La ronda de Consejos de Salarios está trabada. El empuje de la inflación y la desaceleración económica han hecho particularmente complejas las conversaciones.
Las tratativas comenzaron a comienzos de agosto por lo que el plazo de 90 días establecido por el Poder Ejecutivo recién vence a fines de octubre, pero tanto empresarios como trabajadores ven que, con la excepción del sector de la salud privada, las conversaciones están estancadas. El ministro de Trabajo, Ernesto Murro, dijo a El País que es cierto que todavía no se ha cerrado ningún acuerdo, pero lo consideró relativamente "normal" porque habitualmente los convenios se firman en los últimos quince días de plazo. La marcha de las conversaciones es evaluada "permanentemente" y esta semana será analizada en una reunión en el seno del gobierno, señaló Murro.
Juan Fraschini, negociador del sector empresarial, dijo a El País que el rechazo frontal del Pit-Cnt desde un primer momento a los lineamientos del gobierno complicó las conversaciones. "Creemos que el gobierno no va a cambiar los lineamientos, por lo que cualquier esfuerzo en ese sentido no va a tener un resultado positivo", consideró. Para los empresarios sería conveniente cerrar la ronda cuanto antes para tener un panorama más claro e incluso algunas firmas están dando ya aumentos "a cuenta" para no tener que pagar incrementos salariales con retroactividad por montos importantes cuando cierre la negociación.
Varias piedras en el camino han impedido el avance de las conversaciones. Según Fraschini, hay sectores en los cuales "si una empresa está bien los sindicatos dicen que todo el rubro está bien". En otros, dijo Fraschini, si hay algún caso de una empresa con salarios "sumergidos", los sindicatos pretenden fuertes subas para el conjunto del sector. Y en otros rubros, como el textil o el de curtiembres, se han planteado exigencias salariales desmedidas para sectores como esos que están en dificultades, agregó. "Está cada vez más complicado y se tiene que ser prudente", valoró.
Tanto los sindicatos como los empresarios consideran que no están dadas las condiciones para que funcione la idea de "autoclasificación" que lanzó el gobierno, que supone que las partes se pongan de acuerdo con respecto a la situación del sector respectivo. Esa "autoclasificación" implica porcentajes de incremento salarial diferentes. Fraschini dijo que "no está mal que para los incrementos salariales se tenga en cuenta la situación de cada una de las ramas de actividad, pero con la mecánica prevista es algo imposible de aplicar".
Por ejemplo, en el grupo de negociación de los clubes deportivos, estas instituciones comenzaron pidiendo que se las considerase como una rama en dificultades. Más adelante, accedieron a que se las clasificase como un sector en situación "intermedia", pero los sindicatos insisten en que constitu- yen un rubro "dinámico" debido a que han incrementado su masa social, según el presidente del sindicato del comercio (Fuecys), Ismael Fuentes.
Según Fuentes, "las empresas a toda mala noticia le ponen un plus y a las buenas las hacen malas y siempre están en crisis".
El sindicato del comercio va a insistir en que los "correctivos por inflación" se den de manera anual y no cada dos años, pero el gobierno ha dejado claro que no prevé cambios en ese sentido por lo que probablemente el Pit-Cnt concurra al Consejo Superior de Salarios con alguna idea alternativa. Y otra reivindicación con la que insistirá Fuecys es que la cadena de autoservicios Kinko cambie de grupo de negociación y pase al de grandes superficies, en el que los salarios son superiores.
Tampoco hay mayores avances en los grupos de fabricación de bebidas y en el de la distribución. Según la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) este sector debería ser catalogado como "dinámico", pero las empresas lo consideran en situación intermedia. Según Fernando Ferreira, de la FOEB, un indicador de ese crecimiento es que el consumo de cerveza per cápita pasó de 16 litros anuales en 1998 a 29 en 2014. Para Ferreira, "en varios sentidos" las empresas están alineadas con el gobierno. Pero la FOEB insistirá en obtener correctivos por inflación anuales y aumentos salariales también cada año (no semestrales como quiere el gobierno).
La FOEB reclama, además, seguro de vida y cobertura fúnebre y fondos empresariales para la construcción de un centro CAIF. Esta última reivindicación ha sido cuestionada por el sector patronal que considera que para las empresas multinacionales no es una carga pero para las pequeñas sí. Ferreira dijo que la FOEB quiere que el centro CAIF atienda a todos los hijos de los trabajadores de la bebida, por lo que corresponderá a las empresas determinar la forma en que se distribuye la financiación. El Centro de Fabricantes reúne a Coca-Cola, Pilsen, Danone y Nativa, y seguramente serán estas las firmas que se harán cargo de los costos, opinó Ferreira.
El sindicato es escéptico respecto a que la ronda salarial se pueda terminar en tiempo. El jueves realizará un paro de 24 horas en el interior y otro parcial en Montevideo.
Evolución de la inflación será clave
Los lineamientos oficiales para los Consejos de Salarios apuntan a un alza nominal de salarios en los sectores en problemas de 8% en 2015, de 6,5% en 2016 y de 6% en 2017. Para los rubros en situación intermedia los porcentajes sugeridos son 8,50%, 7,5% y 7%, respectivamente. Y para los sectores dinámicos, 10%, 9% y 8%. El gobierno quiere evitar que los salarios pierdan poder adquisitivo. El escenario actual es complicado porque la inflación llegó a 9,48% en los últimos doce meses y el dólar al alza, que encarece los productos importados y acelera el alza de los precios. De todas formas, el gobierno espera una desaceleración. Para la franja de salarios bajos (muchos del sector comercio) el gobierno sugirió un incremento adicional de 3,5% para los sueldos nominales de $ 10.000 a $ 12.000 y de 2,5% para los que van de $ 12.000 a $ 14.000.
La FOEB ve difícil cumplir plazos; empresas sugieren ceñirse a lineamientosJUAN PABLO CORREA