Sistema de jubilaciones y pensiones (II)

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En Uruguay hay 500.000 personas mayores de 65. Foto: archivo El País
Nota por gente mayor, ancianos , tercera edad, veteranos y jóvenes, ND 20111124, foto Inés Guimaraens - Archivo El País
Archivo El País

Mi columna anterior termina expresando que, salvo los fondos policial y militar, el resto de las actividades no tienen características particulares y deberían estar todas reguladas de igual manera en cuanto a edades de retiro y forma de cálculo —porcentaje y período a tener en cuenta— del haber.

La especificidad de los citados fondos también hace necesario condiciones diferentes, algo que ya es así, pero no necesariamente es inmutable.

Hoy todos nuestros sistemas de jubilaciones y pensiones reciben subsidios estatales (de todos los contribuyentes) y, por tanto, si lo que se pretende es seguir con la ilógica situación de sistemas particulares para pequeños grupos de la sociedad y que éstos sean exclusivamente de reparto, la justicia en el tratamiento implicaría definir un porcentaje de subsidio sobre el haber al momento de retirarse, parejo para todos (1), al menos para todos los que tengan el mismo haber de retiro o, si se quiere, como lo tiene la ley de 1995 que reformó el BPS, otorgando un subsidio adicional a las pasividades de menor cuantía (2) . Lo anterior implica reconocer que existen diferencias salariales entre los sectores y, por ende, diferencias de aportes, pero similar tratamiento para el cálculo jubilatorio en función del salario de actividad, aportación y edad. Toda otra solución es ilógica, como también lo es seguir votando impuestos afectados para sostener lo insostenible y luego decir "no hay ninguna asistencia estatal", cuando la hay y en gran escala. Hay ciertos casos, como la actividad financiera, donde la aplicación de tecnología disminuye los puestos de trabajo, por lo que un sistema de reparto cerrado tiene dificultades crecientes, es inviable.

Cifras.

El cuadro que acompaña esta columna nos muestra las principales variables de todos los fondos, salvo el policial y militar, cuyas cifras no están disponibles en las respectivas páginas WEB y por ende no me fue posible analizar. Desde el momento que los impuestos afectados a cada Caja, en alguna medida son pagos por los propios beneficiarios, y por tanto no deben considerarse subsidio, es bueno dejar claro que la comparación puede no estar exenta de controversia respecto al "número exacto", pero no así en el concepto. Así tenemos una pésima relación activo-pasivo en la caja bancaria, muy mala en BPS y relativamente buena en las de profesionales y notarial. Cuando se mide el peso de los impuestos afectados (3), en la caja bancaria el 51,4% de los egresos por pasividades son cubiertos por estos, siendo 44% en la de profesionales, 1/3 en el BPS y 26,9% en la Notarial. Dentro de ésta última (Notarial) he supuesto que 2/3 del montepío lo soporta económicamente el escribano y el restante tercio se traslada al precio de su servicio. O sea, quién más asistencia porcentual recibe para el pago de sus pasividades es la caja bancaria, algo "lógico" dada su pésima relación activo-pasivo, pero la segunda, y no muy lejos, es la de profesionales que tiene la mejor relación. La menos asistida sería la notarial.

Otra relación relevante es el cociente entre pasividad media y salario medio de aportación de cada fondo; sin considerar el impuesto especial a las jubilaciones de la caja bancaria, ésta es quien menos paga, apenas 61,5% (51,4% si se toman en cuenta las pensiones), la más baja —nuevamente lógico por la razón antedicha—, siendo quienes más reciben los profesionales 112,3% y 96,1%.

Para elaborar las cifras del BPS se consideró exclusivamente el IVS, sin pensión a la vejez. Es decir, se dejaron de lado todas las prestaciones no contributivas y tampoco se imputaron, al igual que en el resto de los casos, gastos de administración del sistema. En BPS, mi cálculo sobreestima en algo los impuestos afectados, en función de las sobretasas de algunos servicios importantes que son bonificados a efectos del cómputo jubilatorio. De todas maneras, la cifra final no se altera en demasía.

Los fondos particulares pueden realizar funciones específicas, pero en cuanto a su mandato principal, brindar una prestación de retiro, se debería pensar en, con las dos excepciones planteadas, ir a una legislación única, buscando una transición ordenada. Está claro que habrá enormes resistencias, pero es clave dotar de reglas de juego claras, justas y parejas para todos. Hay que sincerarse, decir claramente cómo es el subsidio, no esconderlo detrás de impuestos afectados, que las cajas "sienten" como propios, cuando no lo son.

Como dato final, la suma de todos estos impuestos afectados ronda el 3,25% del PIB anual. Seguir mirando las cosas por ventanitas particulares donde los intereses de grupos de presión no soluciona los problemas, los termina agravando.

(1) Eso de futuro porque en lo actual se debe tener en cuenta la relación activo pasivo que traen consigo diferencias notorias en los recursos disponibles.

(2) En el régimen BPS-AFAP sube la jubilación en hasta 50%.

(3) No considerando dentro de éstos, cuando la hay (bancaria, profesional, notarial) la sobretasa de aporte personal —definida ésta por el exceso sobre el 15% que se aporta al BPS—, ni el impuesto a las pasividades, además del IASS, en la Caja Bancaria.

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En Uruguay hay 500.000 personas mayores de 65. Foto: archivo El País

ISAAC ALFIE

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