REGIÓN

Producto de asumir un país en crisis y con múltiples problemas que atender, los ojos de la región y también de los mercados internacionales se han posado en Alberto Fernández, que si bien no lleva ni un mes como presidente de Argentina, ya ha dado variadas señales a sus observadores.

Desde Uruguay, aparte de la afectación del turismo producto de la imposición de un impuesto del 30% a las compras en el exterior de los argentinos, interesa ver qué actitud comercial tendrá el mandatario. Esto porque en el pasado los gobiernos kirchneristas tomaron medidas proteccionistas y hostiles con Uruguay, que fueron revertidas en parte por Mauricio Macri.

Donde sí puso el énfasis el jefe de Estado que culminó su mandato en diciembre fue en fortalecer al Mercosur, en línea con la visión aperturista que viene imponiendo Jair Bolsonaro desde que asumió en Brasil. La pregunta es: ¿Fernández continuará este camino o volverá a aplicar el manual kirchnerista?

“Se puede leer que se viene una Argentina más proteccionista. Las primeras señales confirman eso”, dijo a El País el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi. Mencionó que las primeras medidas de Fernández, como la limitación para el acceso a dólares o la vuelta de un esquema de control a las importaciones, “alejan a Argentina de las normas del comercio internacional” y tienen su motivo en que “necesita el apoyo de los sindicatos y el sector industrial”.

Por su parte, el analista Marcos Soto de Cibils Soto Consultores, apuntó en diálogo con El País que hubo otra medida de Fernández que pasó desapercibida y es “una señal contra el funcionamiento del Mercosur”. Luego de que en la cumbre de presidentes de principios de mes -a la que asistió Macri porque aún estaba en funciones- se acordara la eliminación de las tasas para las importaciones de la región que tienen Uruguay y Argentina, en la ley de emergencia que impulsó el nuevo gobierno del país vecino se incluyó una disposición para elevar ese impuesto al 3%.

Previamente, Macri lo había subido a 2,5% de forma provisoria hasta diciembre, argumentando que era una “medida espejo” a la que tomó Uruguay, que decidió en 2018 subir la tasa consular que pagan los productos importados.

Respecto a las negociaciones que lleva adelante el Mercosur, que logró este año y tras dos décadas de idas y vueltas acordar un tratado comercial con la Unión Europea (UE), Bartesaghi sostuvo que pueden correr riesgo. En principio, Fernández ha declarado que apoya con algunos reparos este acuerdo, que aún debe ser ratificado por los Parlamentos, pero el especialista de la Universidad Católica señaló que el gobierno argentino “podría decidir no seguir adelante con las negociaciones con Corea del Sur y Canadá” que está llevando adelante el bloque regional.

Bartesaghi advirtió que una decisión de este tipo o la aplicación de nuevas medidas proteccionistas, “pueden provocar una reacción de Brasil”, que podría implementar “medidas multilaterales o espejo y el único que perdería en ese caso es Uruguay, que no puede hacer nada” como respuesta.

Frente a esto, el experto en comercio internacional se preguntó “qué haría Uruguay”. Una opción que planteó, si ocurre “que los dos grandes del Mercosur dan señales unilaterales”, es abandonar el Mercosur y encaminar un tratado comercial con China, una idea que ya se analizó por parte del presidente Tabaré Vázquez pero que naufragó ante la negativa de los vecinos. Esto porque las normas del Mercosur obligan a negociar en bloque y no permite acuerdos individuales.

“Veo a un Brasil pensando más en el mundo y no en Argentina”, dijo Soto, quien no cree que Bolsonaro tome represalias contra la nación vecina, porque “está pensando en cómo se vincula con Estados Unidos o China”. Agregó que un desafío que buscará sostener el nuevo gobierno argentino es el saldo comercial favorable logrado con Brasil producto “de la devaluación y la caída de las importaciones”, algo que alcanzó luego de varios años.

La posibilidad de un enfrentamiento entre los vecinos es evaluada por el futuro canciller Ernesto Talvi, que tras ser designado dijo en entrevista con El País que el rol de mediador “es el que Uruguay debe jugar como país pequeño”, tratando “de conjugar los intereses de los países de la región, que pueden confluir”.