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Hacen estudio de movilidad y proyectan transformaciones para el transporte público en el área metropolitana

Analizarán varios ítems, presentarán propuestas y buscarán fijar una política de Estado. La presentación del diagnóstico será el 5 de diciembre y estarán invitados todos los actores del sistema.

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Tránsito en Montevideo
Ómnibus.
Foto: Archivo El País.

Redacción El País
El Grupo de Estudio de Transporte y Movilidad Urbana del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) está a punto de presentar un análisis exhaustivo sobre la situación del transporte público en el área metropolitana. El economista Gonzalo Márquez, uno de los coordinadores de este espacio, destacó la importancia de contar con un primer diagnóstico para dar el paso hacia la formulación de propuestas transformadoras para la región que abarca Montevideo, Canelones y San José.

“El grupo apunta a jerarquizar un tema que aún no está lo suficientemente desarrollado: la relevancia que el transporte público tiene en el funcionamiento de nuestras ciudades en el área metropolitana, por la cantidad de gente que involucra y diferentes aspectos asociados”, señaló Márquez a El País, subrayando la necesidad de centrarse en aspectos más allá del precio del boleto para mejorar la calidad del servicio.

La presentación del diagnóstico será el 5 de diciembre y estarán invitados todos los actores del sistema, desde los trabajadores y empresarios del transporte hasta los jerarcas del gobierno nacional, los intendentes y las autoridades departamentales. La exposición del estado de situación -relevando problemas que aquejan desde hace décadas y cada vez parecen acentuarse más- dará paso a la presentación de propuestas concretas.

Según Márquez, “el objetivo del Cinve es poner en agenda estos temas, para que puedan ser tomados y desarrollados” por quienes tienen poder de decisión, tanto a nivel político como empresarial. Por ahora no se piensa en hacer una presentación en exclusiva a los partidos políticos y precandidatos, que están inmersos en sus programas de gobierno para el ciclo electoral de 2024.

El economista resaltó la falta de políticas de Estado enfocadas en mejorar la calidad del sistema de transporte público. Si bien históricamente se ha prestado atención al precio del boleto para hacer el transporte más accesible, lo cual sigue siendo necesario, entiende que se hace imprescindible dirigir las intervenciones hacia la mejora de aspectos que impactan directamente en la calidad del servicio.

Desafíos

Uno de los estudios ya publicados por el Cinve -que será parte del diagnóstico- se centró en el impacto de la pandemia de covid-19 en la venta de boletos de ómnibus. Mientras que a principios de la década de 1990 se compraban 350 millones de tickets por año, en 2022 ni siquiera se llegó a los 210 millones.

En la pandemia, esa merma tuvo efectos diferenciados de acuerdo a los ingresos de los pasajeros: mientras que en los deciles más bajos hubo una caída del 9% de las ventas, en los sectores más pudientes fue de 22%. Para sobreponerse a esta situación, las empresas de transporte modificaron las frecuencias de algunos recorridos, de acuerdo al análisis del Cinve de las bases públicas de datos. “Hoy tenemos líneas que están funcionando con la misma frecuencia o incluso más que antes de la pandemia. Pero hay otras que han caído, intentando (las compañías) ajustar mejor la relación entre oferta y demanda”.

¿Se podría inferir que, si no se hacen cambios estructurales, cada vez más el sistema colectivo será visto como uno para quien no tiene otra opción?

Para el Cinve, la respuesta es afirmativa. “Este es uno los aspectos negativos que se agudizará en la medida que esta tendencia se prolongue. Y es un problema muy grande, porque cualquier sistema que tiene una vocación universalista -como el de salud o el educativo- tiene que aspirar a tener niveles de calidad para que se incluya a todas las personas”, apuntó Márquez.

“Cuando los sistemas se terminan focalizando en las personas de menores ingresos, seguramente se resigna calidad. Y tampoco hay mucha presión por que mejoren, porque las personas que requieren más calidad se han bajado del sistema. Es un problema enorme para la ciudad”, subrayó Márquez y explicó por qué: “Se va a tener un sistema cada vez más chico, entre otras cosas porque las personas que no tienen opciones son cada vez menos. De la mano del incremento de los ingresos que se viene procesando en las últimas décadas, el público cautivo es cada vez menos, y esperemos que lo sea, pero eso no debería desviarnos la atención”.

“Necesitamos mejorar la calidad porque, entre otras cosas, el sistema de transporte va a tener que ser elegido y utilizado por aquellas personas que tienen opciones. Necesitamos mejorar la velocidad, las condiciones de circulación, la priorización de los vehículos, la regularidad, la frecuencia, la comodidad”, ejemplificó.

A su vez, explicó que esta mejora requiere múltiples intervenciones y un enfoque integral en aspectos que van desde el financiamiento hasta cambios en la institucionalidad y la regulación del sistema. “Hay un amplio espacio para avanzar y esto involucra una articulación eficiente entre las diferentes áreas que actualmente están dispersas entre el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y las intendencias”, destacó.

En relación con la necesidad de una intervención a nivel nacional, Márquez afirmó: “El transporte metropolitano es un territorio intermedio entre lo departamental y lo nacional, por lo que para jerarquizar efectivamente este tema, debería formar parte de una agenda política nacional con la generación de una institucionalidad metropolitana que coordine todas las intervenciones”.

Desde el Cinve confían en que si políticos, empresas, trabajadores y demás personas involucradas toman este asunto como uno de Estado, se podrá fijar una agenda de trabajo y revertir la crisis en que está sumido el sistema y los desafíos en cuanto a movilidad.

Para que el proceso de transformación ocurra, es clave que todos estén convencidos de que es necesario transitar por este proceso. En estos casos vale aquella máxima de la crisis vista como una oportunidad, porque es creciente el sentimiento entre los actores del sistema de que, así como va, “va a comprometer crecientemente su viabilidad”, dijo, aunque aclaró que se tiene que actuar “a la luz de proyectos concretos”.

Además

¿Hay que repensar los beneficios fiscales para los autos eléctricos?

Desde 2011 en Uruguay se ha promovido la compra de vehículos eléctricos, que contaminan menos, a partir de numerosos beneficios fiscales. Sin embargo, para el Cinve, habría que rediscutir estos incentivos, a la luz de que cada vez son más los autos y camionetas que se alimentan de la energía eléctrica y de que se estima que para 2025 habrá más de 10.000 circulando en el país. “Hoy tenés una serie de reglas en donde, cuando se importa un vehículo particular (convencional) se tiene que pagar IMESI, IVA, tasa general arancelaria, patente”, enumeró Márquez. Sin embargo, las condiciones no son las mismas para la importación de los eléctricos, ya que se hacen algunas concesiones.

“Los estímulos siguen vigentes al día de hoy y, a su amparo, se llevaban incorporados hasta el año pasado 2.000 vehículos. Deberíamos replantearnos (el esquema), porque el Estado uruguayo ha estado dispuesto a resignar recursos”, señaló Márquez, y agregó: “Creo que se cumplió con el objetivo de generar una masa crítica. Las políticas públicas deben ser dinámicas y, una vez que alcanzaste la masa crítica, cuando los recursos que estás resignando comienzan a ser relevantes, sería el momento de repensar ese diseño. No generando desestímulos, sino repensando sobre lo que es la política general”.

“Hoy hay, entre el Imesi vehicular, de la nafta y la patente vehicular, 1.000 millones de dólares al año en recaudación. Si automáticamente todos los vehículos pasaran a ser eléctricos, este número pasaría a ser cero”, subrayó Márquez.

Para el economista, una posibilidad es mantener el beneficio para vehículos que, por la cantidad de kilómetros recorridos a diario, realmente hacen un diferencial el uso de la energía eléctrica, como los ómnibus, ambulancias, taxis y coches de aplicaciones.

Señalan que se requiere “refundar” el sistema

Para Gonzalo Márquez, coordinador del equipo del Cinve, se requiere una “refundación del sistema” para abordar los aspectos que inciden directamente en la elección del transporte público por parte de la ciudadanía. Esto debe ser acompañado por esfuerzos que faciliten un cambio cultural en cuanto a la movilidad colectiva versus la individual. Por ejemplo, si bien el ómnibus es el medio de transporte más seguro, hasta ahora no se lo ha promocionado de esta forma, según indicó el experto.

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