El consumo de sal es un factor de riesgo para desarrollar patologías. Es sabido que el exceso de sodio es causante de enfermedades no transmisibles en la adultez.
La alimentación no saludable es el principal factor de riesgo de las llamadas Enfermedades Crónicas no transmisibles. “Sobrepeso, obesidad, hipertensión, por ejemplo, solo algunas de las patologías que pueden derivar en problemas cardiovasculares, diabetes e incluso cáncer a edades tempranas de la vida”, detalló la médica Alicia Fernández, quien recomendó generar hábitos saludables en niños y jóvenes para evitar el consumo de alimentos ultraprocesados.
“La mayor carga de sodio proviene de los alimentos. A edades tempranas es cuando pueden adquirirse hábitos saludables entre los cuales, además de la alimentación, debe incluirse la actividad física y el uso adecuado de las pantallas”, detalló la profesional.
A la hora de elegir alimentos, lograr una alimentación equilibrada en nutrientes, sin agregado de sal, también es clave también pensar en el sabor.
¿Puede dejarse de lado la sal? “Sí”, es la respuesta de la Licenciada en nutrición Lorena Balerio.
Lo primero que recomendó la profesional es utilizar es especias e hierbas. “Hay que animarse y descubrir el mundo mágico de las especias”, dijo quien además del método ensayo y error en la cocina, aseguró que existen ciertas mezclas que resultan ideales para no extrañar la sal mientras nuestras papilas gustativas se acostumbran a los verdaderos sabores de los alimentos.
Algunos consejos para substituir la sal
- Pimienta negra y pimentón dulce o picante.
Ideales para condimentar guisos, verduras asadas, legumbres, o cremas. Pueden agregarse al momento de hacer rebozados (mezclarla al pan rallado, salvado de trigo, panko o avena) junto a ajo y cebolla en polvo para hacer milanesas, por ejemplo. - Ajo y cebolla.
“Frescos o molidos en seco van bien en muchos platos, tales como salsas, cazuelas, vinagretas”, señaló Balerio. Además agregó que el ajo con perejil picado es un excelente aderezo final en carnes, mariscos y pescados. - Orégano y tomillo.
La combinación es ideal para hacer las salsas de tomate, también puede añadirse a verduras cocinadas al horno o en cremas de verduras. - Albahaca y cilantro.
“Estas plantas aromáticas pueden usarse frescas para elaborar aceites saborizados. Se pican con frutos secos, como almendras, y se suman a ensaladas o pastas”, aconsejó. El cilantro también puede agregarse al guacamole casero y a legumbres o sopas cremas. - Comino, jengibre y cúrcuma.
“Son especias de la cocina árabe que podemos usar en guisos y cazuelas de carnes o legumbres”, remarcó y agregó que además tienen un efecto digestivo y antiinflamatorio, como es el caso de la cúrcuma.
Cítricos y vinagretas.
Otra alternativa para reducir el consumo de sal es emplear cítricos y vinagretas. La nutricionista señaló que son ideales para marinar comidas o aderezar. “Vinagretas, el limón, la naranja, el pomelo y la mandarina son un excelente recurso, vale usar tanto el jugo de la fruta como ralladuras”, contó.
A su vez, la experta recomentó usar vinagretas caseras para sustituir las salsas comerciales, lo que considera puede ser un gran avance en la calidad de la alimentación.
“Bastará con añadir a una base de aceite de oliva, otros elementos como mostaza, vinagre, jugo de limón, ajo en polvo, pimienta. La idea es agregándolos a gusto, combinando para sumarlos a ensaladas, carnes y verduras.
“Reducir los alimentos ricos en sal y los ultraprocesados es otra clave”, detalló y agregó que a los productos en conserva, como latas de atún, sardinas o embutidos se les agrega una gran cantidad de sodio para su elaboración y conservación. Lo mismo sucede con snacks (como papas chips y salsas).
Frutas y verduras, la clave.
La base de la alimentación variada y con más productos naturales, es el consumo de frutas y verduras, que ayuda a combatir la retención de líquidos que genera el exceso de sodio en la dieta.
“El consumo de frutas y verduras a diario, también ayuda a combatir las patologías consideradas no trasmisibles (diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad)”, remarcó Balerio.
En el caso de la hipertensión, frutas y verduras aportan menos sodio a la dieta y suman potasio, ayudan al equilibrio mineral y son una fuente extra de agua para hidratarnos. El equilibrio mineral entre potasio y sodio regula múltiples funciones orgánicas.
Además la nutricionista remarca que mantener un peso saludable y practicar actividad física para reducir el sedentarismo, son otros pilares fundamentales para contrarrestar la retención de líquidos.
-
Diez hábitos cotidianos que contribuyen a que el cerebro desarrolle una actitud positiva
Cinco recetas, dulces y saladas, para preparar en casa y agasajar a las madres en su día
Los mitos y las verdades sobre el yogur: descubrí qué es falso y qué es verdadero sobre esta bebida
Nutrición en días de estar en cama: qué debemos comer y beber frente a un resfrío o gripe