POR GABRIELA ROCHA | grocha@elpais.com.uy
¿Cuál es el panorama actual de la industria del plástico?
El sector del plástico está enormemente atomizado. Calculamos que debe haber entre 120 y 200 empresas en el país que emplean a unas 4.000 personas. De esas, unas 70 son socias nuestras y representan el 90% de la actividad del sector. La mayoría se dedica a la fabricación de envases para otros rubros exportables del país, sobre todo para los productos del agro. La totalidad de las empresas facturan anualmente unos U$S 300 millones.
¿Cuáles son los principales mercados de los plásticos uruguayos?
Existen empresas como Cristalpet, una de las más importantes, que exporta a todo el mundo. Es impresionante y, la verdad, no sé cómo lo hace. En general, las empresas medianas no acceden mucho más allá de la región. Es muy difícil en la industria del plástico, que es intensiva en capital y donde la escala pesa muchísimo, competir a nivel mundial. Incluso las empresas multinacionales que se instalan en Uruguay, en general lo hacen para acceder a los mercados de la región.
¿Qué incidencia tiene para el sector el mercado interno?
Creció mucho estos últimos años gracias al aumento de la actividad económica del país. Aunque, para nosotros como para el resto de la industria, el incremento en la inversión y en el empleo ha sido mucho más cuidadoso que el crecimiento de la actividad general. Quizás porque no terminamos de creérnosla: no estamos para nada seguros de que esta bonanza que tenemos se haya traducido en reformas estructurales duraderas. Entonces es cuestión de aprovechar la situación, de utilizar la gran capacidad ociosa, pero tomar con mucho más cuidado inversiones para el futuro.
¿Opina entonces que ante una eventual recesión mundial, Uruguay acompañará la tendencia?
Personalmente es un atrevimiento opinar a nivel de los grandes economistas, pero estoy convencido de que no existen más los ciclos mundiales. Si los hay, son de duración determinada y además están sujetos a variaciones imprevisibles de todo tipo. No estoy tan seguro de que uno pueda decir: estos precios de los commodities van a durar tantos años más y después necesariamente va a venir la baja, o pasará algo determinado con el petróleo, o lo que sea. De todas maneras creo que Uruguay no está haciendo los deberes; si bien estamos manejando muy bien la coyuntura, no nos quejamos, pero cuando se termine, al día siguiente, se terminará la bonanza. No estamos construyendo algo sostenible a futuro.
¿Qué importancia reviste competencia externa para el sector?
Para las industrias del plástico, hay muchísima competencia del exterior y a precios increíblemente bajos. En mi rubro particularmente (Neosul trabaja con films de PVC y telas plásticas), permanentemente detectamos importaciones de Oriente a precios mucho menores de lo que cuesta la materia prima; esos son claros casos de competencia desleal. Pero no solamente vienen de Oriente, sino también de Brasil, un país que está caro, al que en teoría debería ser fácil exportar y que no debiera significar una amenaza en nuestro mercado.
La industria del calzado logró un arancel mínimo del 30% para las importaciones. ¿No les convendría solicitarlo a los plásticos?
Tengo entendido que esos topes no ayudan en nada. Hay casos de zapatillas que se importan de China a U$S 0,30 el par, con lo que no pagan ni el flete. Quizás en esas cosas sí se justifica la intervención del Estado, pero yo en general soy enemigo de la regulación y de la intervención estatal, creo que el libre mercado es el principal factor de desarrollo de cualquier país.
¿Y cómo hacen para competir?
Como se puede… En nuestro sector, en un par de oportunidades hemos iniciado como cámara acciones por dumping y las hemos abandonado antes de terminarlas porque es un mecanismo que no funciona; directamente no funciona, no tiene ningún sentido, en otros países marcha bien, muy expeditivamente, pero en Uruguay no.
¿Qué opina de las políticas de inserción internacional que está llevando a cabo el gobierno?
Es un poco pronto para opinar. Este gobierno ha cambiado muchas cosas, pero no hemos visto todavía resultados concretos. Hasta ahora la promoción oficial del país en el exterior ha sido ineficiente y mala. Los intentos como Uruguay XXI no han dado resultados ni de cerca. Ahora se está dando un nuevo enfoque que, por ejemplo, en el turismo está dando resultados. A pesar de que siempre se hizo promoción del país en el exterior, por primera vez este año están viniendo los turistas de todas partes del mundo. Pero me parece que para la industria no está pasando lo mismo. Igual hay que darle tiempo, se notan las buenas intenciones.
