Publicidad

¿La sal rosada del Himalaya es la mejor para la salud? Mitos y verdades para saber qué elegir

Existen cuatro tipos de sal: común, rosada del Himalaya, light y marina. Descubrí cuál es la indicada para tí.

Compartir esta noticia
sal del Himalaya
Sal del Himalaya.
Foto: Pixabay.

O Globo - GDA
Es sabido que el exceso de sal provoca diversos problemas en el organismo. Por lo tanto, la sal común de cocina, refinada, ha ganado la fama de ser la villana y han surgido opciones como la sal rosada del Himalaya, la sal ligera y la sal marina. Pero surge una pregunta: ¿debemos dejar de consumir sal de cocina? ¿Son mejores las otras opciones?

Evitar la sal en extremo es tan peligroso como el uso excesivo.

Según la nutricionista Daniele Mello, evitar la sal en extremo puede ser tan peligroso como su uso excesivo. "La sal en sí no es dañina para la salud. Es importante y necesaria.
Lo que es dañino es su consumo excesivo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de hasta 5 gramos de sal por día por persona. Consumir más que lo recomendado, puede causar aumento de la presión arterial, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y sobrecarga renal, algunas de las enfermedades que más causan muertes en el mundo.
Tan equivocado como el exceso también lo es una alimentación completamente libre de sal, lo cual puede causar desmayos, debilidad, mareos, pérdida de conocimiento y pérdida neurológica", afirma Mello.

Beneficios de la sal

Las consecuencias que surgen por la falta de sal se deben al hecho de que el consumo de este alimento es crucial para los impulsos nerviosos, la contracción muscular, el equilibrio de líquidos en las células y también para regular la cantidad de yodo que ingerimos, entre otras funciones. El yodo, un micronutriente abundante en la sal, se utiliza en la síntesis de las hormonas producidas por la glándula tiroides y puede prevenir la diabetes, problemas cardíacos e infartos.

Tipos de sal y para quién están indicados

Si la sal es importante y necesaria, ¿cuál se debe usar? Mello suele recomendar diferentes tipos de sal para cada paciente. Ella desmitifica el supuesto "poder" del "favorito de las famosas", como ella lo llama, que se ha convertido en sinónimo de un estilo de vida y, por lo tanto, un objeto de deseo de consumo más que cualquier otra cosa: la sal rosada del Himalaya.

"No suelo recomendar la sal rosa a mis pacientes porque su costo es alto y los beneficios son pocos en comparación con otros tipos de sal. No existe ningún estudio científico que demuestre sus beneficios a mediano y largo plazo en comparación con la sal refinada. La diferencia en la composición nutricional entre ambos es insignificante. Además, el costo de la sal rosa es de cuatro a cinco veces mayor que el de la sal refinada. Esta inversión no se justifica por una diferencia nutricional tan pequeña. No hay beneficios", afirma.

Otro aspecto importante es que, debido a que la sal rosa tiene un "poder de salar" mucho menor debido a la composición del suelo, las personas tienden a añadir mucha más sal a sus comidas. Es decir, aumenta tanto la cantidad de sodio como el costo.

A continuación, te presentamos una lista con tres tipos de sal recomendados por la profesional, siempre dentro de la cantidad establecida por la OMS de 5 gramos al día:

Sal común (de cocina): para personas saludables sin problemas de salud que requieran cuidados especiales, se puede usar sal común sin prejuicios.

Sal light: tiene un sabor más suave que el de cocina. Debido a que tiene menos sodio que el común, se recomienda para personas con hipertensión. Sin embargo, debido a su mayor contenido de potasio en comparación con la sal común, no se recomienda para personas con problemas renales, ya que podría sobrecargar los riñones.

Sal marina: al no pasar por el proceso químico al que se somete la sal común, la sal marina contiene una menor cantidad de aditivos químicos como conservantes y colorantes, los cuales se han asociado al desarrollo de cáncer. Además, conserva una mayor cantidad de minerales como calcio, potasio, hierro, zinc y yodo. Es el tipo de sal más recomendado por ella para aquellos que necesiten ajustar la cantidad de sodio que consumen.

Lo importante es controlar la cantidad de sal

Dado que no hay villanos y ningún tipo de sal es necesariamente malo y debe evitarse por completo, el secreto radica en la dosificación. A la hora de intentar reducir el consumo de sal para ajustarse a la cantidad establecida por la OMS (5g/día), es necesario tener dos precauciones principales, advierte la experta. La primera es prestar atención a los productos etiquetados como "light" o "diet". La segunda, igualmente importante, es tener en cuenta que la sal se encuentra donde menos lo esperamos. El consejo fundamental es leer detenidamente las etiquetas de los productos, que suelen estar "llenas de trampas".

Si dejás de poner sal en la ensalada del almuerzo para reducir tu consumo, pero luego comés papas fritas de bolsa, intercambiás uno por otro. El impacto en el organismo es el mismo o incluso peor. Por eso, leer las etiquetas es muy importante. Por ejemplo, las bebidas gaseosas dietéticas eliminan el azúcar y, para "compensar" en sabor, agregan más sodio - dice la especialista.

Los alimentos etiquetados como "light" tampoco son sinónimo de "menos sal". "Light" significa que el alimento tiene un 25% menos de algún componente (como grasa, por ejemplo). Puede tener menos grasa pero tener el triple de sodio. El sodio también se encuentra en grandes cantidades en las galletas e incluso en las galletas dulces - agrega.

Alimentos dulces con alto contenido de sodio:

Refrescos: en promedio, 48 mg de sodio en una lata de 350 ml.

Galletas dulces rellenas: 490 mg de sodio en un paquete.

Polvos para jugos: aproximadamente 32 mg de sodio en media cucharada.

Mezcla para pastel: en promedio, 179 mg de sodio en 3 cucharadas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

nutrición

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad