Publicidad

12 presos mueren hacinados en Rocha

Compartir esta noticia
 20100708 600x400

E.BARRENECHE / E. GONZALEZ

Un incendio desatado por un supuesto cortocircuito causó ayer la muerte de 12 presos de la cárcel de Rocha y heridas de diversa entidad en otros ocho. Se trató de la peor tragedia ocurrida en una cárcel uruguaya.

Según pericias preliminares de Bomberos, el incendio comenzó a las 3.30 horas de la víspera en la cuadra 2 de la cárcel rochense. Ese pabellón tiene siete por cuatro metros de dimensiones. Alojaba a 20 reclusos.

A las 3.43 horas, el destacamento de Bomberos de Rocha recibió un llamado proveniente de la cárcel. Apenas siete cuadras separan a ambos edificios.

Fuentes de Bomberos indicaron que, como el cochebomba se encontraba en la calle, demoró apenas unos segundos en arribar al penal.

La cárcel de Rocha ocupa el segundo lugar en el ránking de penales más hacinados del país. Cuenta con 70 plazas y aloja a 174 reclusos en un edificio vetusto, dijo el comisionado parlamentario Álvaro Garcé en su último informe de agosto del año pasado. Es decir, tenía un hacinamiento de un 290%.

Los tres guardias abrieron la puerta de la cuadra 2 luego de escuchar una explosión.

El subjefe de Policía de Rocha, Celson Sosa, negó que el guardia-cárcel hubiera tardado en abrir la celda, porque el fuego no se extendió a la cuadra 1. Agregó que el policía tuvo que traspasar dos portones de seguridad hasta llegar al pabellón incendiado. También reconoció que el penal no posee sistemas efectivos para apagar incendios. "Tenemos cosas elementales que no están para apagar un siniestro de gran magnitud", expresó.

Según fuentes del Sindicato Único de Policías del Uruguay (Supu), un informe de Bomberos fechado en noviembre del año pasado señalaba que la cárcel de Rocha padecía de problemas en las instalaciones eléctricas y carecía de suficientes medios para sofocar un siniestro. Por ende, el penal no contaba con la habilitación de Bomberos, dijeron las fuentes.

FRAZADAS. Los bomberos presumen que el foco ígneo surgió de un cortocircuito en las instalaciones y se expandió rápidamente por las frazadas que utilizan los presos para armar las "ranchadas" (divisiones provisorias) dentro del celdario. Estas contienen una cucheta y elementos personales de los reclusos. Dentro de esa "pieza" separada por frazadas se ubican los "calentadores" provisorios confeccionados con ladrillos y resistencias de alambre.

Según el jefe de Policía de Rocha, Alcides Caballero, los presos perecieron por asfixia e intoxicaciones causadas por el humo.

La mayoría de los reclusos fallecidos eran jóvenes y oriundos de Rocha. Entre el 2009 y la fecha, murieron en Uruguay 79 presos por causas violentas.

El diputado blanco por Rocha, José Carlos Cardoso, ingresó al recinto y observó que tres de los presos murieron abrazados en el baño del módulo. Sus cuerpos quedaron calcinados por las llamas, dijo a El País.

Los ocho reclusos que salvaron sus vidas mojaron sus cuerpos en el baño y cruzaron la barrera de fuego que los separaba de la puerta que fue abierta por la guardia. Igualmente sufrieron quemaduras de entidad. Tres de ellos se encuentran internados en grave estado en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque) en Montevideo, cuatro fueron derivados al Hospital de Rocha y el restante fue trasladado al hospital de Maldonado con severas quemaduras.

Apenas se enteró de la noticia del incendio, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi viajó a Rocha (Ver nota en A 7).

El 23 de abril de este año, la asesora en materia carcelaria de Bonomi, Gabriela Fulco, expresó que la cárcel de Rocha iba a ser cerrada a corto plazo y los presos iban a ser trasladados a Maldonado.

La tragedia en Rocha ocurre mientras en el Senado se encuentra el proyecto de ley de emergencia carcelaria, que será votado la próxima semana. Las cárceles uruguayas cuentan con unas 5.000 plazas y alojan a 9.100 reclusos.

Fallecidos y heridos

José María Pereyra Pereyra (s/d)

Raúl Alejandro Gómez Recalde (25 años, Castillos, rapiña)

Delio Alegre (43, Chuy, rapiña)

Matías Barrios Sosa (19, Rocha, suministro de estupefacientes)

Mario Fernando Martínez Maidana (25, Rocha, receptación)

Edison Javier Núñez Casuriaga (20, Rocha, homicidio)

Ariel Fernando Cardoso Velázquez (25, La Paloma, suministro de estupefacientes)

Jorge Roda Acosta (19, Rocha, rapiña)

Antonio Joaquín Cardozo Silvera (19, Castillos, rapiña)

Julio Da Silva Pereira (22, Brasil, rapiña)

Luis Alfredo Bustelo López (40, Montevideo, rapiña agravada)

Alejandro Rodríguez Cabral (26, Rocha, homicidio).

Heridos. Alberto Rodas González (38), Adolfo Mederos (44), Paulo Costa Pereira (26), Rubén Damestoy Cardozo (18), Fernando Méndez Rodríguez (29), Henri Laluz Fernández (20), Luis Acosta Pérez (21), Pablo Chapore San Martín (29).

La cifra

79 Es la cantidad de muertes violentas en las cárceles entre el 2009 y lo que va de 2010, según el Comisionado Parlamentario.

Dos testimonios

Madre: "Los dejaron morir, ¿cómo puede ser?"

Susana Cabral, madre de Alejandro Rodríguez, de 26 años, procesado por homicidio: "los dejaron morir, dicen que se les prestó atención, pero ¿cómo pudo ser, si se murieron doce o tal vez trece?". Ayer de mañana en la puerta de la cárcel de Rocha otra madre de un recluso fallecido en el incendio lloraba a punto de desmayarse. María Pilar Casuriaga, madre de Edison Javier Núñez Casuriaga, de 20 años de edad y proceso por homicidio, gritaba una y otra vez: "¡me hijo murió!". Familiares de las víctimas denunciaron que hubo una demora de una hora y media en la asistencia a los presos debido a que las autoridades de la cárcel no habían aprobado su apertura.

Padre: "Hubo negligencia, estaban como perros"

Rubén Cardoso, padre de Ariel Fernando Cardoso: "Hubo negligencia de la Policía y de la Cárcel. Estaban a lo perro, calentaban con dos hojas de sierra el agua, dado que hacían un sun. El entierro de mi hijo lo pago yo", dijo en respuesta al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, que había anunciado que el Estado se hacía cargo de los costos.

Otro padre de un recluso procesado por tráfico de estupefacientes al que le faltaban unos días para salir en libertad, exclamaba ayer en la puerta de la cárcel: "¿Y ahora qué hago? Por fumar cuatro porros estaba en la cárcel y no puede ser que ahora esté muerto. Estoy soñando, no puede ser, no es verdad y ahora qué hago".

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad