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El clásico "de la medallita" se reinventa y busca expandirse

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Diseño. Estuvo a cargo del estudio Reyes-Formoso. Foto: Ariel Colmegna.

La marca Chajá planifica abrir una veintena de locales en todo el país a través de franquicias.

Con 89 años en el mercado, el clásico postre Chajá, «el de la medallita», se reinventa buscando expandir su presencia a través de un nuevo formato: una cadena de locales bajo la marca «Chajá Bistró», donde además del famoso manjar se ofrecen productos de rotisería, panadería, repostería, cafetería, lácteos y bebidas para consumir in situ o take away.La tienda insignia, ubicada en 26 de marzo y Luis Alberto de Herrera (Pocitos), abrió sus puertas a fines de septiembre y es la primera de una veintena de sucursales que comenzarán a funcionar en los próximos tres a cinco años. En ese lapso, la marca desembarcará con un local en cada capital departamental, mientras que en Montevideo prevé más aperturas. A diferencia de la tienda de Pocitos —donde además funciona el centro de distribución—, el resto de la cadena se instalará a través de franquicias. «Estamos apostando con este modelo al crecimiento de la marca y también a nuevos emprendedores que quieran acompañarnos en esta propuesta», afirmó María Nardini, directora de la empresa.

Los planes incluyen en el mediano plazo la llegada de la marca —originaria de Paysandú— al mercado regional, con la mira puesta en Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia. La internacionalización «es el desafío que tenemos la cuarta generación» al frente de la empresa, afirmó Nardini.

Para el desarrollo del proyecto, la compañía realizó hace un año y medio un estudio de viabilidad, que dará pie finalmente al lanzamiento formal de las franquicias antes de fin de año. Mientras, la empresa y sus asesores en el área de franquicias están definiendo detalles operativos, por ejemplo, la implementación de un software que congregará a todas las sucursales en torno a un único sistema de gestión. Una vez definidos, los lineamientos quedarán plasmados en un manual de uso de la marca.

Tendencias compatibles.

La elección del concepto «bistró» para describir a la marca responde a la combinación entre lo moderno y lo tradicional.

Bistró remite a los clásicos cafés y restaurantes parisinos, caracterizados por la rapidez en el servicio, un requisito que exigen los consumidores de hoy. De hecho, se dice que los soldados rusos gritaban «bistro» en las fondas francesas durante las guerras napoleónicas (siglo XIX) para exigir que les sirvieran «rápido» la comida.

Esta filosofía que mezcla lo antiguo con lo moderno se refleja en la presentación de los locales.

A nivel de diseño, el desafío implicó «compatibilizar» la historia de la marca con una estética actual, «sin hacer borrón y cuenta nueva», explicó Ximena Reyes, co-directora junto a Cecilia Formoso del estudio Reyes Formoso, firma responsable de los trabajos arquitectónicos para la nueva cadena.

Desde este plano, Chajá Bistró busca generar una experiencia atractiva para el consumidor en base a tres pilares.

Por un lado, apunta a transmitir «calidez», por lo que se utilizó madera para revestir el local y en las terminaciones.

El respeto a la trayectoria e historia de la marca se simboliza en el uso de maderas con un «dejo de añejamiento» que dan la sensación de paso del tiempo. Esto contrasta con el estilo gráfico utilizado para la señalética —de sello vintage—, que en vez de anunciar directamente la sección en que se encuentra el usuario, se permite jugar. Así, en la parte de rotisería el cartel dice: «Mmm, qué rico».

Finalmente, el armado del local se centra en la idea de que el cliente tenga una experiencia de compra rápida, casi de autoservicio.

De a cara a la instalación de las franquicias, el estudio se ocupará de dar la «dirección de obra» para asegurar que las sucursales compartan la misma identidad.

Más allá de la diversificación, la marca Chajá se mantiene fiel a su trayectoria y tradición porque como dice su eslogan «lo bueno perdura».

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Diseño. Estuvo a cargo del estudio Reyes-Formoso. Foto: Ariel Colmegna.

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