EFE
El ejército ruso y el ucraniano se han intercambiado los papeles, pues el primero está ganando terreno en el Donbás y en el sector nororiental del frente, mientras que el segundo acusa la falta de munición occidental en su contraofensiva en el sur, aunque se mantiene firme en la margen izquierda del río Dniéper. Todo apunta a que, después de muchos meses, Rusia ha recuperado finalmente la iniciativa en varios sectores del frente. Esto no ocurría desde la toma de Bajmut (Donetsk) en mayo pasado.
Los expertos consideran que Kiev no dispone, a día de hoy, de un ‘kulak’ (’puño’) -en forma de tropas bien equipadas, tanques y blindados- suficientemente potente como para alcanzar siquiera la plaza fuerte rusa de Tokmak, en la región sureña de Zaporiyia.
El avance ucraniano en la zona se ha visto ralentizado aun más por la llegada del invierno, lo que complica los planes de alcanzar en los próximos meses la costa del mar de Azov.
Avdivka
El ejército ruso habría lanzado su tercera ofensiva general desde principios de octubre para reducir al mínimo el cuello de botella que permite la llegada de pertrechos y refuerzos, y, de esa forma, cercar Avdivka. El Estado Mayor ucraniano admitió abiertamente ayer que Moscú no deja de intensificar su presión sobre Avdivka, donde en las últimas 24 horas los ucranianos rechazaron 23 ataques con un alto coste de vidas y equipos para el enemigo. Eso sí, debido a las condiciones climáticas y la falta de visibilidad, los ataques incluyen cada vez menos columnas motorizadas y aviones, y más soldados de infantería.
Según el Instituto de Estudio de la Guerra (ISW), la imágenes geolocalizadas confirman avances rusos al norte de Krasnogorivka, a siete kilómetros de Avdivka.
Según el parte de guerra ucraniano, los rusos tampoco renuncian a tomar Márinka, más al sur en Donetsk, y también intentan recuperar posiciones en Zaporiyia, especialmente en la localidad de Robotine, bajo control ucraniano.
Jugar al desgaste
Sin las armas suficientes para avanzar en el frente, Ucrania debe conformarse por el momento con desgastar al enemigo y minimizar las vulnerabilidades propias en un conflicto que se prevé largo. El año que termina ha estado marcado por la guerra asimétrica que los ucranianos han llevado con éxito en el Mar Negro, donde la Flota Rusa se ha visto obligada a retirarse a sus costas en el este.
Este revés inesperado para el Kremlin -que el Ministerio de Defensa británico ha calificado de “derrota funcional” rusa- ha permitido a Ucrania reabrir parcialmente sus puertos y reducir la presión sobre su territorio que suponía tener a submarinos y portamisiles rusos cerca de sus costas.
Sin embargo, las fuerzas rusas han retomado su avanzada en distintas zonas, cercando a las ucranianas con recursos bélicos algo disminuidos. Aún así, Ucrania considera que vencerá la contienda, o por lo menos así lo manifiesta. “En 2023, Ucrania expulsó a la Flota Rusa de la mayor parte del Mar Negro. 2024 debe ser el año en que Ucrania expulse a Rusia de sus cielos”, declaró el presidente Volodímir Zelenski la semana pasada.
Para conseguirlo, explicó, Ucrania deberá recibir más sistemas de defensa aérea de sus aliados occidentales, que siguen enviando a cuentagotas nuevos lanzamisiles Patriot, Hawk o IRIS-T de cara al invierno, cuando se teme que Rusia lance otra campaña de bombardeos contra la infraestructura energética.
Uno de los objetivos de la Administración Zelenski es garantizar la seguridad de las principales “7 u 8 ciudades” de Ucrania con sus respectivas regiones, de manera que “millones” de refugiados regresen del extranjero y reactiven la economía para “reducir la dependencia” del país de una ayuda internacional que podría menguar. Proteger las infraestructuras agrícolas y portuarias ucranianas que Rusia ha bombardeado repetidamente en la segunda mitad de este año es otra de las prioridades ucranianas en la actualidad.
“Esto nos permitirá exportar cientos de miles de toneladas adicionales” de productos agrícolas, ha destacado el mandatario ucraniano.
Blinken: asistirá a una cumbre de la OTAN
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará a Bruselas (Bélgica) hoy para asistir a una cumbre de ministros de Exteriores de la OTAN, que incluye la primera reunión de los responsables de esa cartera que hacen parte del Consejo OTAN-Ucrania, informó el Departamento de Estado de Estados Unidos.
En el encuentro de dos días, Blinken destacará el “firme compromiso de la OTAN con Ucrania en su lucha contra la agresión de Rusia”.
Para ello, subrayará el apoyo estadounidense “a la democracia y la estabilidad regional en los Balcanes Occidentales”.