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La esencialidad rige sin clases; hay desesperadas negociaciones

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El gobierno impulsa con urgencia una fórmula para destrabar el conflicto en la educación, que consiste en el levantamiento simultáneo de la declaratoria de esencialidad que provocó la furia sindical el lunes y de las medidas de paro. Ayer, sobre las 19 horas el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, conversó telefónicamente con el presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, quien consideró un avance la idea que será analizada hoy miércoles por la central sindical a partir de la hora 10.

De todas formas, el acuerdo no llegará a tiempo para que hoy las clases en las escuelas y liceos públicos sean normales. Y el Pit-Cnt, que está apuntalando a los sindicatos de la enseñanza, decidió un paro general parcial para mañana de 9 a 13. Otra consecuencia de la pulseada fue que los representantes sindicales en los órganos de conducción de la enseñanza renunciaron a sus cargos.

El paro del jueves tendrá "movilizaciones en todo Uruguay dependiendo del departamento", adelantó Pereira. En Montevideo habrá una concentración sobre las 17 en el Palacio Legislativo y una marcha a la escuela Gerardo Cuestas ubicada en Fernández Crespo, entre Mercedes y Uruguay.

Murro dijo anoche a El País que "si es por mí firmamos un acta ahora mismo", pero al mismo tiempo advirtió que en el gobierno "tenemos todo dispuesto para que mañana (por hoy) funcione todo en las escuelas y liceos; la esencialidad sigue vigente y como gobierno tenemos que garantizar que haya enseñanza para las niñas y niños del país".

Ánimos caldeados.

Al menos hasta ayer los ánimos de los sindicatos de la enseñanza parecían estar distantes de un acuerdo. La Federación Nacional de Profesores (Fenapes) decidió explícitamente no acatar la esencialidad dispuesta por el Poder Ejecutivo para los servicios de la enseñanza. Los docentes de Secundaria pararán sus actividades en todo el país por 48 horas más y evaluarán si prolongan la medida hasta la próxima semana. José Olivera, secretario general de Fenapes, dijo ayer que el decreto de esencialidad "es netamente ilegal; aquí no hay un decreto de esencialidad, hay un decreto muy mal fundamentado, plagado de errores que lo que hace es negar el libre ejercicio a la libertad sindical".

Emiliano Mandacen, de ADES (gremio de los profesores de Montevideo), dijo a El País que "tenemos un informe jurídico contundente en el sentido de que no nos puede pasar nada" en cuanto a sanciones que los docentes podrían recibir si, pese a la declaración de esencialidad, no se reintegran a su trabajo. "Estamos tranquilos, jurídica y políticamente", agregó. Para Mandacen, lo ocurrido es "un quiebre definitivo" entre los educadores y el gobierno. El sindicalista enfatizó que nunca los sindicatos firmaron un acuerdo con el gobierno y que la propuesta oficial es "muy poco sólida, confusa, ofrece poco aumento salarial, lo condiciona a la macroeconomía y tiene una cláusula de paz", que los sindicatos rechazan.

Pero fue en la asamblea de Ademu (maestros de Montevideo y Canelones) en la que los ánimos estaban particularmente enfervorizados. La asamblea se realizó en el IPA y se registraron para participar en ella 1.531 docentes. Tras dos horas de discusión decidió por unanimidad parar tres días más y que la situación se evalúe hoy en una nueva asamblea que se realizará en el Palacio Sudamérica. Se escucharon frases exaltadas. Una asambleísta pidió "un poco de humildad al gobierno" y se preguntó, si en caso de mantenerse la esencialidad, "¿van a mandar a los grupos GEO como mandaron al Sirpa? ¿A quién van a poner en las clases?". "No perdamos la oportunidad. Vayamos a Buschental (calle sobre la que está el domicilio del presidente Tabaré Vázquez)", propuso.

"Nos provocaron y ya está, esto es reacción", dijo otra. "La educación no era esencial cuando trabajábamos en contenedores", se quejó.

Otra maestra, dirigiéndose a Vázquez, gritó: "no hay diálogo si usted me pone un revólver en la espalda, el diálogo lo rompió usted, mire el lío que armó, señor presidente".

En todas las intervenciones los asambleístas insistían en que se debía hacer un esfuerzo para informar a los alumnos de las razones del paro y que la oposición a la esencialidad es también una forma de preservar los derechos de otros sectores de trabajadores. Algún participante llegó a proponer una renuncia colectiva y otro entendió que la esencialidad "es un jalón más a favor de la privatización de la educación".

Una docente dijo que "me acuerdo perfecto cuando estos mismos señores gritaban no nos moverán; llegamos hasta acá, ya está, no nos moverán, no es solamente por nosotros, es por todos los trabajadores".

Otra docente intentó tranquilizar respecto a las consecuencias jurídicas de no acatar la esencialidad. "En el día de mañana a ninguno de nosotros nos va a pasar nada", dijo. Y con respecto a la esencialidad sostuvo que "esto tiene que tener un costo político, es una vergüenza".

Otra arengó "¡Ningún maestro en ninguna escuela! ¡Todas las escuelas cerradas! Compañeros, ¡esto es solidaridad!".

Al final la asamblea decidió por unanimidad una declaración de seis puntos que considera el decreto del Poder Ejecutivo "un ataque a la democracia" por "ilegítimo, inmoral y antidemocrático".

La declaración pide levantarlo, responsabiliza al Poder Ejecutivo de romper el diálogo, mantiene el paro de 72 horas y reclama un sueldo equivalente a media canasta familiar para los maestros de primer grado con 20 horas de trabajo semanales.

Al votarse la declaración se comenzó a escuchar "duro, duro, ahora el decreto se lo meten en el culo".

Decenas de sindicalistas salieron del IPA batiendo palmas y al ritmo de un bombo cantaron "María Julia Muñoz, María Julia Muñoz, vos sí que estás pintada, no sabés nada de educación". También gritaban "gobierno progresista, decreto pachequista".

Otro cántico decía "no queremos discursos por la televisión, queremos presupuesto para la educación".

Algunos docentes lucían una escarapela que decía "soy maestro, soy esencial".

En los considerandos del decreto de esencialidad se señala que "las medidas adoptadas hasta el momento han provocado la pérdida de una significativa cantidad de horas docentes y de servicios de alimentación en escuelas de todo el país, afectando a 250.000 beneficiarios e impactando especialmente a los sectores más vulnerables de la población".

Pereira rebatió el argumento y dijo que "en vacaciones nadie habla de esto, ahí no hay clases, los gurises no van al comedor y nadie decreta nada".

Renuncias.

Los representantes docentes en los organismos de la educación presentarán renuncia a sus cargos. El Pit-Cnt entiende que "ya no tienen nada que hacer en esos lugares si el gobierno firmó la esencialidad", según su secretario general, Marcelo Abdala.Abandonarían el Codicen Teresita Capurro y Néstor Pereira, Darbys Paz el Consejo de Primaria, Daniel Guasco el de Secundaria y César González el de UTU.

Si no se levanta se van delegados sindicales en organismos de la enseñanza

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