Valija con millones de secretos

| El periodista Hugo Alconada Mon revela los entretelones del libro en el que relata su peripecia detrás del caso de Antonini Wilson; cuenta que temió por su familia.

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IGNACIO QUARTINO | BUENOS AIRES

Corría la madrugada del 4 de agosto de 2007, cuando la entonces oficial de Aeroparque, María Luján Telpuk, abría un maletín que, a golpe de ojo, contenía cerca de un millón de dólares. Seguramente, Telpuk, ni en sus sueños imaginó que a los pocos meses esa valija la haría posar desnuda para Playboy. Mucho menos que desencadenaría una causa en la justicia de Estados Unidos con derivaciones impensadas, capaces de poner en jaque la carrera de importantes líderes políticos de la región como los mandatarios de Venezuela y Argentina.

El periodista Hugo Alconada Mon, autor del libro Los secretos de la Valija (Planeta), asegura que gracias a esa valija abierta por Telpuk, se descubrió la punta de un iceberg que derivaría en una inagotable serie de manejos espurios entre empresarios y funcionarios públicos que aún se están por conocer.

Alconada Mon se enteró del caso de la valija en Miami cuando un llamado desde la redacción del diario La Nación (era corresponsal en EE.UU.) lo sorprendió mientras preparaba un informe de cómo vivían los indocumentados: tenía que contactar a un tal Antonini Wilson que residía en Key Biscayne. Como le ocurrió a Telpuk, este periodista, hoy en Argentina como prosecretario de redacción de La Nación, tampoco imaginó que su carrera profesional quedaría marcada por la cantidad de secretos que escondía esa valija que fueron tantos como los rótulos con los que se conoció este caso.

-¿El caso de la valija fue el gran tema de su corresponsalía?

-Podría decirse. Yo fui corresponsal ante la Casa Blanca entre febrero de 2005 hasta principios de 2009. Este caso saltó en agosto de 2007. Estaba en Miami y ahí recibo el llamado de un editor del diario que me dice que estaban buscando a este señor Antonini, que vivía en Key Biscayne. Tomé un taxi y llegué hasta la puerta de su casa. Así fue como empezó la historia.

-¿Y la del libro?

-Empezó ahí y terminó dos años más tarde con 19 viajes a Miami, con cobertura en otros cuatro países y, al final, encontré tanta información publicada en el diario y tanta otra que no tenía nada que ver con Argentina, que las autoridades de La Nación me dijeron que me la quedara. Ergo: el libro estaba ahí. No lo pensé escribir sino que me topé con él.

-¿Dónde están los US$ 800 mil?

-En una cuenta de la casa matriz del Banco Nación de Buenos Aires, a 50 metros de la Casa Rosada.

-¿Este caso podría haber sido otro Watergate?

-Debería haber sido un escándalo mayúsculo y, en condiciones normales, podría haber sido un Watergate. Es la punta de un iceberg. Yo no sé si Cristina Fernández sabía algo de la valija, tampoco sé si estaban al tanto de esto Chávez y Kirchner. Lo que sí sé es que los gobiernos de Argentina y Venezuela participaron de lleno en el encubrimiento. Nunca se supo si Richard Nixon sabía de los ladrones que ingresaron al Comité Demócrata, lo que se comprobó es que participó del encubrimiento, por eso renunció.

-¿Por qué cree que finalmente no pasó nada con este caso?

-En la práctica es el padecimiento que tenemos en tantos países. ¿Cuál es la forma de ocultar un elefante en una avenida? Rodeado de otros 99 elefantes. Hoy, a la gente, le contás qué vino a hacer Antonini con la valija en la que intentó ingresar 800 mil dólares y te dicen que le hables de otro tema, de algo más cercano en el tiempo. Hoy casi nadie se acuerda de escándalos del mes pasado. En este tema reconozco que casi me obsesioné al descubrir cada vez más información. Tuve que hablar con 200 personas, generar más de 85 fuentes, viajar a dos continentes para reunirme con gente que, a su vez, me facilitó tanta documentación que tuve que almacenarla en cajas y colocarla en un depósito.

-¿Esa documentación excede a la historia del libro?

-Lo que te puedo decir es que del vuelo en sí obtuve más de un relato, no puedo contar cuántos para no acotar, pero a partir de ahí surgen distintas historias. Por ejemplo, en el vuelo de Antonini hubo unos 4,2 millones extra a los 800 mil dólares. Esa información me llevó más de un año verificarla y ni el gobierno argentino, ni el venezolano, salieron a desmentir. Es una historia que sigue abierta aunque reconozco que la verdad periodística no es igual que la judicial. Me pasó que en el off the record te confiesan una cosa y después, bajo juramento y ante un juez, dicen no tener idea de lo que se pregunta.

