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La hora de preocuparse por EE.UU.

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La impactante victoria electoral de Donald Trump tuvo repercusiones más allá de las fronteras del país, y dio vuelta el orden internacional que prevaleció durante décadas, así como suscitó profundos interrogantes sobre el lugar que ocupa Estados Unidos en el mundo.

Por primera vez desde antes de la Segunda Guerra Mundial, los estadounidenses eligieron a un presidente que promete revertir el internacionalismo practicado por sus predecesores de los dos partidos y construir muros, tanto físicos como metafóricos. La victoria de Trump muestra a un Estados Unidos más enfocado en sus propios asuntos mientras deja que el resto del mundo se cuide por sus propios medios.

La revolución de fuera de la estructura política que lo impulsó al poder por sobre el establishment de Washington formado por los dos partidos políticos, también reflejó un giro fundamental en la política internacional evidenciado este año por otros acontecimientos como el referéndum que decidió la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El éxito de Trump puede alimentar a los movimientos populistas, nativos, nacionalistas y partidarios del cierre de fronteras que ya son evidentes en Europa y se extienden a otras partes del mundo.

"El interrogante es si va a continuar involucrado en los asuntos internacionales como aliado del que puedan depender sus amigos", dijo Kunihiko Miyake, un ex diplomático japonés que es profesor de la Universidad Ritsumeikan. "Si deja de hacer eso, entonces todos los aliados de Estados Unidos en Europa, Medio Oriente y Asia reconsiderarán cómo pueden darse seguridad".

Quizás, en ningún lugar como en México —que ha objetado la promesa de construir un muro y cobrarle el costo de la obra—, la victoria de Trump ha resultado tan alarmante.

Algunos estiman que Moscú tendrá una oportunidad en términos geopolíticos, en los territorios de la disuelta Unión Soviética y en Medio Oriente.

Otros consideran que si Estados Unidos se retira, Japón y Corea del Sur pueden desarrollar armas nucleares.

Pero, ese no fue el tema principal para los votantes estadounidenses. Después de décadas de preocuparse por lo que era bueno para otros países, ahora decidieron que es hora de preocuparse por lo que es bueno para Estados Unidos. Trump prometió hacer justamente eso, aunque al resto del mundo no le guste.

ANÁLISIS NOTICIOSOTHE NEW YORK TIMES

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