Redacción El País
Apareció por primera vez en 2003 en los foros de la comunidad AVEN (Red de Educación y Visibilidad Asexual), inicialmente como semisexual, y se consolidó en 2016 como una etiqueta reconocida dentro del espectro asexual.
En los últimos años, la grisexualidad ha ganado gran visibilidad en redes sociales como TikTok, YouTube y Reddit, donde miles de usuarios comparten sus experiencias sobre cómo viven un tipo de atracción sexual diferente al de la mayoría. El foro r/Graysexuality, por ejemplo, reúne a más de 8.300 miembros que comparten relatos y reflexiones sobre esta identidad.
Testimonios y experiencias de personas grisexuales
Uno de los relatos más conocidos es el de un usuario de Reddit, @The_Archer2121, quien explicó que sus enamoramientos eran escasos e inconstantes, con largos periodos sin experimentar atracción romántica o sexual. Con el tiempo, descubrió que su experiencia coincidía con la de otras personas que se identifican como grisexuales.
En el foro r/Greysexuality, se repiten testimonios sobre atracción sexual poco frecuente, cambios en el deseo sexual, presiones sociales para “experimentar” y dificultades en la intimidad. Muchos mencionan que conocer la grisexualidad les permitió entender mejor su identidad sexual y validarla.
Un término amplio para experiencias diversas
La grisexualidad no significa ausencia total de deseo, sino que la atracción sexual se da en circunstancias específicas, con poca frecuencia o de forma inconstante. Algunos la describen como una atracción “débil”, “condicionada” o “temporal”.
Para quienes no se identifican plenamente como asexuales, pero tampoco encajan en las descripciones tradicionales de la sexualidad, el término resulta útil para encontrar un lugar dentro del espectro sexual.
Factores sociales y culturales vinculados
Expertos señalan que la disminución de las relaciones sexuales en generaciones jóvenes no depende solo de la orientación sexual o la identidad de género. También influyen factores como la educación sexual insuficiente, el consumo de pornografía, la desconexión digital y la presión política sobre los derechos sexuales.
La periodista Carter Sherman, en su libro The Second Coming, afirma que la autoimagen influida por las redes sociales y los debates políticos han generado un entorno donde el sexo puede asociarse con inseguridad o incomodidad. Estudios recientes confirman que la exposición constante a imágenes idealizadas en Instagram puede afectar la confianza corporal y reducir el interés en tener citas o encuentros sexuales.