Investigación. Alconada Mon enseña el blog de la historia de la valija (valijeros.blogspot.com) en el que se pueden ver mails, documentos y algunas novedades de la coyuntura relacionadas a la investigación. Se resalta con letras mayúsculas que todo lo que se ve en el blog (y lo que no) está en un depósito alejado de su casa "por las dudas que alguien quiera ir a buscarlo". No se está a salvo de cosas "raras". Cuando la presentación oficial del libro, el 7 de octubre en Buenos Aires, al periodista le robaron sugestivamente su maletín. Un joven con acento extranjero le pidió para sacarse una foto. En ese tiempo, alguien le extrajo su valija (en la que había papeles de poca relevancia), y la cambió por otra, que solo tenía textos de la librería donde se hizo la presentación.

-En la medida que se fue involucrando, ¿sintió miedo por lo delicado de la investigación?

-Sí. Hay momentos en los que no sabés en qué te estás metiendo. No sabés si es una trampa, si te están engañando. Tuve mis teléfonos y mi mail pinchados. Cuando publicamos la historia de los 4,2 millones de dólares, estaba en Miami. Mi familia se encontraba en Washington y me enteré que se paró un tipo vestido de civil frente a mi casa durante 5 horas. Tuvimos que llamar a un policía. En la indagatoria esa persona dijo ser pintor, pero no tenía ni brocha, ni rastros de pintura.

-En ese momento, ¿no se cuestionó suspender la investigación?

-Tuve miedo, pero al mismo tiempo tengo la idea de que lo más preocupante es cuando tenés la información y no la publicás. Cuando pasa algo de lo que se informó, automáticamente existe un sospechoso. El juez al menos tiene una hipótesis de trabajo. Por suerte tengo buena relación con funcionarios, pero sí tengo miedo del tipo que es más papista que el Papa y que, por quedar bien con su jefe, hace una estupidez.

-¿Qué es lo que más le apasiona de esta historia?

-Yo tenía una obsesión que era tratar de entender qué era lo que pasaba, porque no era una historia lineal. Era entender el rol de los protagonistas porque acá no tenés uno bueno, uno malo. Tenés una banda de jugadores de poker en el que no sabés cuál es el objetivo que tienen en mente. El ejemplo más claro es el de Antonini, cuando me lo enfrento por primera vez. Me presenté y le pregunté si él era el chivo expiatorio; "más o menos", me contesta.

-Describa una jugada de poker.

-El tema es el siguiente: si esta historia es la de un valijero venezolano que engañó a los argentinos cuando entró a Aeroparque y quiso pasar 800 mil dólares en forma clandestina, ¿por qué lo invitaron a la Casa Rosada 48 horas después a sabiendas que éste podía arruinarle la carrera política al gobierno de Kirchner? Ahora, del otro lado (el de Antonini), si él supuestamente es la víctima y le quisieron hacer pasar una valija con 800 mil dólares, ¿por qué aceptaría ir a la Casa Rosada invitado por los que le hicieron la trampa? Por eso digo que es como una partida de poker en el que juegan a ver quién engañó a quién, pero lo concreto es que están todos involucrados.

-¿Telpuk era consciente de lo que descubrió esa madrugada?

-Telpuk es una muchacha con carácter sanguíneo que, por una pelea con otra mujer que había viajado en el avión de Antonini (Victoria Breziuk, secretaria de Claudio Uberti), descubre la valija. Acá no hubo operación de inteligencia, ni nada. El avión llegó tarde porque hicieron un brindis antes de partir desde Venezuela. Y aterrizaron en el lugar que no era el indicado. Después vino la pelea entre esas dos mujeres que desencadenó la historia. A veces las cosas son más simples de lo pensado.

La visita a uruguay

-¿Por qué Antonini viajó a Montevideo una vez que se descubrió la valija?

-Antonini dice que fue a Uruguay por una cuestión fortuita, que tomó el primer avión que se cruzó. Puede ser. Lo concreto es que se encontró con un empresario al que le contó todo lo que sabía cuando estalló el escándalo. También se sabe que en Uruguay hubo al menos una reunión con ejecutivos de Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa) con los que trataron de negociar una salida, en la que hubo 20 millones en el medio a cambio de la complicidad de Antonini. Él, sin embargo, lo niega.

-¿Hubo funcionarios públicos uruguayos en las reuniones?

-No tengo referencia de gente del gobierno uruguayo involucrado en esta historia, pero sí de la gerencia de Pdvsa y de Umis S.A.

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