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Envejecimiento de la población: desafíos, ventajas y sugerencias para el caso uruguayo

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El 34% de adultos mayores a 65 años viven solos, según el Atlas de la Vejez. Foto: AFP

SEGURIDAD SOCIAL

Expertos en seguridad social afirman que es necesario y urgente hacer cambios estructurales.

Uruguay transita una transformación demográfica clave marcada por un proceso de envejecimiento de la población a raíz de la caída de la tasa de fecundidad y el aumento de la esperanza de vida, entre otros factores. Este fenómeno tensiona el sistema de seguridad socialen Uruguay y en el resto de la región de América Latina.

Por ello, diferentes especialistas en seguridad social afirman que es clave anticipar los cambios demográficos y prevenirlos de la mano de políticas públicas.

En el marco de la conferencia virtual Desafíos y oportunidades del envejecimiento poblacional en América Latina y el Caribe, organizado conjuntamente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial y el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), el jefe de Oficina de Unfpa en Uruguay, el sociólogo Fernando Filgueira afirmó que se necesitan cambios estructurales urgentes.

Filgueira: "lamentablemente enfrentamos una situación de cambios estructurales necesarios pero también urgentes".

A su entender, Uruguay transita la transformación demográfica “en un contexto de alta desigualdad socioeconómica, con un contrato de género ineficiente e ineficaz para combatir la desigualdad y con un contrato intergeneracional que no es sustentable”.

Para Filgueira, “lamentablemente enfrentamos una situación de cambios estructurales necesarios pero también urgentes dado el punto de partida del cual salimos, los cuellos de botella y nudos configuracionales en materia de desigualdad socioeconómica, de contratos de género y de contrato intergeneracional” que tiene el país.

SEGÚN FERNANDO FILGUEIRA

Sugerencias para liberar tensión del sistema

Filgueira presentó algunas opciones para liberar las tensiones que enfrenta el sistema de seguridad social debido al aumento de la población adulta mayor y a la disminución de la población joven.

Entre las sugerencias el especialista planteó disminuir el consumo agregado de la sociedad, incrementar el tiempo de trabajo remunerado de las personas (en juventud o vejez) y aumentar tanto el uso de los factores productivos y la productividad de las personas en edad activa presente y futura. Es decir, “de aquellos que ya están empleados, incorporando al mercado laboral a quienes no están trabajando en forma remunerada”, explicó Filgueira.

Además, planteó que es clave la incorporación de la mujer en el mercado laboral. Señaló que a nivel inter temporal “se hace necesaria una fuerte inversión en los niños y adolescentes”, así como también acotar y generar sistemas de transferencias a la vejez sustentables y equitativos intergeneracionalmente.

Por otra parte, el jefe de Oficina de Unfpa en Uruguay insistió en la importancia de las nuevas dinámicas familiares por el efecto que tienen en el sistema de seguridad social. En este sentido, Filgueira presentó datos que reflejan que “las revoluciones en los arreglos familiares se están desarrollando de una forma marcadamente estratificada”.

Según explicó el sociólogo, así como el Estado “es clave en su fiscalidad en las transferencias intergeneracionales, las familias son el otro elemento clave porque es por donde operan las transferencias intergeneracionales en materia privada”.

“Es cierto que la demografía nos gana y lo hace siempre, pero la pregunta es si nos gana cuatro a cero, seis a cero, uno a cero, dos a uno o al final por penales. Lo ideal, apelando a la tradición uruguaya es que es mejor ir perdiendo uno a cero que cuatro a cero”, señaló.

El seminario contó también con la participación del director de Celade-Cepal, Paulo Saad, el economista para Protección Social del Banco Mundial, Ignacio Apella y fue moderado por la doctora en Economía y profesora de la Universidad de la República, Marisa Bucheli.

De acuerdo con Bucheli, si bien el envejecimiento de la población es positivo porque es un proceso que acompaña el crecimiento y la mejora de los niveles de vida, “tiene desafíos en los cuales tenemos que trabajar”.

Según indicó la académica, las mayores presiones vienen por el lado de cómo proveer pensiones, cómo garantizar la manutención de adultos mayores que no van a estar trabajando dentro de unos años, y por otro lado, la presión que se produce sobre los sistemas de salud y sistemas de cuidados, es decir, cómo el país garantizará coberturas y servicios de buena calidad.

