Diez votos a favor, cuatro en contra y una abstención. Así votó la Sala Juzgadora de la Legislatura de Buenos Aires, el martes pasado, por primera vez en la historia, la destitución de un Jefe de Gobierno. Con ese resultado, la hoguera en que se convirtió la discoteca República Cromganon, en la noche del 30 de diciembre de 2004, terminó por consumir a Aníbal Ibarra, como desenlace de un agitado juicio político de varios meses, en el que hasta hubo jornadas de violencia. Mientras los familiares de las 193 personas que murieron en la tragedia de Cromagnon se felicitaban y abrazaban emocionadados luego de la decisión, Ibarra anunció que "esto no termina aquí", debido a que tiene el propósito de realizar los planteos judiciales del caso, y su abogado, el Dr. Julio Strassera, denunció que "se consumó un golpe institucional".
Tras la destitución, el vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman quien se estaba desempeñando en lugar de Ibarra desde el 14 de noviembre, deberá completar el mandato hasta el 10 de diciembre de 2007.
Las repercusiones políticas y sociales han sido amplias. En un análisis publicado por La Nación, el periodista Joaquín Morales Solá consideró que "ningún Jefe de Gobierno hubiera salido campante de semejante catástrofe. Sin embargo, en el caso de Ibarra, se pusieron de manifiesto, en el acto, dos condiciones adversas para él. Su gestión integral como jefe de la Capital no era bien vista por muchos sectores sociales y, además, se había mostrado incapaz de enhebrar mínimas alianzas políticas que lo preservaran de muchos adversarios. Sólo cuidó su relación política con Kirchner. Nunca tendió más puentes".
Morales Solá también expuso que "se encontró con una Legislatura que simplemente cambió el nombre del viejo y desprestigiado Concejo Deliberante. Fragmentado en innumerables bloques, integrado por personas en muchos casos vulnerables, el cuerpo legislativo nunca dio garantías de llevar adelante un juicio justo. Eso explica que gran parte de la opinión pública se haya manifestado, en las encuestas, en desacuerdo con la destitución de Ibarra".
Pero, también puntualizó: "Algo debió de hacer mal un político cuando el arco opositor que lo enfrenta está conformado por dirigentes que responden a Macri, a López Murphy, a Carrió y a Zamora. Todos, en fin, desde la derecha hasta la izquierda".