Por Enrique Arrillaga
En apenas tres minutos, el sueño de Peñarol en su estreno en la fase de grupos de la Copa Sudamericana se derrumbó. El mirasol recibió dos goles tras desatenciones defensivas y terminó teniendo un debut para el olvido que se saldó con un 4-1 a favor de América Mineiro en Belo Horizonte.
Y hay mucho para repasar tras un nuevo fracaso de un equipo uruguayo en un torneo internacional porque cada vez la brecha se agranda con rivales que en lo previo son complicados pero que en cancha se transforman en inalcanzables.
Es que el aurinegro, que ya tiene un estilo de juego definido de la mano de Alfredo Arias, lidera el Torneo Apertura en Uruguay, pero a nivel internacional demostró que aún no está a la altura.
Y ese ha sido el común denominador de Peñarol en los últimos años. Competir en los torneos de Conmebol se hace casi que imposible y ya no pasa por una cuestión de presupuesto o plantel, es más bien un tema físico, futbolístico y sobre todo, de concentración.
Así quedó demostrado anoche en el Estadio Raimundo Sampaio, donde el aurinegro no abrió los ojos a tiempo y lo pagó caro.
A los 2 minutos de partido, un tiro libre desde la derecha de Martín Benítez lo cabeceó sin marcas Éder para poner el 1-0 y tres minutos después, tras una mala salida de Santiago Homenchenko, el uruguayo Gonzalo Mastriani se hizo de la pelota y definió notable para establecer el 2-0.
Mazazo enorme para un Peñarol que intentó responder, se transformó en protagonista, pero careció de profundidad.
Nicolás Rossi fue el que más quiso en la ofensiva y quizás porque no era de los más conocidos para América Mineiro, que estudió muy bien el funcionamiento de Peñarol y le cortó todos los circuitos de juego, lo presionó en la salida y lo complicó cada vez que pisó el área del carbonero.
Jugadores como Matías Arezo y Sebastián Rodríguez, quienes venían siendo figuras en el mirasol, fueron neutralizados por los defensores norteños y eso lo sintió Peñarol.
El equipo no funcionó y salvo alguna jugada aislada, el descuento no se veía venir por ningún lado.
Con Peñarol buscando el gol y América Mineiro manejando los tiempos del partido y con ventaja en el marcador, todo quedaba abierto para ver qué podía suceder en la segunda parte.
Y se le vino lo peor al carbonero. Otra vez las desatenciones defensivas se pagaron caras. A los 55’ Juninho desbordó por la derecha y mandó la pelota al medio, donde con todo el olfato goleador apareció Mastriani para anotar el 3-0. Partido liquidado.
Pero había más.A los 67’ y un minuto después de haber ingresado, Wellington Paulista la mandó a guardar de cabeza para el 4-0 y parecía que si América Mineiro aceleraba, iba a conseguir una goleada histórica.
Pero a Peñarol le quedaba algo de amor propio más que fútbol e ideas y con un cabezazo de Brian Mansilla —de muy buen ingreso— descontó, pero la historia no iba a cambiar en absoluto.
El equipo de Alfredo Arias no tuvo un Plan B. Le neutralizaron el Plan A y se quedó sin ideas luego de que dos graves desatenciones en el inicio del partido le cambiaran absolutamente toda la planificación que había hecho en la previa.
Las distracciones y los errores se pagan caro a este nivel internacional y el mirasol lo sufrió, pero luego, no tuvo respuestas. Sus figuras no aparecieron y la serie se empezó a poner cuesta arriba ya que ahora, el próximo encuentro del carbonero será el jueves 20 de abril en el Estadio Campeón del Siglo frente a Millonarios de Bogotá, que como local goleó a Defensa y Justicia 3-0 el martes por la noche.
Peñarol deberá mejorar y mucho si es que pretende avanzar en la Sudamericana. Anoche, al aurinegro le pasó lo de siempre: desatenciones y errores que le costaron otra derrota en el exterior. El equipo de Arias recibió un mazazo y tendrá que reponerse porque el domingo tiene otro examen en Melo.
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