Redacción El País
El ejercicio cardiovascular, también conocido como ejercicio aeróbico exige un mayor esfuerzo del corazón y los pulmones para suministrar oxígeno a los músculos. No solo quema calorías, sino que además ofrece beneficios significativos para la salud cardiovascular y la función pulmonar. Esto se debe a que el ejercicio cardiovascular provoca un aumento en la frecuencia cardíaca y la fuerza de los latidos, lo que, a su vez, incrementa la frecuencia respiratoria y mejora la oxigenación general del organismo.

Los beneficios del ejercicio cardiovascular son múltiples. Algunos de los más destacados incluyen:

—Mejora de la salud cardiovascular: El ejercicio cardiovascular fortalece el corazón, lo que conduce a una circulación sanguínea más eficiente. Esto ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la arteriosclerosis.

—Aumento de la capacidad pulmonar: Al trabajar en conjunto con los pulmones, el ejercicio cardiovascular mejora la capacidad de estos órganos para suministrar oxígeno al cuerpo y eliminar dióxido de carbono, lo que mejora la función pulmonar.

—Quema de calorías y pérdida de peso: El ejercicio cardiovascular es una excelente manera de quemar calorías y ayudar en la pérdida de peso o el mantenimiento del peso corporal saludable.

—Reducción del estrés: El ejercicio aeróbico libera endorfinas, lo que puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.

—Mejora de la resistencia: Con el tiempo, el ejercicio cardiovascular aumenta la resistencia física, lo que te permite realizar actividades cotidianas con menos esfuerzo y fatiga.

—Control de la glucosa en sangre: El ejercicio regular puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre, lo que es especialmente beneficioso para personas con diabetes tipo 2.

—Aumento de la longevidad: Los beneficios acumulativos del ejercicio cardiovascular pueden contribuir a una vida más larga y saludable.

En resumen, el ejercicio cardiovascular es esencial para mejorar la salud del corazón, los pulmones y el bienestar general. Incorporar regularmente actividades aeróbicas en tu rutina puede tener un impacto positivo significativo en tu salud a largo plazo.

Según las últimas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se enfatiza la importancia de la actividad física para mantener y mejorar la salud en personas de todas las edades. Estas recomendaciones buscan promover un estilo de vida activo y saludable. Aquí está un resumen de las pautas y consejos proporcionados por la OMS:

Para adultos: Se recomienda realizar al menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana. Esto se aplica a todos los adultos, incluyendo aquellos que tienen afecciones crónicas o discapacidades. La actividad física regular puede ayudar a prevenir y gestionar enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, el cáncer, y reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad. Además, puede mejorar la memoria, reducir el deterioro cognitivo y promover la salud cerebral.

Para niños y adolescentes: Se recomienda un promedio de 60 minutos de actividad física al día. Esto es esencial para el desarrollo físico y mental de los jóvenes. Las actividades físicas pueden incluir juegos, deportes, o simplemente jugar al aire libre. Estas actividades contribuyen al crecimiento saludable y a la prevención de enfermedades en la edad adulta.

Para adultos mayores: La OMS aconseja a las personas de edad avanzada (65 años o más) que incluyan actividades destinadas a mejorar el equilibrio, la coordinación y el fortalecimiento muscular en su rutina. Esto puede ayudar a prevenir caídas y mejorar la salud en general. Actividades como el yoga, el tai chi y el levantamiento de pesas son ejemplos de actividades beneficiosas.

En cuanto a ejemplos de ejercicio aeróbico, la OMS menciona actividades como andar en bicicleta, nadar y correr. Estas actividades son excelentes formas de cumplir con las pautas de actividad física recomendadas.

En resumen, seguir las pautas de la OMS en cuanto a actividad física puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar a lo largo de la vida. Es fundamental para prevenir enfermedades y promover una vida activa y saludable.

Es importante destacar que la actividad física aeróbica ofrece beneficios incluso cuando se realiza en niveles por debajo de las recomendaciones de las pautas. Según investigaciones, los adultos que se comprometen en una cantidad modesta de actividad física de moderada a vigorosa, que va desde 10 a 149 minutos por semana, experimentan un significativo 21% menos de riesgo de morir a causa de neumonía e influenza en comparación con aquellos que no realizan ninguna actividad física.

Este beneficio de reducción del riesgo continúa aumentando a medida que se incrementa la cantidad de actividad física. Alcanza su punto máximo con una reducción del riesgo del 50% para aquellos que realizan entre 301 y 600 minutos de actividad física semanal. Es interesante notar que no se observa una reducción adicional del riesgo para aquellos que realizan más de 600 minutos de actividad, lo que sugiere que existe un nivel óptimo de actividad para obtener los máximos beneficios en la prevención de enfermedades respiratorias.

Estos hallazgos subrayan la importancia de que incluso pequeñas cantidades de actividad física pueden tener un impacto positivo en la salud, particularmente en la prevención de enfermedades respiratorias como la neumonía e influenza. Esto debería motivar a las personas a incorporar actividad física en su rutina diaria, incluso si no pueden cumplir con las recomendaciones más altas de actividad.