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Mañana se editará en Estados Unidos, y muy pronto llegará a Uruguay, el DVD que recoge la más reciente gira de Madonna "Sticky and sweet tour". La mayor parte del material fue filmado en Buenos Aires, en diciembre de 2008.

La visita de Madonna a Buenos Aires hace casi un año y medio desató una fiebre que tiene pocos puntos de comparación en lo que tiene que ver con los conciertos de Estadio (tal vez los de U2 o las visitas de los Rolling Stones hayan causado movidas similares). Lo cierto es que con cuatro conciertos, Madonna convocó a más de 200 mil personas, muchas de las cuales viajaron desde Uruguay. Como pequeño detalle para los fanáticos locales, el DVD y Blu Ray incluirán su interpretación del tema Don`t cry for me Argentina, que sólo la interpretó en esa parada de la extensísima gira mundial.

Fueron conciertos rodeados de ciertos inconvenientes, ya que el primero de ellos se cambió de fecha, de un miércoles pasó a hacerse un viernes. Madonna llegó acompañada por Paul Oakenfold, quien sería parte del registro de música en vivo del DVD. Igualmente se incluyen unos treinta minutos de material documental que registran distintos momentos de la gira. Pero lo que tiene que ver con el show sobre el escenario, es todo lo que ocurrió en el estadio de River.

Si bien es cierto que la experiencia de un recital de esta escala en vivo no es la misma que la que se ve a través de la televisión, el show de Madonna para esta gira tuvo los suficientes elementos como para rendir en varios niveles. La utilización de pantallas de diversos formatos sorprendía tema a tema. Algunas eran circulares y se volvían transparentes por momentos, o envolvían a Madonna con videos; otras pantallas se movían alrededor de la diva, proyectando la imagen de Justin Timberlake bailando, simulando que ella bailaba con varias copias de él.

El show se dividía en cuatro secciones distintas, cada una con un concepto particular. Pimp, era el primer bloque, y tenía algunos temas de su disco Hard candy. Abría con Candy shop, y con Madonna saliendo en un trono de un gran cubo cuyos lados también eran pantallas. Luego seguía la sección Old School, que incluyó muchos temas clásicos de su repertorio, a la vez que se utilizaban imágenes del artista Keith Haring. Luego de esto seguía la sección Gypsy, donde se incluían canciones que cruzaban el pop con elementos rumanos y folclóricos, incluso en la danza. Y la sección final se llama Rave, donde se incluyeron las canciones más de discoteca y se cerró con Give it to me, con mucha fuerza.

La masiva afluencia de público de los recitales de Buenos Aires pusieron a Argentina como uno de los puntos con más convocatoria en todo el recorrido del show. Además de esto la gira Sticky and Sweet rompió unos cuantos récords en lo que tiene que ver con recaudación. Cuando recién concluía la primera etapa de la gira, sin haber llegado aún a Asia ni a Latinoamérica, se había convertido en la gira de una mujer solista de mayor recaudación de la historia. Y lo irónico fue que el récord previo también era de Madonna. Cuando terminó su recorrido mundial, Madonna había ofrecido su recital para unos 3.5 millones de personas (o sea, la población de Uruguay), a lo largo de 32 países, con una recaudación total de 408 millones de dólares. De esta manera se convirtió en la segunda gira más recaudadora hecha por un solista.

Todos estos datos hablan del fenómeno masivo que fue en su momento la gira. Por eso mismo, el espectáculo estaba pensado para estadios grandes. Son en total dos horas intensas de música, cosa que no deja de sorprender si se tiene en cuenta que la que está al frente es una artista que tenía cincuenta años en ese momento, y que se movía con la vitalidad de sus bailarines más jóvenes.