Dos días donde el rock fue el rey

1/1: 2007-10-15 00:00:00 500x500 ()

H. VAROLI Y S. AUYANET

Menos embarrado que el sábado y con más energía, terminó ayer el Pilsen Rock. El Parque de la Hispanidad volvió a estar repleto, los fanáticos cantaron con Buitres y para las autoridades fue un éxito, pese a un incidente entre jóvenes y policías.

El segundo día comenzó con el comentario entre los asistentes de un incidente que ocurrió el sábado a las 22 y 30, cuando tocaba Bersuit Vergarabat y unas 300 personas intentaron ingresar sin pagar.

Ayer de mañana, varios hablaban de una ausencia "notoria": la hipopótamo Pancha del zoológico de Durazno, lindero al Parque de la Hispanidad, no estaba en su estanque.

Después del mediodía, dentro del predio, Sinatras y Mandala probaban sonido mientras sobre el césped del parque aparecían vestigios de la noche anterior: un champión, un par de chinelas del mismo pie y un pequeño pozo de barro. "¿Pozo? ¡Eso es una ciénaga!", dijo uno de los miles espectadores frente al lugar que ayer hizo caer a más de uno.

"Fue altamente positivo el festival. Todo se dio dentro de lo normal. El domingo superamos las 150.000 personas", dijo el intendente Carmelo Vidalín. Son dos públicos: los cien mil que vienen por los espectáculos y los restantes que llegaron por la movida en la ciudad.

Cuando el sol picaba más fuerte llegó el turno de los protegidos del guitarrista Gustavo Parodi, de Buitres. Lo de Mandala no aporta mayores novedades a un tipo de música ya característico por lo previsible. Sin embargo, eso pareció enganchar a la entonces pequeña concurrencia, que se prendió desde el primer tema a saltar de un lado a otro del escenario.

La gente fue llegando de a poco. Los toques en el Parque comienzan puntuales o incluso adelantados a la hora estipulada, pero la fiesta es en toda la ciudad. La intensidad apenas disminuye durante la mañana, cuando la mayoría duerme y los vecinos salen de sus casas para hacer las compras del día. Luego, el ritmo lo marcan los jóvenes.

MÁS MÚSICA. Luego de Mandala llegaría Sinatras, banda que vivió un proceso diferente. La ambientación instrumental de ese grupo de rock inocente pero inteligente fue arrimándolos de a poco contra su vallado. Doble premio.

El caso de Sinatras es extraño, ya que les cuesta mucho sonar bien en vivo. En el Pilsen lo lograron a medias, pero eso fue suficiente como para demostrar que su apuesta es igual o más válida que la de cualquier otra banda de rock.

Luego aparecieron las Guachass, que llegaron con el karma de la "bandita de mujeres rockeras" sobre la espalda pero en dos minutos superaron los primeros chiflidos sugerentes. Lo hicieron con dos o tres golpes bien frontales de punk bien distorsionado, ruidoso y gritón.

Luego de una nueva presentación-arenga a cargo de Kairo Herrera (y van…) llegó una mini fiesta de seis temas a cargo de Vieja Historia y su country-pop-rock.

"¡Fes-ti-val. Festivaaal!", fue el grito de los pibes del Prado, que se comieron al público. Entraron, los sacudieron, los hicieron gritar, saltar, mover la cabeza suavemente con un par de baladas y harmónicas y volver a saltar.

El espectáculo continuó con Graffolitas (la banda de Durazno), Cursi, Chala Madre, Trotsky Vengarán, Buitres y Hereford. El cierre estuvo a cargo de los argentinos Catupecu Machu.

PROBLEMAS. Ayer, la gente se iba enterando de a poco de un incidente que ocurrió el sábado a las 22 y 30, cuando tocaba la Bersuit. Según varios testigos, hubo un enfrentamiento entre 200 o 300 asistentes con la Policía montada. Un grupo de jóvenes intentó entrar al festival sin pagar entrada. Tiraron piedras, botellas encendidas y rompieron un vallado, lo que generó la respuesta de la Policía. "Fue un gran lío, rompieron un cerco de madera, tiraban de todo hacia el interior del parque donde estaban los coraceros y se `pudrió` cuando hirieron un caballo de la Policía", dijo a El País una testigo que atendía uno de los puestos de venta frente al lugar.

Si bien algunos testigos dijeron que la Policía utilizó gases lacrimógenos y balas de goma, el jefe de Policía de Durazno, Miguel Ángel Magallanes transmitió a El País por su secretario que no se utilizaron y que no hubo detenidos.

Sin embargo, fuentes médicas dijeron que atendieron a una joven con un hematoma por una bala de goma. Una hora después todo volvió a la normalidad. El caballo fue sacrificado. Por lo demás, hubo algún incidente menor y algunos robos. El más grave fue un asalto a punta de pistola a un joven conductor. Le robaron el auto. (Producción: V. Rodríguez y M. E. Lima).

En medio de la efervescencia del Pilsen Rock, Durazno continúa padeciendo el drama de los inundados. Este fin de semana hubo 39 evacuados debido a las lluvias intensas que se registraron durante los días previos al festival.

En las rutas, lo más grave le ocurrió a una joven que se tropezó y un auto la tocó. Se fracturó una pierna, dijeron fuentes de Policía Caminera. Fue el sábado, en los accesos al Parque.

También hubo dos jóvenes detenidos por conducir alcoholizados. Cada uno había consumido el triple de alcohol de lo permitido. Les retuvieron el auto y les pusieron una multa de $ 5.070.

"Nada de fabricación militar puede ser buena onda". "No entremos en peleas organizadas por nuestros gobernantes para seguir en el poder. Un abrazo para la gente de Fray Bentos que todavía aguanta, a la de Colón y a la de Gualeguaychú". "No se agredan, usen esa energía con alguna de las chicas lindas que están en el concierto".

Salvo cuando se refirió a las papeleras, y que recibió una silbatina cerrada acompañada de abucheos, el fraserío de Gustavo Cordera, cantante de Bersuit Vergarabat, tuvo voces a favor, en contra o indiferentes. La extensa presentación de Bersuit cansó un poco a la ya extenuada concurrencia, por su extensión y algunos períodos de extrema quietud en el ambiente. Los viejos hits como "La Bolsa" o "Yo tomo" terminaron de justificar la entrada para los fanáticos que llegaron a verlos.

En cambio, Los Buenos Muchachos continúan ratificando su carrera en ascenso: este año llegaron a convertirse en uno de los actos de cierre, y su efectividad se probó una vez más.

La química de la música generada por las guitarras y la aguardentosa y por momentos críptica voz de Pedro Dalton cada vez se vuelve más difícil de eludir. El cierre del sábado estuvo a cargo de Rey Toro y esto no fue un detalle menor. Pese a que parte de la concurrencia abandonó el Parque para cuando el enorme esqueleto con cuernos irrumpió sobre el escenario, quienes se quedaron -alrededor de un 80%-, tuvieron la chance de ver otra banda que se puede poner un cierre de festival al hombro y hacer disfrutar de un género habitualmente calificado como "poco accesible" como lo es el heavy metal.

Es positiva la rotación en la parte alta de la grilla. Le brinda al Pilsen Rock la chance de no volverse previsible y terminar todos los años con la misma música.

LA GENTE

Jóvenes y no tanto llegaron a Durazno, coparon el Parque de la Hispanidad y se adueñaron por dos días de la ciudad. Sobre las 16 horas, la cifra de asistentes se acercaba a los 100.000.

LA SEGURIDAD

Dentro del predio, no hubo heridos. El vallado funcionó como se esperaba. Los que no pagaron la entrada quedaron afuera. "Estamos hablando de $ 80 por noche, por favor", dijo Claudio Picerno.

EL INTENDENTE VIDALÍN

Carmelo Vidalín fue otra vez protagonista. Se paseó por las calles, saludó a los visitantes e hizo travesuras: esta vez anduvo en moto y hasta se puso una peluca para una foto.

LAS BANDAS

Sets como el de Silverados, Malacate, Sinatras y Guatusi demostraron que la cantera del rock nacional no sólo mantiene el nivel, sino que se lanza a experimentar con éxito.

90.000 LITROS DE CERVEZA

Litros y litros de alcohol. Se tomó a cualquier hora y lugar. El año pasado se vendieron 7.800 cajones de cerveza y se tomaron casi 90.000 litros. Esa cifra se igualará este año.