Las emociones no son imitables. Las emociones no son falsificables. La historia se construye con libertad y con emociones. La inteligencia artificial podrá pegarle en el palo a este asunto, pero no lo va a suprimir. No hay que caer en la simplificación del ignorante que asustado todo lo quiere prohibir por miedo o conveniencia.

Las máquinas no nos van a sustituir, pero nos van a confundir, o ya nos confunden. ¿Somos el sueño de nuestro sueño? ¿Somos la realidad o somos una realidad ficcional? No es fácil contestar honestamente. Los supuestos genios que todo lo saben dirán que todo está acá o en el paraíso. Perdonen mi humilde duda. En todo caso los saltos tecnológicos mejoran nuestra filosofía, nos hacen pensar un poco más, nada mal en tiempos donde pensar cuesta.

La verdad objetiva ya no existe, es aspiracional o nunca existió. Buscamos en una enciclopedia o en Wikipedia y el relativismo es absoluto y está lleno de realidades paralelas. Todos tienen su punto de vista y valen por igual. ¿De veras? Cada uno se apodera de uno y ese es el verdadero. Simple.

¿Hay algo consistente? Ahora hay que triangular y mejorar las fuentes para certificar un dato. ¿Cómo se valida algo? No lo sé, pero mucha ansiedad es lo que viene. No está fácil saber si el alimento que nos dicen hoy que es el correcto nos está envenenando a futuro. Que el carbohidrato si, que el exceso proteico no, que demasiada azúcar tampoco. Medio sanateril.

La inteligencia artificial es un juego de patrones, el ser humano sabe reconocer eso. Se puede predecir mucho, no sé si todo. Los buenos jugadores de fútbol tienen un cerebro con tanta repetición que parecen tener IA por su capacidad de predicción. ¿Messi es de verdad o es un invento de la IA? ¿Se podrá inventar un Messi? No lo creo.

Se pueden predecir los ataques de Juan o la devolución de María en el territorio bélico. No lo sé, pero olfateo que estamos cerca. ¿Se pudo predecir lo que pasó por estos días? No lo sé, pero no estaba fuera del menú de opciones, no se podía saber la entidad, el volumen, ni el momento, pero las condiciones se pueden medir. ¿O no? Pregunto. ¿Cómo no se pudo prevenir semejante locura?

Por eso no les creo a los agoreros del fin de todo y una mutación en la vida cotidiana -como la que se está viviendo con la IA- es progreso, con saltos notables. Bienvenida la IA, pero no es Dios. ¿Estamos? Pensar que yo vi gente que le temía al ChatGPT porque pensaba que era cosa de Mandinga. Y es un programa cargado con capacidad de crear y cruzar información. ¿Cuál sería la razón por la cual no podemos seguir potenciando los atributos humanos si inventamos como volar, meternos en el espacio y otras locuras que nos resultan cotidianas? ¿Qué una computadora haga cosas parecidas a nosotros nos debería impresionar tanto? Más bien no, si todo lo inventamos nosotros, deberíamos admirar más al humano, no a la máquina que hacemos. Me parece.

Entonces a ser optimistas con la IA, la medicina será mejor, ya lo es, claro hay que permitirle que ingrese con la tecnología de última generación y no cercenarla -como alguna vez se hizo en este país que había máquinas que no ingresaban o solo ingresaban algunas tecnología de algunos-. No es tan difícil saber que solo cabe ser abiertos en este asunto para el bien de una comunidad.

El progreso siempre es para bien, pero hay que saber manejarlo. Es como la velocidad de un auto, no se trata de ir siempre en alta, se supone que eso ya se sabe. Se supone. Claro. Se supone.