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Cuentos de fantasmas de autoras victorianas

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Damas oscuras

Recuperando notables olvidadas

Una colección de cuentos de fantasmas que recupera grandes nombres, y también a otras autoras excelentes, mujeres innovadoras injustamente olvidadas.

En el estudio preliminar de una novela de Thackeray se cuenta que durante el reinado de Victoria de Inglaterra, que va desde 1837 hasta 1901, se escribieron en esa isla más de quince mil novelas. Algo así como, redondeando, 20 novedades cada mes durante 64 años seguidos: la creciente clase media, los habitantes de la campiña, todos los alfabetizados, eran consumidores de libros. Se entretenían leyendo.

Esto creó un gran mercado, una economía con muchos consumidores de libros y revistas de narrativa, con varias editoriales y con un extenso elenco de escritores que se veían en el espejo de Chaucer, de Fielding, de Swift, de Defoe, todos ellos padres fundadores de una narrativa en la que se destacaron Walter Scott, R. L. Stevenson, Thackeray, Wilkie Collins, las hermanas Brontë, Jane Austen y, más tarde, Wilde, James, Conrad. Si cruzáramos el Atlántico, bastaría decir Twain, Poe y Melville, sin cambiar el idioma. El Dios de este parnaso es Charles Dickens.

Se sabe que las mujeres integraban, par a par con los hombres, la masa lectora. En la primera fila del coro están Hawthorne, Mary Shelley, Conan Doyle. Y hay un tercer conjunto de autoras inexplicablemente olvidadas, que comienza a resucitar para gozo de los lectores de hoy. La mayor parte de las narradoras incluidas en esta antología eran, cual más cual menos, editadas y conocidas en su tiempo. Varias de ellas, incluso, vivían de lo que ganaban como escritoras. Lo que hicieron los editores de Impedimenta (¿Enrique Redel —sospecho— en persona?) fue reunir una colección de excelentes narraciones de fantasmas escritas por mujeres sobre todo de la época victoriana.
Mujeres innovadoras: algunas de ellas involucradas en el movimiento en pro del voto de las mujeres, o abiertas denunciantes del maltrato dentro del matrimonio, algunas periodistas, otras exploradoras y científicas, todas escritoras de ley, como se ve en esta antología que abre una estrella, pues el primer cuento es de Emily Brontë.

El nivel general es muy alto, de modo que el lector disfruta de un salpicón de varias autoras, a cuál mejor. Un descubrimiento es Lanoe Falconer (1848-1908), de quien se incluye una breve novela titulada Cecilia de Nöel. De Lanoe Falconer va esta cita: “Debemos deshacernos tan rápido como sea posible de las virtudes teologales. La caridad, por ejemplo, es una cualidad dañina: demasiado indulgente con la debilidad, que no debe ser permitida ni alentada, sino combatida. La esperanza, que conduce a todo tipo de expectativas absurdas que ni se cumplen ni pueden cumplirse, resulta también perniciosa. Y en cuanto a la fe, es, simplemente, un vicio. Lejos de admitir algo por simple doctrina, debéis negaros a aceptar cualquier afirmación hasta que quede demostrada de forma tan evidente que no se pueda evitar creer en ella, nos guste o no”.

DAMAS OSCURAS, Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes, en traducciones de Alicia Frieyro Olalla García, Sara Lekanda, Magdalena Palmer y Consuelo Rubio Alcover. Impedimenta, 2019. Madrid, 496 págs.

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