El cabecilla de la banda de secuestradores es un individuo considerado "muy peligroso" que tiene antecedentes penales en Italia y Uruguay por homicidios, rapiñas y tráfico de drogas.
Es un sujeto de mediana edad que planificó el secuestro junto con unos pocos cómplices y luego utilizó los servicios de personas que no registraban antecedentes.
"Se trata de una persona muy violenta y peligrosa", dijo a El País una fuente del caso.
La gavilla desmembrada por la Policía tenía un "cerno duro" integrado por cuatro sujetos, todos ellos con antecedentes penales por rapiñas, hurtos y venta de estupefacientes.
También había un "círculo blando" integrado por al menos seis personas sin antecedentes penales. Estos individuos, que hacían tareas de menor entidad —traslado y cuidado de Milvana— eran adictas a las drogas.
El secuestro de la médica Milvana Salomone ocurrió el domingo 17 de mayo al término del último partido clásico del Campeonato Clausura.
En la primera semana, el equipo especial designado por el jefe de Policía de Montevideo, Mario Layera, se enfrentó a un verdadero muro. No había filmaciones claras ni pistas contundentes.
Una semana después, los investigadores ya estaban pisando terreno más firme. Contaban con filmaciones del pasaje de la camioneta y descubrieron que esta era seguida por un auto oscuro. Se trataba de un caso de secuestro.
En ese momento, el director Nacional de Policía, Julio Guarteche, ordenó que otras unidades —Inteligencia Policial, Dirección de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, Dirección de Lucha contra el Crimen Organizado y la Jefatura de Canelones— trabajaran en coordinación con el equipo especial de la Jefatura de Montevideo.
Las distintas reparticiones buscaban nombres, direcciones y chequeaban datos que luego los suministraban al equipo especial. El grupo se encargaba de las escuchas telefónicas autorizadas por la jueza de 10° Turno, Dolores Sánchez.
En ese momento surgió la "pista carcelaria". Un individuo, recluido por rapiña en un establecimiento carcelario, informó a integrantes del Departamento de Información y Análisis (DIAP) del Instituto Nacional de Rehabilitación que conocía a los secuestradores de Milvana.
El sujeto, que tiene una larga condena por delante, dio detalles sobre los integrantes de la banda, lo que permitió a la Policía aproximarse en forma cautelosa, sin arriesgar la vida de la médica ginecóloga.
Así el equipo especial supo que uno de ellos tenía una novia en Sayago y que, por lo tanto, conocía muy bien ese barrio. También se enteraron de los perfiles de los delincuentes.
Los investigadores, que ya tenían una línea sólida, supieron que los delincuentes tenían recluida a Milvana en una casa situada en la zona del Aeropuerto de Carrasco. Poco después, la médica desaparecida fue trasladada a una finca situada en Peñarol. Sin embargo, cuando fue liberada, la profesional señaló a un matrimonio de ancianos que había estado en una sola casa.
En una conferencia de prensa efectuada ayer en el Ministerio del Interior ante la presencia del ministro Eduardo Bonomi, el subsecretario Jorge Vázquez y el director Nacional de Secretaría, Charles Carrera, el jefe de Policía, Mario Layera dijo que la investigación supuso un "intenso trabajo policial" en coordinación con la familia de Milvana, la jueza Sánchez y la fiscal María Camiño.
Según el jefe capitalino, la investigación contiene ingredientes de inteligencia policial apoyada por tecnología disponible en la Jefatura de Montevideo y en otras unidades, inclusive de otras jefaturas.
En la investigación participaron 60 policías. Los efectivos debieron seguir cada una de las pistas que llegaba al Ministerio del Interior a través de los teléfonos 08005000 y 08002121.
"La premisa fue la vida de la doctora. Por eso tuvimos que reforzar las tareas de inteligencia y las acciones que emprendimos. Algunas circunstancias, donde se filtró la información, nos obligaron a cambiar la estrategia", dijo Layera en alusión a que la publicación de que los secuestradores seguían a la camioneta en un auto oscuro obstaculizó la investigación.
Ese vehículo participó en varias etapas del secuestro.
"Nosotros no sabíamos cómo estaba Milvana, Su vida siempre corrió peligro", expresó Layera.
Liberación.