Se retomó el tema de la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, ¿qué opinión le merece?
Hasta que no superemos esa tara ideológica que tiene Uruguay no vamos a poder crecer. La Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) hizo el único estudio serio que se conoce sobre la conveniencia de un TLC con Estados Unidos, sector por sector, y la conclusión general es ampliamente positiva, por lo que la cámara lo apoya. Pero a nivel político está claro que no se va a concretar, no con este gobierno. Incluso desde el plástico consideramos que sería muy bueno ese tratado, al igual que con el resto de los países desarrollados.
¿Qué destacaría como acierto del gobierno actual?
Creo que tiene muchos. El manejo de las variables económicas ha sido muy prolijo, muy ordenado. Creo que si no fuera por el gran capítulo de las relaciones laborales a nivel industrial (ahí vemos que hay una bomba de tiempo y significa además un palo en la rueda al progreso), yo diría que todo lo que ha hecho el gobierno en la coyuntura ha sido compartible. Así lo ha expresado Diego Balestra (presidente de la CIU) en el Día de la Industria.
En ese sentido, ¿cómo avizora este año en materia de relaciones laborales?
Va a ser complicadísimo. Más allá de que uno entienda lo conveniente o lo inconveniente, lo justo o lo injusto, la realidad de las empresas la dictan los números, y éstos dicen que hoy hay grandes oportunidades porque los mercados están abiertos, hay aumento de la actividad y se está creciendo, pero está faltando rentabilidad y la situación cada vez es más crítica. Una cosa es vender más y otra es la evolución de los costos, que han ido aumentando disparatadamente, por el precio del dólar, por la energía y por los enormes gastos laborales. Y en las empresas es así: si no les dan los números, no pueden existir. Estamos en el límite.
¿Qué incidencia tuvo la Reforma Tributaria en el sector?
Yo he visto las encuestas a los industriales donde todos se pronuncian en contra, pero yo no estoy tan seguro. La Reforma Tributaria, como concepto, no sé si está mal. Creo que a esta medida también hay que darle tiempo para evaluar sus resultados. Pero sí creo que no fue oportuna y que se comenzó a implementar muy improvisadamente: no puede ser que hoy estemos liquidando los sueldos de diciembre, hay que hacer la previsión del IRPF y la liquidación y ni siquiera la Dirección General Impositiva tiene muy claro cómo se hace. Además, el incremento del trabajo administrativo fue brutal. Teniendo en cuenta todas esas cosas accesorias, el impuesto fue muy negativo, pero la reforma en sí, no necesariamente creo que sea mala.
Para nosotros fue muy malo y totalmente incomprensible e injustificable el que se haya retirado la exoneración de los aportes patronales, dado que esa fue una carga muy importante: en julio el sector plástico tuvo un aumento del 8,6% por los consejos de salarios, un 7,5% del aumento de las cargas sociales y un 1% por una diferencia de Disse, es decir que tuvimos un 18% de incremento de los costos laborales, lo que significa en el año un 28% de incremento en dólares; eso es inaceptable, no lo sostiene ninguna empresa salvo que viva en otro planeta.
PERFIL
Nombre: Hugo Donner
Cargo: Presidente de la Asociación de Industrias del Plástico
Edad: 52
Estado Civil: Casado, dos hijos
Preside la Asociación desde 1999 y es además vicepresidente de la Cámara de Industrias, director del LATU y desde que era estudiante de Ingeniería industrial trabaja en Neosul S.A., siendo hoy el gerente general. La empresa realiza plástico PVC en rollos, cuyas aplicaciones son "tremendas": el principal producto es el material para los blisters y alimentos, otro es la familia de lonas de camión, toldos y carpas, después están los films para carpetería y el área de tapicería en cueros sintéticos.
En los ratos libres le gusta jugar al tenis y leer.
Además, tiene algunos emprendimientos personales en el área de software: trabaja con socios en el desarrollo de productos de simulación para capacitaciones, en particular juegos de empresas.