracteriza por la interrupción de la respiración y que puede investir diversos grados de gravedad— y generalmente son una señal clara de problemas que pueden resultar complicados, entre ellos hipertensión y enfermedades cardíacas.

Salvo excepciones, el ronquido "de todos los días" suele instalarse, por razones que aún la ciencia no termina de descifrar, luego de los 40 años en los hombres y luego de la menopausia en las mujeres. Claro que en materia de ruidos molestos los hombres tienen amplia ventaja, dicen los investigadores.

Según explicó el médico neumólogo y especializado en medicina del sueño, Julio Real, a nivel mundial se estima que un 25% de los hombres mayores de 40, ronca. En el caso de las mujeres el porcentaje baja a 8%. Si se trata de apneas del sueño, este trastorno del sueño afecta a un 8% de los hombres y a un 3% de las mujeres.

URUGUAYOS RONCADORES. En Uruguay, sin embargo, el único estudio realizado en la materia confirmó un porcentaje bastante mayor. La investigación realizada en el año 2000 en el Servicio de Neumología del Hospital Policial —que dirige Real— estudió el sueño de 285 choferes profesionales masculinos de entre 40 y 50 años: del análisis de la información surgió que el 45% roncaba y que el 7% sufría de somnolencia diurna excesiva, un elemento fundamental en el caso de estas personas cuyo trabajo se desarrolla sobre un vehículo.

La cifra uruguaya es mayor al parámetro internacional pero muy similar a los números de países de la región como Argentina y Brasil. "Estimamos que además de los elementos físicos pueden haber circunstancias similares en la zona que tengan que ver con costumbres y hasta con hábitos alimenticios", explicó Real. Entre ellos es fundamental el sobrepeso, uno de los elementos que casi siempre va asociado al ronquido porque determina el aumento del volumen de grasa en el cuello, generando mayor presión en las paredes laterales de la garganta.

"No descartamos tampoco que el consumo de alcohol de la región —se estima que la prevalencia de alcoholismo es de 20 a 25% de la población—, puede ser otra de los elementos que influyen en el mayor porcentaje de roncadores", agregó Real.

ALERTA. "Durante mucho tiempo se consideró que el ronquido era sólo un molesto ruido", explicó Real. "Ahora se sabe que es una señal de alerta de que el aire no está pasando de manera fluida por la garganta".

Cuando una persona se duerme se produce una relajación general de los músculos del cuerpo, entre ellos los de la garganta. Durante el sueño y como consecuencia de la relajación de los músculos, el calibre de la garganta disminuye y se hace más dificultoso el pasaje de aire. Después de cierta edad la garganta o faringe queda más fláccida; cuando el aire pasa por allí determina la vibración que se traduce en un sonoro ronquido.

La alerta para los roncadores es a esta altura indiscutible. Las investigaciones confirman que los roncadores tienen mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares (de cuatro a cinco veces más que un no roncador) y de hipertensión, entre otros males.

Por otra parte, los roncadores tienen mayor chance de desarrollar una patología del sueño llamada apnea. El roncador "común y corriente", explicó Real, deja de serlo cuando se entra en la fase dos de este fenómeno: en ese caso la persona tiene que hacer un esfuerzo marcado para que el aire ingrese, lo que muchas veces genera que se despierte. "Esos despertarse suelen durar segundos y la mayoría de las personas no son conscientes de que se despertaron", señaló el médico.

Sin embargo, la suma de los despertares determinan consecuencias en el día: somnolencia, déficit de memoria, irritabilidad, pérdida de la capacidad de concentración, entre otros. La causa es la mala calidad del sueño y el problema tiene un nombre científico: síndrome de aumento de las resistencias de la vía de aire superior.

SUSTOS. La fase tres desemboca directamente en una apnea del sueño, en la cual se produce la interrupción de la respiración. El intervalo suele durar de cinco a 15 segundos y repetirse de 5 veces a más de 100 por hora. El estudio realizado en el Hospital Policial dio una probabilidad de apnea del 7% de la población estudiada.

