Adelgazar sin sufrir: nuevo estudio revela que pequeñas porciones de postres pueden tener efectos positivos

Consumir porciones chicas de "antojos" puede ayudar en los esfuerzos de perder peso. ¿Cómo? En esta nota te lo explicamos.

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Los antojos son el talón de Aquiles de muchas personas que hacen dieta, quienes sienten que libran una batalla constante con su fuerza de voluntad para resistir a las tentaciones de los alimentos que adoran. Sin embargo, investigadores en ciencia alimentaria y nutrición humana de la Universidad de Illinois (EE. UU.) afirman que comer postre podría ser una estrategia efectiva para perder peso, mantenerlo y controlar los antojos.

“Los antojos son un gran problema para muchas personas. Si tienen muchos, es muy difícil perder peso. Incluso cuando logran controlarlos y bajar de peso, si los antojos regresan, también lo hace el peso”, explica Manabu T. Nakamura, profesor de nutrición y uno de los autores del estudio.

Según el estudio publicado en la revista científica Physiology & Behavior, las personas que incorporaron alimentos deseados dentro de un plan alimentario equilibrado perdieron más peso durante un programa de 12 meses, en comparación con quienes no lo hicieron. Además, sus niveles de antojo se mantuvieron bajos durante los siguientes 12 meses de mantenimiento.

Aunque estudios anteriores reportaron que las personas a dieta experimentaban una reducción de antojos durante la pérdida de peso, aún no estaba claro si esa reducción persistía al alcanzar el peso deseado o si abandonaban la dieta en la etapa de mantenimiento. Por eso, los investigadores decidieron investigar la relación entre la reducción de antojos y una mayor pérdida de peso.

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Durante el primer año, los participantes asistieron a 22 sesiones en línea sobre educación nutricional, diseñadas por el Centro de Innovación en Enseñanza y Aprendizaje de la universidad. Estas sesiones incluían estrategias para lidiar con los antojos.

“Si comés y picás al azar, es muy difícil controlar”, señala Nakamura. “Algunos programas eliminan ciertos alimentos. Nuestro plan aplicó una ‘estrategia de inclusión’, en la que las personas integraban pequeñas porciones de los alimentos que deseaban en una comida bien equilibrada”. Cada seis meses, los participantes completaban un cuestionario sobre sus antojos de alimentos específicos, como comidas ricas en grasa (hot dogs, pollo frito), comida rápida (hamburguesas, papas fritas), dulces (pasteles, galletas) y carbohidratos (galletas, panqueques).

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Además, evaluaron la frecuencia e intensidad de los antojos mediante otro cuestionario, con afirmaciones como: “Siempre que tengo antojos, hago planes para comer” o “No tengo fuerza de voluntad para resistirme”. Usando una escala del 1 (nunca) al 6 (siempre), los participantes se autoevaluaron, y se sumaron los puntajes para calcular la intensidad de los antojos.

También se pesaban todos los días al levantarse y antes del desayuno, utilizando una báscula con Wi-Fi que enviaba los datos a los investigadores.

De los 30 participantes que comenzaron el programa, 24 lo completaron tras el primer año, con una pérdida promedio de peso del 7,9%. De esos, 20 completaron el segundo año (etapa de mantenimiento), aunque algunos recuperaron parte del peso, con una pérdida promedio total del 6,7%.

Los participantes que perdieron más del 5% de su peso inicial mostraron reducciones constantes en la frecuencia e intensidad de los antojos, mientras que quienes perdieron menos no mostraron tales reducciones. También se observó que el deseo por ciertos alimentos —especialmente dulces y carbohidratos— disminuyó durante la etapa de pérdida de peso y se estabilizó durante el mantenimiento.

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Estos hallazgos sugieren que la disminución de los antojos está relacionada con la reducción de grasa corporal, y no con un déficit energético temporal.

“Esto básicamente desacredita la teoría de la ‘célula de grasa hambrienta’, una hipótesis antigua que sostenía que las células grasas sin energía provocaban antojos para recuperar el peso perdido. Pero no es así. Mientras mantengas un peso saludable, tus antojos seguirán bajos”, afirma Nakamura.

Nakamura también destaca la importancia de la consistencia: “Existe el mito de que necesitás muchísima fuerza de voluntad para resistir la tentación, pero no es cierto. Los cambios constantes en horarios y patrones alimenticios también desencadenan antojos. Necesitás ser constante”, concluye.

O Globo - GDA

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