Jueza determinó que asesinato de Ahielén Casavieja no fue femicidio y absolvió al acusado por el crimen de Saracho

La pena se fijó en 12 años de prisión; la Fiscalía había pedido la imposición de la pena máxima y los abogados del acusado defendían su inocencia

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Caso Ahielén. Foto: Francisco Flores

La jueza María Helena Mainard descartó que el asesinato de la adolescente Ahielén Casavieja (16 años) haya sido un femicidio, porque no quedó probado en juicio que Mauricio Docampo la haya matado producto de un odio, desprecio o menosprecio por su condición de tal. A su vez, lo absolvió por el femicidio de Karina Saracho (34 años). Sus restos óseos habían sido encontrados en el predio de su casa, donde también vive el hermano del acusado.

La Fiscalía lo había acusado de doble femicidio y había pedido una condena de 45 años de cárcel (entre la pena y medidas accesorias). Finalmente la jueza fijó la pena en 12 años y cuatro meses, según constató El País en la audiencia de condena.

Según la teoría del caso de la Fiscalía, Docampo mató a Ahielén luego de haberla captado en una parada de ómnibus en Santiago Vázquez el 11 de febrero de 2022. Ella estaba con un amigo (apodado el Pollo) cuando llegó el acusado junto a otro hombre, el "Gordo Nico". Docampo, según concluyó la investigación, le ofreció a ella pasta base y con una maniobra de distracción —mandándolos a comprar droga— logró sacarse de encima a los otros dos hombres y quedarse solo con ella.

En esa parada, de Luis Batlle Berres y Paurú, fue la última vez que fue vista con vida. El Gordo Nico, que conocía a Docampo, se acercó un rato después hasta la casa de él junto al hombre apodado Pollo para consumir todos juntos, pero ahí fue que Docampo les dijo que se fueran porque quería tener "privacidad" con la adolescente. Ellos no llegaron a ver a Ahielén en esa oportunidad.

La autopsia mostró que la joven estuvo viva cerca de 13 días. Encontraron sus restos en el predio de la casa del acusado el 3 de marzo de 2022, donde también estaban los de Karina Saracho, que había muerto —luego se constató— hacía unos seis meses.

La jueza entendió que no estaba probado que Docampo hubiera matado a Karina Saracho, dado que —entre otras cosas— su casa oficiaba de boca de drogas, donde circulaba mucha gente. Menos aún, de que la hubieran matado por su condición de mujer.

En el caso de Ahilén, afirmó que no era ni pareja del acusado ni está comprobado que hubiera habido un ataque sexual. Y aunque las pericias mostraban que Docampo tiene una visión "patriarcal" de la vida, "lamentablemente es la que impera en nuestra sociedad", explicó la juez.

Al aproximarse el final del juicio oral, Docampo declaró y dio su versión de los hechos: inculpó del crimen a los testigos, a un supuesto conocido de Ahielén y a un narco de la zona. Aseguró que si bien había ayudado a "encubrir" el homicidio, no era él quien había asesinado a la adolescente.

Sobre Saracho, advirtió que nunca la conoció y que él no vivía en ese predio a la fecha de su homicidio.

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