Cuando se produce la apnea el cerebro es alertado de que no hay pasaje de aire y por eso la persona se despierta. En algunos casos ésto sólo se puede registrar por medio de aparatos; en otros, en cambio, la persona se despierta "en serio". En cualquier caso, el sueño normal es interrumpido, algo que se traduce nuevamente en consecuencias negativas durante el día.

A nivel médico se estima que hasta cinco apneas por hora de sueño no configuran una patología complicada. Los casos más graves registran de 100 a 120 interrupciones de la respiración, lo que supone que cada 40 segundos la persona puede despertarse.

A los problemas diurnos ya mencionados se suman depresión, trastornos sexuales y una gran incidencia de enfermedades cardiovasculares. "Hace poco escuché a un psiquiatra decir que si tiene un paciente de 40 a 45 años con un trastorno depresivo moderado a severo, lo primero que le pregunta es si ronca y si lo hace pide un estudio especial que confirme o descarte una apnea del sueño", señaló Real, quien dijo que en los últimos tiempos ha recibido más pacientes derivados por psquiatras por problemas de depresión que en su origen son motivadas por trastornos del sueño.

Por otra parte, la interrupción continua de la respiración tiene una relación directa con las enfermedades cardiovasculares, que son mucho más frecuentes en los pacientes con apnea del sueño. "Se mueren más y como consecuencia de enfermedades de este tipo: muerte súbita en la noche, arritmias, complicaciones de la hipertensión arterial".

Esto sucede porque la noche significa para el corazón lo mismo que para el ser humano en general: descanso. Durante el sueño la actividad cardíaca cae un 15%, lo que le permite "descansar" de su constante trabajo. En el caso de las apneas, sin embargo, el corazón casi no reposa porque cada despertar supone una descarga de adrenalina.

Por esta razón también las personas que sufren de apneas suelen tener problemas de presión arterial, porque en ellas no se produce la caída normal que suele darse durante la noche, cuando la presión suele estar en un promedio de 10.6. "Esto significa, en cifras, que el 30% de los pacientes con hipertensión arterial padecen también de apnea del sueño. Del otro lado, sabemos que el 50% de quienes tienen apneas son también hipertensos", explicó Real.

Los números siguen alertando: las pacientes con apnea tiene de cuatro a cinco veces más posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas. Por otra parte, el 50% de estas personas tienen insuficiencia cardíaca, una deficiencia en la fuerza del corazón.

MICROONDAS. La seriedad de lo que hasta hace poco tiempo se consideraba una anécdota divertida —"papa ronca, la abuela ronca"— o una molestia inocente, generó una búsqueda de nuevos tratamientos que intentan minimizar el impacto en la salud de los roncadores. El último avance recién se instaló en Argentina y consiste en una técnica que emplea radiofrecuencia para remodelar los tejidos del paladar; éstos son la causa detrás del origen de los ronquidos y en parte de las apneas, ya que al colapsar producen ambos fenómenos.

La intervención insume 10 minutos, requiere anestesia local y, a diferencia de otras terapias como la que se realiza con láser, no conlleva dolor post operatorio. Sin embargo, su efectividad e indicaciones aún no está lo suficientemente estudiada como para tomar conclusiones definitivas, advirtió Real. "El procedimiento funciona exactamente igual que un horno de microondas. La radiofrecuencia es la misma energía que usan los microondas para cocinar la comida. En este caso, en cambio, se "cocinan" los tejidos que vibran", dijo el médico.

Cómo dejar de roncar en Uruguay

En Uruguay se puede acceder a diversos mecanismos para mejorar el ronquido y, sobre todo, las apneas. En el caso del ronquido, la posibilidad de tratamiento más simple es la de dispositivos dentales, una suerte de prótesis dental que mueve el maxilar inferior a una posición más adelantada. De esta manera se logra "empujar" la lengua hacia adelante, separando a este órgano de la garganta y dejando más espacio para el pasaje del aire.

