Recuerdos y caprichos varios de un dúo dinámico

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SEBASTIÁN AUYANET

De "Dramática", un espectáculo de versiones íntimas, cercanas y a veces hilarantes, surgió el segundo disco firmado por Dani Umpi. Esta vez es a dúo y junto a Adrián Soiza, un parceiro de bajo perfil que reacomodó una lista delirante de versiones.

La diva elige lo que quiere cantar y lo canta. El compañero accede gentil o propone ante la duda de ella y entre ambos se aparecen las canciones. Sin banda, sin guardaespaldas ni susanos, títeres o invasiones de amigas y tipos con caretas al escenario. Así es Dramática, el espectáculo de Adrián Soiza y Dani Umpi que esta semana el sello Contrapedal lanzó en Uruguay en forma de disco.

Con alguna comparación alcanza para entender. Estela Raval tiene a los cinco latinos, Maria Bethania tuvo a varios y no se puede pensar en Maria Creuza sin acordarse de Toquinho. Dani Umpi tiene a Adrián Soiza, el cerebro -y las manos- que dan sentido a las incursiones musicales del performer, artista plástico y escritor que hace cinco años apareció en el mapa musical con el disco Perfecto y hoy recorre con él Norte y Sur de Argentina, Perú, México y hasta Costa Rica.

Abrir todos esos mercados impuso las nuevas ideas para suceder a ese primer disco se guardaran, con lo cual comenzó a darle recorrido a un paquete de versiones delirantes preparadas mano a mano con Soiza, que se estrenó hace dos años en el Teatro Metro a ritmo de dos funciones por semana. Antes, el dúo llegó a caer incluso en fiestas empresariales.

Umpi, fanático de las interpretaciones de cantantes melódicos (Raphael al primero y Django después), y que irrumpió en los medios por primera vez versionando a Jaime Roos, explica: "Es una figura bien de escenario y que además se apropia de las versiones y las lleva a su terreno. Es un plano de laburo que nos vienen bárbaro para trabajar. En la preparación, me ayuda mucho que Adrián sea un tipo tan sofisticado porque no me deja volar demasiado. Yo soy muy terraja y él a veces no disfruta de que algo sea un bardo".

El espectáculo se intercaló con los sets discotequeros y bizarros que sigue haciendo por Argentina, pero en Uruguay se volvió más frecuente esas fiestas-conciertos por cuestiones de simple logística.

Así, y sumado a la necesidad de editar, el dúo seleccionó algunas de esas versiones y las trabajó en el estudio. Como una foto de influencias no tan difíciles de encontrar en Umpi, se aparecen los ochenteros Pet Shop Boys y Human League, las reliquias hiteras de Ace of Base, pero también el brasileño Odair José, los españoles Fangoria y Gris, himno local del viejo boliche Perdidos que cantaba el joven Fede Lima en la banda Loop Lascano. Soiza y Umpi explican cada selección en una hoja incluida dentro de la caja personalizada del disco que en cada una de las primeras 500 copias distribuidas, trae un collage de recortes revisteros sobre la tapa. "Queríamos que el disco tuviera un valor como de fetiche, para ir un poco en contra del mp3 y para que valga como objeto único. Saqué mi primer disco con un librito y eso hizo que se vendiera más".

El show es para escuchar pero además para ver, dice sobre este disco que, asegura, nunca podría utilizarse como música funcional por la cantidad de arrebatos y gritos que se aparecen entre las canciones.

"El personaje de Dramática es rehistérico e histriónico", dice Umpi, que otra vez se afirma en hablar de su yo artístico como una creación artificial, deliberada y pop. "Es que eso es lo que siempre me interesó. Hay gente como (Fernando) Peña, que hacen de su vida una obra de arte. Pero yo no puedo hacer eso porque mi vida cotidiana no es interesante. Lo que hablo o lo que digo no es una cosa que yo pueda llevar al arte. Me interesa la gente como (la ídola flogger) Cumbio, que genera una fantasía a su alrededor. En Buenos Aires canté con ella y la voy a ver siempre. Pero yo puedo llegar hasta ahí en lo artístico, haciendo este tipo de personajes. Cuando era chico, en vez de elegir los helados por los gustos lo hacía por los colores, creo que eso habla de una forma de pensar que todavía tengo, no sé si superficial, pero sí de mucha atracción por lo artificioso".

Cuando el teatro Rojas ofreció a Dani Umpi que escribiera un espectáculo teatral -algo que nunca había hecho- él entregó un musical con 13 actores en escena. Nena, no robarás, fue una producción con la música del ex Astroboy Javier Vaz Martins, alguna colaboración de Fito Páez y Romina Ricci como protagonista. "Una crítica dijo que era como una obra gay de Cris Morena, como muy estereotipada, y me parece una buena definición".