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Llorar no es tan terrible: fortalece vínculos interpersonales y deja algunos aprendizajes

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Llanto. El llorar alivia y fortalece vínculos

Cuando lloramos, aprendemos. Puede que esto no sea tan evidente, sin embargo nuestro cuerpo y cerebro sacan algunas valiosas lecciones cuando las lágrimas surcan nuestros rostros. Creamos vínculos, conectamos con otras personas, nos damos un baño de humildad.

El psicólogo holandés Ad Vingerhoets estudia el tema del llanto desde hace décadas —tiene varios libros dedicados al tema— para responderse la pregunta “¿Por qué solo los seres humanos lloran?”

Vingerhoets llevó parte de los conocimientos que adquirió durante años de lectura, docencia e investigación a una charla TEDxrealizada en la ciudad de Amsterdam (él es profesor emérito de la Universidad de Tilburg). El profesional comienza su intervención con un fragmento del poeta cementérico inglés Ewdard Young (1681-1765), que en una parte de sus Lamentos Nocturnos le pregunta a su interlocutor “Lorenzo” si ha pesado un suspiro, o estudiado la filosofía de las lágrimas, si ha descendido hacia las profundidades del torso, para ver los orígenes de esta.

“Esta cita resume bastante bien la situación en lo que respecta al estudio de las lágrimas y el llanto hace casi 300 años. Pero la situación no es muy distinta en la actualidad. El estudio de las lágrimas está en su infancia y es un asunto solitario”.

Para Vingerhoets, ese estado de situación es en algún punto desconcertante. Como también dice en la charla, las lágrimas han fascinado a los seres humanos casi que desde Homo Sapiens empezó a caminar por el planeta. “En los mitos creacionistas de los antiguos egiptos, las lágrimas de los dioses fueron usadas para crear a los hombres”. Además, agrega, en muchas partes del mundo las lágrimas se asocian a la fertilidad (¿qué es lo primero que hace un ser humano cuando nace?).

Como también señala, en muchas culturas la gente lloraba reunida luego de una gran adversidad, fortaleciendo así los vínculos comunitarios. Y vamos a ser sinceros:si alguna vez viste llorar a un amigo, o un amigo te vio llorar a vos, eso crea un invisible vínculo, a prueba del paso del tiempo y sus vaivenes.

Más allá de ese aspecto comunitario y social del llanto, Vingerhoets señala otra faceta de las lágrimas que es tan obvia que es pasada por alto cuando se llega a la edad adulta: son un pedido de ayuda, porque sea lo que sea que las hayan provocado, uno se siente abrumado. Uno también se siente más humilde después de “largar el llanto”.

En resumen, las lágrimas ayudan a reforzar vínculos —tanto a nivel interpersonal como comunitario—, a conectar con algunas de las facetas fundamentales de la condición humana (como, por ejemplo, el nacimiento) y también nos bajan de algunos pedestales. No es poca cosa para unas gotas llenas de sal que brotan de nuestros ojos.

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¿Qué otros beneficios trae llorar?

Si estás irritado, llorar puede ser útil para relajarte y hacer que, por ejemplo, el ritmo cardíaco esté en niveles normales. Hay una catarsis, tras la cual tendrá un mejor panorama para lidiar con lo que puede estar afligiendo.

“El llanto es una válvula de seguridad importante, en gran parte porque mantener los sentimientos difíciles adentro, lo que los psicólogos llaman afrontamiento represivo, puede ser malo para nuestra salud”, explicó Leo Newhouse, estudioso de Harvard.

Además del relajamiento causado por llorar, los demás pueden comprender la situación en la que se encuentra y brindar alguna ayuda. Según Newhouse, se aumenta la cercanía, empatía y el apoyo de sus seres queridos.

Aquellas personas que se abstienen de llorar porque lo asocian con una muestra de debilidad, inmadurez o falta de autocontrol pueden llegar a experimentar sensaciones de rabia, inquietud, ansiedad y malestar.

La recomendación es: no reprima sus sentimientos. Al contrario, desahogarse es el primer paso para encontrar una salida. Como lo señala la psiquiatra Judith Orloff, “llorar es una forma esencial de alivio”.

“Doctor, my eyes”, una canción sobre llorar

"La diferencia en cuanto a llorar entre los sexos no es tan grande”, aseguró Ad Vingerhoets, el investigador holandés. Otro estudio publicado en 2019 titulado La relación entre roles de género sobre llorar, concluyó de que las mujeres lloran un poco más a menudo, y frecuentemente por asuntos más mundanos. Así como las lágrimas han fascinado místicos del antiguo Egipto y a poetas del preromanticismo, también ha atraído a músicos como Jackson Browne, quien en 1972 lanzó Doctor My Eyes, su primer hit: “Doctor, mis ojos han visto los años, y su lenta procesión de horrores sin llorar, y ahora quiero entender. He hecho lo que pude para ver el mal y el bien sin esconderme (...) Doctor, mis ojos no pueden ver el cielo. ¿Este el precio a pagar por haber aprendido a no llorar?”

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