Homeless  Foto: Pixabay
La economista Marisa Bucheli remarcó la importancia de combatir la desigualdad en América Latina. Foto: Pixabay

Para la economista hay dos temas fundamentales en el proceso. Por un lado, las desigualdades que enfrenta América Latina y por otro lado, los cambios en los arreglos familiares y la conformación de los hogares.

Sobre el primer tema, Bucheli señaló que las desigualdades del continente latinoamericano “son elevadas en comparación con otros países” y afirmó que se van acumulado durante la niñez y la vida activa, por lo que “cuando las personas llegan a la edad de retiro, acumularon desigualdades y eso va a repercutir en la calidad de vida durante la vejez”, comentó.

A su entender, “pueden llegar contingentes de personas y pueden ser parte importante de la población, que no van a llegar con niveles de ahorro suficientes” para enfrentar la vejez y la inactividad laboral. Según Bucheli, “no solamente tenemos que pensar en ese futuro que un día va a llegar sino en cómo acompañar todo este proceso para que después no se trate simplemente de compensar problemas que ocurrieron durante la vida activa”.

Filgueira: si el envejecimiento "nos condena a una trampa de ingresos medios y bajos, entonces habremos fracasado”

En relación al segundo tema, la economista explicó que “hay una caída importante en los hogares extendidos”, es decir que el hecho de que las personas de diferentes generaciones vivan juntas “obviamente afecta” al sistema. Además, señaló otros cambios que afectan como por ejemplo el aumento de las separaciones, el incremento de la diversidad de las parejas y los cambios de roles de género.

“Todo esto también tenemos que ir acompañándolo. Van a llegar mujeres en los próximos años que van a tener bajos niveles de ahorro porque tomaron el costo de los cuidados”, indicó Bucheli y añadió que si bien son “problemas a atender”, Uruguay tiene la oportunidad y la ventaja de poder anticiparse a esos cambios.

Por su parte, Filgueira admitió que es pesimista en torno a cómo se enfrenta este proceso de transición demográfica, dado que entiende que “no hay avances en tres contratos clave que deberían modificarse en la región para poder enfrentar las etapas que vienen en forma mejor”.

y para américa latina

Los 6 elementos claves pero complejos para Uruguay

Para el sociólogo Filgueira hay seis elementos que son fundamentales pero que tanto en Uruguay como en el resto de la región latinoamericana “presentan una configuración sumamente compleja”.

El primero refiere a la importancia de que la fecundidad no colapse y no descienda a niveles extremadamente bajos de un hijo por mujer. En segundo lugar que esa fecundidad no esté compuesta por valores polares en la estratificación, es decir que no sea 0,5 hijos por mujer en las clases medias altas y sea de dos hijos por mujer en las clases medias bajas.

“Es que si la reproducción biológica la hacemos en los sectores que tienen menor inversión en capital humano, va a ser más complejo luego tener mayores niveles de productividad”, señaló Filgueira.

El tercer elemento refiere a tener altas tasas de participación laboral femenina y el cuarto aspecto es que esa participación no se componga de niveles muy altos de participación de mujeres de quintiles de ingresos altos y bajos en los niveles educativos y de ingresos bajos.

El quinto elemento refiere a disminuir la pobreza infantil. “Si nosotros condenamos a una alta proporción de nuestros niños a sufrir el estrés alimenticio y emocional que constituye la situación de pobreza, sabemos que las posibilidades de generar un capital humano mañana mayor y más productivo, es menor”, explicó el sociólogo.

Por último, el sexto elemento es que esa pobreza en la infancia “sea mejor como tasa relativa que la pobreza en la población general'', concluyó Filgueira.

Esas tres dimensiones clave son: un contrato socioeconómico de desigualdad, un contrato de género y un contrato intergeneracional sustentable.

“Este proceso de envejecimiento posee claves de clase y de género que son importantes para entender la naturaleza de los problemas que enfrenta la región. El envejecimiento debe ser entendido como un logro civilizatorio derivado de mayor longevidad, pero el envejecimiento es también un test civilizatorio. Si el logro se convierte en tragedia, si nos condena a una trampa de ingresos medios y bajos, entonces habremos fracasado”, afirmó Filgueira.

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