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Una bebida con más potasio que la banana, ideal para recuperar los músculos y bajar la presión arterial

El agua de coco es natural y de origen frutal, aporta múltiples vitaminas y minerales al organismo, tiene pocas calorías y es rica y refrescante.

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Agua de coco
Agua de coco.
Foto: Freepik.

Melanie Shulman, La Nación/GDA
Exótica y refrescante, el agua de coco es una bebida ideal para reemplazar el consumo de infusiones azucaradas, reponer electrolitos y mantenerse hidratados. De color transparente y sabor dulce, este jugo natural es una importante fuente de vitaminas, minerales y aminoácidos beneficiosos para la salud.

Entre sus principales adeptos se destacan los deportistas, quienes la eligen para devolverle al cuerpo todo lo que perdió luego de un arduo entrenamiento o competencia, otros la prefieren para aliviar el estreñimiento estomacal, incluso, para reforzar el sistema inmune.

Se trata de una bebida que se encuentra en el hueco interior del coco cuando aún está verde. De lo contrario, explica Ramiro Heredia, médico especialista en medicina interna del Hospital de Clínicas José de San Martín, una vez que la fruta madura “este líquido se transforma en carne de coco, que también es comestible”. Específicamente este agua “proviene de cocos jóvenes, de aproximadamente seis a siete meses de edad y cuando se trata de uno de tamaño mediano, la cantidad de agua suele ser el equivalente a entre media y una taza de té”, ahonda el médico.

En países tropicales y cocoteros, como Indonesia, Filipinas o Brasil, este jugo tiene una larga tradición desde tiempos remotos: sus poblaciones acudían a él para contrarrestar el efecto de las altas temperaturas características de esas regiones gracias a sus atributos rehidratantes. Por otro lado, también lo utilizaban a modo de medicina.

Si hay algo que caracteriza a esta bebida es la presencia de múltiples propiedades. Tal como enumera Lucila Rosso, licenciada en Nutrición, son “hidratantes, antioxidantes, digestivas, hipo-colesterolémicas, diuréticas, antifúngicas, desintoxicantes y anti-hipertensivas”. Hoy, el agua de coco se coló como una bebida saludable y atractiva. “Se usa mucho para el tratamiento de la deshidratación relacionada con el ejercicio o episodios de diarrea”, explica la nutricionista. Pero hay más: “También se consume para regular la presión arterial y mejorar el rendimiento físico ya que hidrata y repone los minerales perdidos a través del sudor, entre ellos el sodio, el potasio y el magnesio”, suma Rosso.

Las bondades del agua de coco para la salud.

Si bien la intención de esta bebida no es reemplazar al agua mineral, busca ser un complemento a la hora de hidratarse. Su composición, posiciona al agua de coco como una altamente halagada por los profesionales de la salud: “El 95% es agua, el 5% carbohidratos y posee un buen contenido de minerales y vitamina C”, puntualiza Rosso. Entre otras de sus bondades se destaca que “casi no contiene grasas y aporta un índice muy bajo de calorías: por cada medio vaso, hay alrededor de 20 calorías”, dice la especialista.

Una de las principales funciones de esta bebida es su poder para hidratar al organismo gracias a la presencia de cinco minerales: magnesio, calcio, fósforo, sodio y potasio, siendo este último el de mayor presencia. Datos del portal Medical News Today informan que una taza de agua de coco contiene 600 miligramos de potasio, mientras que una banana mediana contiene 420 miligramos de este nutriente.

De esta manera, se considera una aliada principalmente para los deportistas: “Los ayuda a reponer los nutrientes que perdieron después de una práctica intensa de ejercicio físico y a recuperar los músculos del desgaste físico”, comenta Rosso y explica que a diferencia de algunas bebidas isotónicas, “ésta tiene pocas calorías y no causa distensión abdominal ni molestias gastrointestinales”. Por otro lado, gracias a esta cualidad hidratante, “es ideal para quienes sufren cuadros de diarreas porque repone el agua y los electrolitos perdidos durante estos episodios”, detalla.

A su vez, producto de su elevado índice de potasio, la función renal también se verá beneficiada por esta bebida. “El agua de coco actúa como diurético porque contribuye a eliminar las toxinas del organismo al estimular la función de los riñones: los ayuda a producir y eliminar orina”, comenta Rosso. Así, “se evita que se formen las pequeñas piedras que dan origen a los cálculos renales”. Sin embargo, es importante resaltar que ante una patología de esta envergadura, es necesario consultar con un profesional de la salud para controlar la ingesta de agua de coco debido a que “el alto contenido de potasio puede sobrecargar la función renal”, precisa Rosso.

Por otro lado, desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), informan que el agua de coco puede ser efectiva para tratar cuadros de hipertensión arterial. En este sentido, en palabras de Rosso, “el potasio presente, mejora la relajación de los vasos y aumenta la eliminación de sodio por orina. Por lo tanto, reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas tales como infartos”, añade.

Quienes padecen calambres con frecuencia, también pueden beneficiarse de esta bebida: “El contenido de magnesio y calcio cataloga a esta bebida como una eficaz para su prevención y tratamiento”, menciona Rosso. Un informe del portal Medical News Today precisa que una taza de agua de coco contiene 60 miligramos de magnesio y 56 miligramos de calcio. Para Gabriel Lapman, médico nefrólogo, cardiólogo y autor del libro Más zapatillas, menos pastillas, el magnesio brinda salud: “actúa sobre las fibras y los tejidos de los músculos, colabora en su contracción y les aporta estructura”.

Rico en vitamina C, el agua de coco actúa como un potente antioxidante y mejora la función del sistema inmune: “Sirve para combatir los radicales libres, que si se acumulan en cantidad, pueden causar enfermedades”, dice Rosso. Este nutriente, además, “fija la absorción de hierro en el organismo”, añade la especialista.

Contraindicaciones del agua de coco.

Al momento de elegir este alimento, hay que procurar que esté verde y fibroso y, al moverlo, se debe sentir el líquido agitarse.

Beber su agua puede resultar tentador al paladar de cualquiera y ni hablar de la atracción que podría causarle a los adeptos de un estilo de vida saludable. No obstante, hay que tener ciertos recaudos. “Por ser de carácter natural, es seguro para la mayoría de las personas adultas. Pero, en cantidades altas podría causar un marcado aumento de los niveles de potasio en sangre, lo que podría generar problemas renales y frecuencia cardíaca irregular”, detalla Rosso. Sumado a ello, Heredia destaca que en ciertos pacientes podría actuar como laxante, “lo que podría empeorar la deshidratación”.

Con esta premisa en mente, Rosso hace hincapié en que las mujeres embarazadas y en período de lactancia, las personas con fibrosis quística, con presión arterial baja y que toman medicamentos para la presión, deberían evitar el consumo de agua de coco ya que sus elevados niveles de sodio y potasio podrían generarles consecuencias en la salud.

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