En la noche de lunes 15, Layera y su equipo trabajaron hasta tarde. El propio jefe policial llamó por teléfono a jerarcas de otras unidades policiales. Les advirtió que, en la madrugada de ayer iba a efectuar un operativo de magnitud para detener a los secuestradores de Milvana.
A las 7:00 de la mañana de la víspera, los delincuentes dejaron en libertad a Salomone en Camino Al Gigante, entre Joanicó y la Ruta 32.
Según Layera, posteriormente hubo un intercambio de disparos entre los policías y los secuestradores y agregó que no hubo heridos entre ambas partes.
La Policía detuvo el auto en que, supuestamente, los delincuentes trasladaron a Milvana hasta la zona donde fue dejada, tirada en una cuneta.
En el interior del vehículo, los agentes encontraron varias prendas de vestir utilizadas por los delincuentes.
En las tareas de Inteligencia efectuadas días antes de la liberación de la víctima, la Policía ubicó los domicilios de cada uno de los delincuentes y armó una "ratonera" (con efectivos escondidos).
Cuando los secuestradores llegaron a sus casas por separado, fueron atrapados. Además la Policía hizo una media docena más de allanamientos en las casas de otras personas en búsqueda de más evidencias.
Custodia.
Pocas horas después de la liberación de la médica Milvana Salomone, familiares y amigos de la víctima concurrieron a su casa ubicada en Parque Batlle a saludarla. Un fuerte operativo policial acordonó la zona. Después del mediodía, Salomone fue trasladada al Juzgado Penal de 10° Turno a prestar testimonios sobre los detalles de su cautiverio. Fue custodiada por móviles policiales. El jefe de Montevideo, Mario Layera, dijo que, antes de este caso, la Policía ya había observado una tendencia al secuestro en Uruguay.
EN CASA.
Multitud peregrinó por su domicilio.
La casa de la médica en Parque Batlle parecía ayer el escenario de una romería, aunque todo el fervor transcurría en la intimidad. Un patrullero montaba guardia frente a la vivienda de dos plantas, que tenía las cortinas cerradas. Profesionales y colegas de Milvana, familiares y los más cercanos amigos estaban reunidos en el salón con la doctora, que no paraba de contestar preguntas y de atender el teléfono, contaron algunos de los asistentes.
Muchos se sorprendían cuando se iban enterando de los hechos que fueron ocurriendo a lo largo del último mes. "¿Cuándo pasó eso?", preguntaban con sorpresa, incluso familiares muy cercanos a los que se mantuvo lejos del caso por recomendación policial para evitar cualquier filtración. Milvana estaba emocionada y ansiosa, al igual que sus allegados. Daba detalles de su cautiverio a quienes preguntaban con curiosidad. Repetía que fue tratada con respeto, que comía bien y que tuvo todos los elementos para su higiene personal diaria. Sin embargo, admitió que hubo momentos en los que le ganó la ansiedad, sobre todo cuando veía que los días transcurrían y que el secuestro se extendía más allá de lo lógico, sin que le llegaran señales de su liberación.
Misa de gracias en capilla de Florida.
Ayer de tarde, en agradecimiento por la aparición con vida de la médica Milvana Salomone, familiares y amigos de la profesional participaron de una misa en la Capilla Santa Teresita de la ciudad de Florida. Los Salomone y los Álvarez son conocidas familias del departamento.
La celebración fue dirigida por el padre Pablo y estuvo cargada de emoción, según participantes de la ceremonia religiosa.
No es la primera vez que los amigos de Milvana y los floridenses se movilizan.
El sábado 6, unos 500 floridenses marcharon por el centro de la ciudad en solidaridad con Milvana, quien cumplió 48 años ese día.
Una enorme pancarta abría la marcha. "Es tu cumpleaños, te estamos buscando", decía. La pancarta la llevaban los tíos y primos de Salomone. Con paraguas, aplausos y carteles reclamando una rápida aparición de la profesional, los manifestantes partieron de la explanada de La Bandera, recorrieron varias calles de la ciudad y finalizaron la caminata en la capilla de San Cono. Los manifestantes ingresaron a la capilla de San Cono con la enorme pancarta. Los católicos rezaron por Milvana. Hubo llantos de amigas de la médica.
Cabecilla tiene un prontuario que incluye homicidios, rapiñas y drogasEDUARDO BARRENECHE