Fotógrafo tenía 300 fotos de modelos colgadas en la web

Ni en sus peores pesadillas, las modelos pensaron lo que les ocurriría durante unas sesiones de fotos. Tras ser drogadas, fueron desnudadas y luego obligadas a realizar poses eróticas para fotografiarlas.

Unas 300 fotos fueron "colgadas" en páginas web donde el fotógrafo ofrecía servicios sexuales y instrumentaba un sorteo de la mejor cola a $ 100 el voto. El ganador mantenía relaciones sexuales con una prostituta durante una hora y media. Algunos internautas llegaron a votar hasta seis veces por una chica.

Tras el procesamiento con prisión del fotógrafo, la Policía citará a declarar a cada uno de los apostadores para dilucidar si sabían como se habían realizado las fotos. Los investigadores también buscan a las modelos para determinar quienes fueron drogadas por el fotógrafo y quienes se prestaron en forma voluntaria a las sesiones.

Algunas de las modelos fotografiadas estaban semidormidas encima de la cama. Con la escasa percepción de la realidad que les quedaba tras consumir los narcóticos, algunas trataban de taparse. Era inútil.

OPERATIVA. Una de las modelos declaró ante efectivos del Departamento de Delitos Complejos y de la Seccional 1era. que, en ningún momento, perdió totalmente el conocimiento y que logró intuir que alguien le sacaba fotos. Sin embargo, no supo explicar dónde estuvo antes de aparecer vagando sin rumbo en una callejuela de la Ciudad Vieja.

El fotógrafo tiene 32 años. Es ingeniero en computación. Dicta clases de este materia en la UTU y estudia en la Facultad de Ciencias Económicas.

En ningún momento, confesó a la Policía su "modus operandi". Sin embargo, los investigadores pudieron armar el rompecabezas tras ubicar a la secretaria del fotógrafo.

La supuesta "Agencia Drapo Models" ponía un aviso solicitando jóvenes para una campaña publicitaria. Las interesadas debían contactarse por teléfono y luego enviar sus fotos y curriculum a una dirección de mail. El fotógrafo las seleccionaba y luego se comunicaba con su secretaria.

Le mencionaba el nombre de las modelos que debía citar, la hora y lugar del encuentro en una esquina de La Unión o Ciudad Vieja.

Las sesiones de fotos comenzaban con poses en las afueras del Museo Oceanográfico, situado sobre la rambla del Buceo. El fotógrafo pedía a las modelos poses clásicas. Al llegar la noche, las llevaba hacia la playa de Carrasco.

Allí les decía que iban a filmar un supuesto comercial. Les entregaba una bebida alcohólica que contenía un narcótico y comenzaban a filmar las piezas publicitarias. Solicitaba a las modelos que realizaran las pruebas en tres idiomas: inglés, portugués y español.

Para reiterar las pruebas, les expresaba que la toma había salido mal y las obligaba a beber otra vez el cóctel. A los 15 minutos, las jóvenes ya se encontraban a su disposición. Las colocaba dentro de su auto y las llevaba a un hotel de alta rotatividad.

En la habitación, el sujeto las desnudaba y continuaba con las fotos. Efectivos de la Sección Delitos Informáticos del Departamentos de Delitos Complejos comprobaron que, por lo menos, una modelo fue violada. Otra padeció lesiones. También hay fotografías de otras modelos, algunas de ellas menores de edad, que recibieron abusos sexuales sin penetración.