NOMBRES

Gloria Carrá: está en TV desde los 8 años, no hizo el liceo, fue víctima de abuso y prefiere la música a la actuación

Hizo su primer casting con seis años y firmó su primer contrato con ocho. Fue la única del elenco de "Señorita Maestra" que se mantuvo en el medio. Estudió actuación a los 28 años y fundó la banda musical Coronados una década atrás. Volvió a la TV con un papel en "ATAV II".

Gloría Carrá acumula 45 años ininterrumpidos en la actuación y volvió a la pantalla con la ficción ATAV II.
Gloría Carrá acumula 45 años ininterrumpidos en la actuación y volvió a la pantalla con la ficción ATAV II.

Por Mariel Varela

Se mantiene en el medio desde hace 45 años y nunca se la creyó. Quizás la razón por la cual las luces del éxito no encandilaron a Gloria Carrá haya sido que nunca planeó ser famosa. Todo se dio sin que lo buscara.

La actriz debe su prolífica carrera a una ocurrencia de su abuela Ángela. Veía que su nieta cantaba, bailaba e imitaba a Raffaella Carrá y le dijo a su hija (madre de Gloria): ‘¿Por qué no la llevás a un casting?’ Tenía 6 años cuando hizo su primera audición para una publicidad y 8 cuando firmó su primer contrato para ser Mecha en Señorita Maestra. Fue una de las alumnas de Jacinta Pichimahuida en la recordada tira juvenil durante cuatro años.

No hizo el liceo para poder trabajar. “Yo hubiera elegido estudiar pero mi mamá no quiso. Ahora ya no me importa pero en un momento me hizo ruido”, le confesó a Martín Seefeld en El canal de la ciudad. Así, el set de Señorita Maestra se convirtió en su mundo.

Ironías de la vida: no mira televisión hace 10 años, aunque ahí se siente como pez en el agua. La semana pasada volvió a la pantalla chica con un rol protagónico en la ficción Argentina, tierra de Amor y Venganza II (ATAV).

Naif

Nació en Avellaneda y vivió toda su infancia en Lanús. Es la menor de tres hermanos: la más grande le lleva 16 años y su hermano fallecido le llevaba 14. Su padre murió cuando ella tenía 5 años y la crió su madre, que organizaba fiestas judías en hoteles, y más tarde se dedicó a llevar a Gloria a las grabaciones. En su casa no faltaba lo básico pero tampoco sobraba, así que el sueldo que percibía de niña era un ingreso importante para su familia.

El nombre que figura en su DNI es Gloria Currá, no Carrá. Ponerse un seudónimo tampoco fue idea suya; ni siquiera eligió que fuera ese -aunque tenía todos los discos de Raffaella Carrá y de niña soñaba con ser como la diva italiana-. La cosa fue así. Su apellido era poco común, figuraban cuatro en la guía telefónica, así que en la época dorada de Señorita Maestra llamaban a su casa de madrugada preguntando por Mecha, y su madre se hartó. “Estábamos en un ensayo y Darío Vittori (actor) dijo ‘¿por qué no te cambiás el apellido? Cambiale una letra y ponete Carrá. Y así fue”, contó en LPA.

Señorita Maestra hizo furor: llenaban estadios, hacían giras y recibían miles de cartas. Pero Gloria era “inocente”: iba a grabar con la túnica de la escuela y pasaba horas jugando al elástico con sus colegas actores. “Mi cabeza no llegaba a dimensionar lo que eso significaba. No quería ser famosa. Lo viví como un juego”, dijo a Sudestada.

Fue la única de las alumnas de Jacinta Pichimahuida que se mantuvo vigente. Incluso llegó a hacer dos ficciones por año. Participó de programas de culto como La Banda del Golden Rocket, Poliladron y Verano del 98.

“Gracias a Dios nunca se me subió la fama a la cabeza. Uno tiene que ser consciente, me encanta lo que hago pero le doy su justo valor”, declaró en Noches mías, programa de C5N.

Empezó a conectar con las mieles del éxito en la adolescencia, cuando descubrió que disfrutaba actuar. A los 28 decidió empezar a estudiar teatro. Las ganas estaban pero le costaba dar el paso: “Me daba mucha vergüenza que me dijeran pasá a hacer algo y que no supiera, pero empecé y me encantó”, contó quien se formó con Julio Chávez y Javier Dolte.

