Uruguay es “pionero” en la implementación de esa agenda, subrayó Emaldi, al destacar el trabajo del país para “descarbonizar la matriz (energética) desde hace muchos años”. De hecho, UTE tiene a la descarbonización como uno de sus ejes estratégicos para el período 2020-2024. La primera transformación energética impuso la generación eléctrica a partir de fuentes renovables, que hoy aportan hasta el 98%. Una segunda fase de este proceso, sostuvo Emaldi, tiene que ver con la optimización de la energía a través de la movilidad eléctrica, usos a nivel domiciliario y productivo, así como la apuesta al hidrógeno verde.

Este escenario implicará un incremento “muy significativo” de la demanda energética a futuro. Por esa razón, UTE está aplicando una estrategia a 2050 que sea capaz de satisfacer esa necesidad.

Un pilar de ese plan es la expansión de la generación de energía eléctrica a partir de 2028. Para ello, se instalarán parques solares fotovoltaicos, que sumarán 230 megavatios (MW) a la red, y aportarán un “balance óptimo” al complementarse con la energía eólica, afirmó Emaldi. “En Uruguay tenemos unos 1500 MW de eólica, que básicamente se producen en la noche porque es cuando en general hay más viento; y lógicamente la generación solar fotovoltaica ocurre durante el día”, explicó.

UTE instalará su primer parque solar fotovoltaico de mayor porte este año en Punta del Tigre (San José), el cual tendrá una capacidad de 30 MW. “Va a ser un proyecto piloto donde UTE va adquirir la experiencia de lo que implican las obras de instalación de un parque solar y después sobre el rendimiento futuro, porque va a ser la base de la expansión del sistema eléctrico uruguayo”, señaló Emaldi.

A su vez, el fortalecimiento de los sistemas de transmisión y distribución de energía permitirá transportar la demanda adicional que se genere a futuro. Así, por ejemplo, las redes podrán abastecer el consumo familiar y también la carga de los vehículos en el hogar.

UTE también prevé la incorporación de baterías de gran escala, que permitan cumplir con la demanda energética ante las variaciones que sufren las fuentes renovables por factores climáticos.

En una mirada más inmediata, UTE sigue incorporando vehículos eléctricos a su flota. A las 95 unidades con las que hoy cuenta, mayoritariamente utilitarios, prevé sumar camiones eléctricos en reemplazo de los modelos a combustión.

La idea es también “apoyar todos los planes que a nivel nacional se están desarrollando”, aseguró Emaldi. En esa línea, mencionó el plan “Subite” que promueve la Dirección de Energía con foco en cinco departamentos del norte del país para la compra de 1.000 motos eléctricas y 100 triciclos eléctricos, con el apoyo de un 10% de la inversión. En este caso, UTE da un beneficio para que los dos primeros años del consumo de estos vehículos vaya por cuenta del ente.

Así, la estrategia energética se afina con vistas a un futuro más eléctrico.