Por Aníbal Durán
Cansa, pudre, hastía, tanta diatriba de un lado para otro, algunas sin fundamento. Hay un hedor a tema electoral que es sinónimo de tomarle el pelo a la gente y sobre todo a la gente que está pasando muy mal. A quien le quepa el sayo… Elevar el tono de la discusión es imperioso. Hay que hacer cosas por la gente, tangibles, que les vaya recuperando calidad de vida. Un simple puente que permita pasar de un lado a otro (creo que el Presidente Lacalle Pou inauguró uno hace unos meses), poner electricidad donde no la hay, hacer pisos de cemento donde solo hay tierra (Asentamientos), hacer una plaza donde jueguen niños donde existe un terreno baldío…y así podríamos extendernos en un sinnúmero de ejemplos.
Esas cosas se palpan, se gozan, sacan una sonrisa. Ahora estamos con AVANZAR el programa que elimina Asentamientos y ya la idea está en vigencia en varios departamentos del país y además con el consenso de todas las intendencias. Qué mejor que eso.
Introducción que no sé si es pertinente o no, pero viene a cuento por la manida reforma del Estado, título tal vez grandilocuente que tal vez no se compadezca con lo que necesitamos realmente.
Obtener algún logro en la materia que agilice la función pública en beneficio del ciudadano de a pie que muchas veces queda inerme ante la ineficacia imperante. Eso sí, que dicho ciudadano no se atrase en un solo tributo porque las consecuencias sonnotorias. Existe una suerte de indefensión de la gente hacia el Estado, donde estamos a merced de los tiempos de éste y de decisiones de “iluminados circunstanciales” que recogidos en una cómoda poltrona y con el salario seguro a fin de mes, toman decisiones o lo que es peor, no las toman y todo queda en una gran nebulosa.
Como dice Conrado Ramos, director de la Oficina Nacional del Servicio Civil, versado en el tema que nos ocupa, existen avances en materia de incorporación de tecnología de información y comunicaciones (TIC,s), pero el papel sigue muy vigente y también siguiendo a Ramos, dependemos de la memoria institucional de los viejos funcionarios. De ripley.
Es imperioso digitalizar procesos, trámites, simplificar todo lo que se pueda y que redunde en el ciudadano, en las empresas. Los trámites internos son muchas veces un “parto” y además el alumbramiento del mismo no llevó 9 meses, sino que mucho más. Tiempo más tiempo más tiempo. Bien se dice que los tiempos públicos no son los tiempos privados.
El mundo nos muestra Estados modernos, donde prima la administración digital. La inteligencia artificial vino para quedarse, transformando la información en conocimiento y el vínculo fluye con quien finalmente le paga el salario al funcionario que competa.
Ignoro el tamaño corporal del Estado: ¿gordo? ¿flaco? Sí lo quiero inteligente y al servicio de la gente. ¿Es tan difícil lograrlo?
El cambio cultural debe ser determinante y además debe contar con la connivencia de los funcionarios. Me consta que Ramos está trabajando en reconstruir un sistema salarial que hoy no transmite el valor público que agrega un funcionario, hacer un nuevo sistema de evaluación que hoy es rutinario y no se orienta a resultados.
Hay que tener sistemas de información en gestión humana que permitirán un Estado más abierto y transparente. Además, incentivar la gestión en sí misma.
El ingreso y ascenso de los funcionarios son lentos y no aseguran para nada captar a los mejores talentos. Hay que digitalizar estos procesos (Ramos lo está haciendo), con inteligencia artificial para cambiar drásticamente el paradigma.
Hay que hacer partícipe a los funcionarios de estos cambios (fue dicho), para motivarlos, excitarlos, saber que podrán ser mejor remunerados, ascendidos.
Hay que apostar por la formación en habilidades digitales y se está intentando.
Tal vez y recurriendo una vez más a Conrado Ramos, este tipo de reformas no tenga mucha visibilidad como una reforma jubilatoria o una educativa, pero no tengan duda que estos cambios sí impactan sobre el ciudadano, sobre las empresas, logrando que la inversión se proyecte con mucha más confianza y buen augurio en el desenlace de un eventual proyecto.
En la industria de la construcción privada, tenemos padecimientos diarios en distintos estamentos del gobierno. Recurrir a “gente conocida” para darle fluidez a un trámite es una aspirina para una enfermedad grave.