Datos curiosos

Cuando era chica solía jugar al juego de la copa y la primera vez que lo hizo quedó impresionada: ‘Quiero hablar con mi amada hija’, le marcaba la copa. Y era la única del grupo de amigos que tenía a su padre muerto. De niña se obsesionó con las marcas de autos. A los 12 años quería aprender a manejar y con 18 se compró su primer coche, un Dodge 15000 amarillo que cambió por un Fiat Uno cuando el éxito de La Banda del Golden Rocket llegó al teatro. Tiene 15 tatuajes, el primero se lo hizo a los 20 años y eligió una rosa como diseño. Las brujerías han marcado su vida, por eso a su segundo disco lo bautizó Bruja. Es más, contó que en una de sus casas convivió con un fantasma.

Es fanática de Los Redonditos de Ricota y de Raffaella Carrá. Una noche, mientras estaba de vacaciones con una de sus hijas, soñó el estribillo de la canción Baila. “Me desperté cantando la melodía y la letra en un viaje que hicimos con mi hija a Nueva York. La grabé en el celular y después la hicimos con la banda”, relató.

Coronados

Su vínculo con la música data de cuando su hermano la hacía escuchar rock nacional. Cantaba y bailaba antes que actuar. En un momento se compró una guitarra, aprendió a tocar de forma autodidacta y se puso a componer. La inspira todo lo que le sucede y observa, desde una ruptura hasta un comentario que oye al pasar. “Todo lo que me pase o me haga un ruidito o vibrar lo anoto”, contó en Deja Vú.

Hace 10 años decidió cumplir su sueño y formó la banda Coronados de Gloria. El origen del nombre no es ególatra ni predecible: “Venía en el auto escuchando la radio, se hicieron las 12 de la noche, empezó a sonar el himno, subí el volumen y dije ‘acá está el nombre’. Cuando llegué a ‘Coronados de Gloria’ dije, ‘no hay duda’’”, reveló la actriz y cantante.

Al presente llevan tres álbumes grabados y Gloria confesó que si le dan a elegir prefiere la música a la actuación.

Mamá todoterreno
Gloria Carrá junto a su primogénita Ángela Torres.
Gloria Carrá junto a su primogénita Ángela Torres.

Su primera hija (Ángela Torres) nació fruto del amor con Marcelo Torres, hermano de Diego Torres. Se separó cuando la nena era una beba y tuvo que hacerse cargo de todo. “Trabajaba mucho y era el único sostén. Al revés de lo que la gente cree porque dice ‘bueno, es hija de Torres’. No, jamás conté con él económicamente para nada”, reveló en el ciclo radial Detrás de escena. Su segunda hija, Amelia, la tuvo con el actor Luciano Cáceres.

Renacer

La relación con su madre no ha sido simple: “Tiene los cables pelados”, reconoció. El trabajo le salvó la vida, y más precisamente El recurso de amparo, obra teatral que trata sobre una mujer acusada de matar a su propia hija. Al leerla sintió que tenía que hacerla.

“Me dejaba en carne viva; revisé muchas cosas en terapia mientras la hacía porque mi madre fue una madre difícil y tenía sus trastornos en ese momento. Yo me críe sola con ella, entonces revivir todo eso fue muy fuerte, me sirvió para exorcizar muchas cosas que me pasaron en la infancia”, confesó en Planeta Urbano.

Fue abusada sexualmente por un productor a los 18 años y lo calló durante dos décadas. Lo habló cuando pudo; a la primera a la que se lo contó fue a su hermana. “Sufrí mucho, pero a la vez tengo cosas borradas de lo que pasaba después en mi cabeza. No lo hablé con nadie hasta los treinta y pico. Después lo llevé a terapia y lo hablé mucho ahí. Son heridas que quedan. Es algo fuerte. Pero ya estoy bien”, confesó en diálogo con Clarín.

En ese mismo lapso empezó a hacer yoga y a través de esas prácticas tomó consciencia de su cuerpo, conectó con lo espiritual y se dedicó a sanar. “Está buenísimo indagar en uno y hacer trabajo personal, siento que para eso estamos en esta vida: para poder hacer ese camino de la manera más sana posible. Fueron siete años de mucho trabajo interior. Siento que soy otra persona”, reflexionó.

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