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Historias de la Copa América: la razón por la que Uruguay eligió el rojo para su camiseta en el título de 1935

El máximo certamen contiental de selecciones tiene varios hechos que marcaron el desarrollo del torneo que se prepara para una nueva edición que se disputará del 20 de junio al 14 de julio en EE.UU.

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Lorenzo Fernández y José Nasazzi en la selección uruguaya
Lorenzo Fernández y José Nasazzi en la selección uruguaya.
Coloección "100 Años de Fútbol" (1969-1970)

Redacción El País
En el folklore del fútbol los equipos nacionales suelen estar asociados a un color: la Canarinha brasileña, la Azzurra italiana, la Roja española, Les Bleus franceses. Pero quizás en ningún lado el vínculo sea tan fuerte como el de la selección de Uruguay con el celeste: es la divisa oficial de todos los seleccionados, sea el deporte que sea.

Y sin embargo, una de sus conquistas continentales está pintada de rojo: fue cuando por razones de política deportiva se jugó con una camiseta de ese color.

El triunfo de Lima 1935, además, marcó la despedida por todo lo alto de la llamada “generación olímpica”, tres veces campeona del mundo (dos en Juegos Olímpicos, una en Mundial) y cuatro veces campeona de América.

Detrás del cambio de camiseta hay una larga historia. El resultado de la final del Mundial de 1930, con el triunfo de Uruguay sobre Argentina, provocó quejas del otro lado del Plata por un supuesto hostigamiento hacia sus jugadores durante el torneo. Cierta prensa argentina, entre el amarillismo y el nacionalismo extremo, echó leña a la hoguera y las relaciones deportivas se deterioraron. La situación incluso determinó que el Campeonato Sudamericano, que desde su origen se había disputado prácticamente todos los años, se paralizara, lo que aparte demostraba el peso de ambas asociaciones en el seno de la Conmebol.

Hasta que en 1935 el fútbol peruano quiso celebrar los 400 años de la ciudad de Lima con un Sudamericano “Extra”, como se designaba a los torneos donde no estaba en disputa la Copa América. Esa diferencia fue eliminada luego por la Conmebol y hoy todos los certámenes se cuentan con idéntico valor. La noticia de que uruguayos y argentinos concurrirían despertó el entusiasmo en Lima.

A esa altura, los viejos rivales jugaban con nuevos uniformes: Uruguay con camiseta roja y pantalón blanco, Argentina con casaca blanca y pantalón negro. Tradicionalmente se indicó que fue una medida para olvidar viejos rencores. Se estrenó en ocasión de su estreno en 1932, justamente ante Argentina, se había usado ya el rojo. Fue en un amistoso para recaudar fondos destinados a los atletas que competirían en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Sin embargo, hasta hoy no se ha encontrado la resolución oficial de la AUF sobre el cambio de camiseta.

La selección uruguaya campeona del Campeonato Sudamericano de 1935
La selección uruguaya campeona del Campeonato Sudamericano de 1935.
Álbum de figuritas publicado en 1936: "Campeones Sud Americanos y artistas del cine".

Muchas deudas de cara al Sudamericano de 1935

El Sudamericano se jugó en verano, como era la costumbre, con la participación de los locales, Chile y los dos rioplatenses. El escenario fue el antiguo Estadio Nacional, construido de madera en la zona limeña de Santa Beatriz (por eso a menudo aquel torneo es recordado como “el de Santa Beatriz”). En ese mismo lugar se inauguró en 1952 el actual Estadio Nacional.

Para llegar a Lima, la delegación uruguaya partió la Nochebuena de 1934 y arribó el 2 de enero del 35: primero tomaron el vapor de la carrera a Buenos Aires, luego un tren a Mendoza, cruzaron la cordillera e hicieron la travesía del Pacífico en un barco con escalas en Antofagasta e Iquique hasta llegar a El Callao, desde donde se trasladaron en tranvía a Lima.

El otro tema de controversias, aunque internas, era la renovación del seleccionado. Desde 1930 no había contado con actividad continuada, empezando por la decisión de la AUF de no concurrir a la Copa del Mundo de 1934, para devolverle a Italia el desaire de boicotear el Mundial en Montevideo. Solo hubo un puñado de amistosos y no muy exitosos: dos derrotas contra Brasil; cuatro derrotas, dos triunfos y un empate contra Argentina.

Todavía seguían cuatro veteranos de 1930: Enrique Ballestrero, José Nasazzi, Héctor Castro y Lorenzo Fernández. Era la columna vertebral del equipo, pero tenían estas edades: 29 años el arquero, 33 el legendario zaguero y capitán, 34 el bravo Lorenzo y 31 el popular Manco. Era mucha trayectoria para la época.

Los acompañaban varios nuevos valores, cuyo alcance todavía no se había medido en la alta competencia. Por ejemplo, Aníbal Ciocca, extraordinario entreala apodado Príncipe, que sería figura en el Nacional del Quinquenio de Oro También Braulio Castro, un puntero de Peñarol que dominaba tan bien ambas piernas que tiraba los corners con la derecha desde ese lado y con la zurda desde la izquierda. Además aparecía Marcelino Pérez, luego director técnico y periodista, con una larga etapa en El País (y padre de la colega Silvia Pérez).

El entrenador de aquel equipo que viajó sin demasiadas expectativas era Raúl Blanco. En la despedida, ante un Estadio Centenario repleto, solo se pudo empatar con la Liga Rosarina.

El inicio pareció dar razón a los pronósticos sombríos porque costó mucho ganarle a Perú por 1 a 0 el 13 de enero, con gol del Manco Castro. El día 8, se venció a Chile 2-1, con dos de Ciocca. Argentina, mientras tanto, se había impuesto con holgura a ambos rivales por 4-1.

Anuario del semanario Fútbol Actualidad de 1955
Anuario del semanario Fútbol Actualidad de 1955.
Foto: Archivo/El País

¡Uruguayo campeones!

Sin embargo, el 17 de enero los rojos ganaron el clásico del Plata, que como era tradición entonces cerraba el torneo, con un contundente 3 a 0, y se trajeron el título. Los tres goles llegaron en un primer tiempo arrasador: Taboada, Castro y Ciocca.

El equipo el día de la consagración estuvo formado por Ballestrero, Nasazzi, Agenor Muñiz, Erebo Zunino (Luis Denis), Lorenzo Fernández, Marcelino Pérez, Alberto Taboada, Aníbal Ciocca, Héctor Castro, Enrique Fernández y Braulio Castro.

Algunos historiadores aseguran que la expresión “garra celeste” nació con aquel triunfo. Quizás porque ese atributo compensó, por primera vez, la teórica superioridad futbolística del rival para obtener el título. En alguna medida eso hizo pensar equivocadamente durante mucho tiempo que con la garra y poco más alcanzaba para seguir ganando, lo que no fue así. Pero esas fueron polémicas muy posteriores.

¿Y qué pasó con la camiseta roja? A partir de la Copa América de 1937 se volvió a la celeste. En la década de 1990 la AUF decidió volver a la roja, pero como color de alternativa-. Se utilizó en algunos partidos ante clubes y en encuentros oficiales contra Argentina, hasta que se volvió a archivar.

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