Descanso
Hay estudios que afirman que 2 de cada 3 niños menores de 10 años tienen o han tenido problemas relacionados con el sueño
El pasado viernes 19 de marzo se celebró el Día Internacional del Sueño, y quiero aprovechar para contarles algunas cosas de las que no se suele hablar.
Dormir es una necesidad fisiológica básica pero también es un hábito que se desarrolla y se enseña. Los bebés duermen desde que están en el vientre materno, lo que sucede una vez que nacen es que les cuesta conciliar el sueño de manera independiente, causando múltiples despertares (al principio es completamente normal pero pasado un tiempo está bueno ayudarlos a resolverlo).
Hay estudios que dicen que 2 de cada 3 niños menores de 10 años tienen o han tenido problemas relacionados con el sueño y lo más preocupante es que se suele desestimar su importancia siendo que está científicamente comprobado que la falta de sueño puede acarrear en niños problemas de: crecimiento, obesidad, aprendizaje, concentración, diabetes, corazón.
La hormona de crecimiento se segrega en un 80% durante las fases de sueño más profundo que se dan en la primera parte de la noche (entre las 19 y las 23) por eso también es importante que se duerman temprano.
El sueño no es acumulativo pero la falta del mismo si lo es, se genera una “deuda de sueño” que afecta el humor, la forma de ser y la salud que es como una bola de nieve: cuánto más cansados, peor duermen y más cansados otra vez
Mientras dormimos el sistema inmune se fortalece, los niveles de cortisol (estrés) se reducen, procesamos las emociones, se regula el sistema cardiovascular, regulamos el apetito, se fija y consolida la memoria, desechamos información innecesaria (el cerebro procesa y organiza la información recibida), algo así como un “detox” de nuestro sistema.
Además está estudiado que podríamos pasar más tiempo sin comer que sin dormir, o sea que es una función absolutamente básica para nuestra supervivencia.
Tener el descanso adecuado tanto para ti como para el resto de tu familia va a colaborar enormemente en la dinámica familiar, porque ¡todos estamos mejor cuando descansamos mejor!
Siento que parte de mi aporte es concientizar sobre esto, acá no se trata de dormir porque es lindo o conveniente, es un tema de salud y como tal hay que tratarlo, de la misma forma que actuaríamos si nuestros hijos rechazan la comida durante mucho tiempo por ejemplo, o si sentimos que algo les cuesta más de lo que debería: acompañándolos en el proceso de aprendizaje; en este caso del buen dormir.
Consultora de Sueño Infantil por el Family Sleep Institute. Mamá de Eva y Felix.
A través de su emprendimiento, Volver a Dormir, ha trabajado con más de mil familias en Latinoamérica.
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