Este dispositivo, que por ahora se importa, puede costar hasta 400 dólares y no es cubierto por las mutualistas. Ahora, el médico especializado en trastornos del sueño Julio Real y un grupo de odontólogos, están trabajando en el desarrollo de un dispositivo similar nacional, que permitiría bajar el costo del tratamiento.

Los roncadores también pueden apelar a cirugías de diversa complejidad para solucionar su problema. La primera que se realizó —denominada uvulofalatolaringoplastia— aún se practica en Uruguay y supone un recorte de las estructuras de la faringe que vibran y producen el ronquido. Esta cirugía exige anestesia local y no es la primera indicación, explicó Real, salvo en los casos en que los pacientes no quieran usar una prótesis. Por otra parte, no está del todo confirmado que este tipo de cirugía beneficie a los pacientes con apneas y por eso sólo se recomienda en el caso de que sean moderadas.

Una segunda posibilidad de cirugía es la que se realiza con láser.

Con respecto a las apenas, el tratamiento más indicado sigue siendo el CPAP, un dispositivo que se coloca sobre la cara antes de dormir; es una mascarilla que envía un flujo de aire constante que permite mantener abierta la vía respiratoria. En Uruguay este dispositivo suele ser cubierto por Disse, aunque no es parte de los incluidos en la cobertura de la mayoría de las mutualistas y seguros.

clasificacion

En 1995 la Comisión Nacional de Investigación de Trastornos del Sueño de Estados Unidos evaluó que 40 millones de personas en ese país sufrían algún trastorno crónico del sueño y que entre 20 y 30 millones experimentaban síntomas intermitentes de sueño insuficiente por patologías variadas.

El insomnio y las apneas del sueño son los trastornos más frecuentes. La prevalencia media del insomnio en la población general es de un 35%, con un 10 a 15% de pacientes diagnosticados como moderada a severamente afectados. El insomnio afecta mayormente a mujeres y aumenta con la edad.

Los trastornos se dividen en cuatro áreas principales; las disomnias son trastornos que ocurren durante el sueño y que son intrínsecos al mismo, porque se originan dentro del organismo del individuo. Pueden producir somnolencias diurnas excesivas.

Las parasomnias ocurren durante el sueño pero no alteran la estructura de éste. Son fenómenos físicos que ocurren durante el sueño por activación inapropiada del Sistema Nervioso Central, que se transmiten al sistema muscular o al sistema nervioso autónomo. Incluyen el sonambulismo, somniloquias, los calambres nocturnos en los miembros inferiores, la pesadillas y el bruxismo (apretar los dientes). Si bien no inciden en el sueño, sí influyen en el estado físico de reposo.

Compleja ingeniería en tiempos del sueño

Un adulto sano, de entre 20 y 40 años, tiene un sueño en el que se pueden diferenciar dos etapas: el llamado sueño REM y noREM.

La etapa de sueño REM (por sus siglas en inglés, movimientos oculares rápidos) fue descubierta casi por casualidad por unos investigadores de la Universidad de Stanford que analizaban otras variables del sueño.

Así se dieron cuenta que durante ese período en que los ojos se movían de un lado hacia el otro, el cerebro mantiene una actividad parecida a la que tiene en la vigilia o a una etapa de sueño muy superficial.

En este período se tienen imágenes oníricas más frecuentemente.

Esta etapa se inicia unos 90 minutos después de empezar a dormir y se presenta sucesivas veces durante la noche, alternando con las etapas NO REM.

Los períodos de sueño NO REM incluyen cuatro etapas, en las que paulatinamente se produce un aumento del flujo sanguíneo cerebral pero una disminución de la actividad de este órgano.

Es fundamental durante este período la reparación de las células cerebrales.

Un ciclo completo de sueño oscila entre los 90 y 120 minutos de duración y suele componerse con las cuatra etapas NO REM seguidas de la REM.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar