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Crónica de una obra inevitable: así trabajan a contrarreloj para llevar agua desde San José a Santa Lucía

OSE y un grupo de constructoras avanzan con la instalación de una tubería de 13,5 kilómetros para abastecer Aguas Corrientes.

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Paso Valdéz.
Paso Valdéz. El País visitó las obras que comenzaron hace una semana en el río San José.
Foto: Leonardo Mainé.

A una hora de Montevideo, OSE y un grupo de seis empresas constructoras llevan adelante una de las obras más significativas para la empresa estatal en una década en la zona metropolitana: el trasvase de agua del río San José hacia el Santa Lucía, a la altura de Belastiquí.

La medida implica colocar contra reloj 13,5 kilómetros de caños importados con el fin de sumar a diario hasta 200.000 metros cúbicos (m3) de agua bruta a la usina de Aguas Corrientes, que abastece al área metropolitana.

El objetivo es evitar el peor escenario: que se agoten las reservas de agua dulce por falta de lluvias y, por ende, que con el agua salobre de OSE de las canillas ya no se pueda ni cocinar.

Las menguadas reservas de la represa de Paso Severino, principal fuente de agua dulce para la zona, derivaron en que el gobierno resolviera días atrás desembolsar unos US$ 35 millones para obtener un caudal diario de agua dulce equivalente al 40% de la demanda para esta zona, donde se concentra el 60% de la población uruguaya.

Trabajo arduo

Es viernes de mañana y a poca distancia del puente sobre el río San José, ubicado en el kilómetro 66 de la ruta 45, que anuncia el ingreso a Paso Valdez, se trabaja arduamente, igual que se viene haciendo desde hace varios días. Las máquinas excavadoras no paran de adentrarse sobre la faja derecha de la ruta, mientras varios operarios vestidos de naranja se encargan de retirar con lingas los ocho caños de fundición de color azul, que están sobre un camión con matrícula brasileña.

Fabricados por la firma Saint-Gobain, de Río de Janeiro, cada uno mide siete metros de largo, tiene un metro y veinte de alto y pesa tres toneladas. Pese a que OSE prevé usar menos compró 20 kilómetros por unos US$ 14 millones, que incluyen el flete hasta la zona de obra.

Saint-Gobain se comprometió a repartir unos 3.800 metros por semana, señala a El País César Fernández, gerente de obras de OSE, mientras recorre la zona. De esta forma, esperan 500 metros de ductos al día, que son transportados en unos diez camiones y entregados a distintas zonas.

“En la medida que vayan aumentando la producción en fábrica, la cantidad que llegue por día seguramente va a ir aumentando”, acota el gerente.

La Cámara de la Construcción presentó esta solución, que tras ser aprobada por OSE, es ejecutada por las firmas Ciemsa, Cujó, Espina, Saceem, Stiler y Teyma. La obra civil tiene un costo para OSE de US$ 10.200.000 más IVA, más $ 68.000.000 de BPS.

Fernández dice que el “compromiso” de la Cámara es hacer la obra en “un mes” desde la llegada de los caños, que comenzaron a venir el miércoles. De todos modos, el flujo de entrega es determinante. “Los caños se están fabricando y en la medida que queden prontos y pasen los controles de calidad, se embarcan y vienen para acá”, agrega.

El funcionario de OSE remarca que “no importa el día de la semana” que lleguen los ductos, siempre “va a haber personal trabajando para poder terminar la obra en el menor plazo posible”. En la tarea están implicados de forma directa 70 obreros.

Una vez que los caños se depositan en las zonas que acordaron las seis firmas, “avanzar siete metros lleva una hora de trabajo” en cada frente, dice Fernández.

En este tiempo, explica, se realiza la excavación, se coloca el caño a unos tres metros de profundidad, luego se une con otro mediante un “aro de goma flexible”, se compacta y rellena con tierra. Si hay varias instalaciones, el avance simultáneo es múltiple.

Hasta el viernes en horas de la tarde, se recibieron unos 1.500 metros de caños, de los cuales fueron colocados más de 1.000. “Se van distribuyendo y al que le va quedando menos, se les entrega para que ningún frente quede sin poder trabajar en forma continua”, remarca Fernández.

La expectativa es que mañana superen los dos kilómetros de caños recibidos.

Los ductos primero se van instalar sobre la faja pública y luego se avanzará sobre dos tramos privados, para lo cual OSE ya tiene un acuerdo y una autorización, agregó Fernández.

Además, se prevé para el tramo final que se conecta con la represa de Belastiquí, unir los caños brasileños con otros de polietileno de alta densidad (PEAD) de Argentina. Estos son de 1.200 milíme-tros, igual que los caños brasi- leños. OSE compró seis kilómetros de ductos de 14 metros de largo, complementarios, por US$ 5.131.000.

El gobierno facilitó los “trámites de transporte internacional y de ingresos de los caños”, como anunció Presidencia, mientras que los embajadores uruguayos en Brasil y Argentina iniciaron tratativas con las empresas para agilizar la entrega.

Una vez que los caños estén instalados y el agua comience a fluir de un curso a otro, el objetivo es aportar a Aguas Corrientes 8.000 metros cúbicos (m3) por hora. Si funcionara las 24 horas, como prevé OSE, se llegaría a 192.000 m3 por día. Esto es poco menos de la mitad de la demanda diaria de la zona metropolitana, unos 500.000 m3 hasta ayer.

Para el movimiento diario de agua, OSE instalará cinco motobombas sobre el río San José a la altura de Paso Valdez, que ya están disponibles en el país y funcionan con combustible. Fernández explica que estos equipos permitirán retirar agua del río San José y llevarla hasta el Santa Lucía.

Consultado sobre por qué se decidió incluir dos tipos de cañería, Fernández sostiene que es necesario tener “más de un proveedor” porque si alguno se atrasa con la entrega pueden generarse dificultades y hay que “terminar la obra en plazo”.

Esta previsto ya que si faltan caños brasileños, se instalen más ductos argentinos, que miden el doble que los brasileños y tienen características similares.

Los caños argentinos ya comprados se prevé instalarlos sobre el paraje Belastiquí, explicó Fernández: “Vamos a tener la superposición en algún momento de caños de fundición y de PEAD, con lo cual vamos a poder seguir aumentando la velocidad de colocación de la tubería”.

El plan es que el agua del San José se vaya “acumulando” aguas arriba de la represa de Belastiquí y que Aguas Corrientes la vaya “bombeando hacia su represa” para ser distribuida a la cuarta, quinta y sexta línea, del área metropolitana. Fernández fue el director de obra de la sexta línea, inaugurada en 2011, que costó US$ 70 millones.

Desde OSE remarcaron que si bien la tubería se hizo como una solución puntual, al ser una obra definitiva servirá como infraestructura ante posibles nuevos episodios en un futuro. En Presidencia creen que, tras las lluvias de la semana pasada, es esperable que la obra pueda terminarse a tiempo y no haya necesidad de aumentar exponencialmente los niveles de cloro y sodio en el agua.

Así fueron los niveles de sodio y cloruro ayer

En la tarde de ayer se emitió un nuevo informe de la Presidencia de la República sobre la calidad del agua. Respecto a los cloruros, se detalla que hubo un promedio de 731 mg/l en la línea de bombeo 4, de 717 mg/l en la 5 y 729 mg/l en la 6. El nivel máximo de cloruro autorizado por el MSP es de 720 mg/l. En cuanto al sodio, se registró un promedio de 438 mg/l en la línea de bombeo 4; 431 mg/l en la 5 y 437 mg/l en la 6. El máximo de sodio autorizado es de 440 mg/l.

Obra en Paso Campanario culminó y es clave

Además del trabajo que impulsa OSE para la instalación de una tubería de 13,5 kilómetros, la empresa estatal de agua avanzó con la construcción de una represa provisoria en el río San José, tal como se instaló en Belastiquí, pero aguas abajo del trasvase que se está construyendo. La obra tuvo un costo de $ 22.000.000 más IVA más $ 1.250.000 de BPS.

César Fernández, gerente de obras de OSE, dijo a El País que el viernes se culminó la represa en Paso Campanario. Este embalse, que implica el movimiento de tierra hasta generar un “obstáculo” que separe en dos el río, tendrá dos objetivos.

Por un lado, permitirá “independizarse” de la marea del Río de la Plata. Esto porque al no contar hasta ahora con un bloqueo, el nivel del San José subía o bajaba en función de ese río.

Además, este dique provisorio permitirá “acumular” el agua dulce aguas arriba del embalse, agrega Fernández. Esto será de utilidad para el futuro bombeo desde el San José aguas arriba hasta la represa en Belastiquí.

“Lo que está previsto es que el nivel del río San José empiece a levantar” con esta nueva obra. Con este flujo de agua dulce, más el volumen que tiene hoy el río, sumado a eventuales precipitaciones, lo que se busca es “bombear todo lo que se pueda de acuerdo a lo que la usina de Aguas Corrientes lo demande”, remarca el funcionario de OSE.

El presidente Luis Lacalle Pou visitó de sorpresa la represa en Campanario el viernes al mediodía, según supo El País.

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