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Bolsonaro afianza su alianza con EE.UU: "Ahora somos amigos"

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El Mercosur "seguirá siendo una prioridad" en el gobierno de Bolsonaro. Foto: AFP

Nuevo gobierno en Brasil

Acordaron trabajar para cambios en Cuba, Nicaragua y Venezuela, la “troica de la tiranía”.

Jair Bolsonaro destinó su primer día como presidente de Brasil a afianzar su alianza con Estados Unidos, que espera tenga fuertes consecuencias en la región.

"Ha habido una larga tradición en Brasil de elegir presidentes que por alguna razón eran enemigos" de Estados Unidos, dijo Bolsonaro a periodistas estadounidenses tras reunirse con el secretario de Estado Mike Pompeo. "Ahora es todo lo contrario, somos amigos", celebró el nuevo presidente brasileño.

Los últimos gobiernos del Partido de los Trabajadores de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), por cuestiones ideológicas mantuvieron distancia con Estados Unidos.

El nuevo canciller brasileño, Ernesto Araújo, también se reunió ayer con Pompeo, a quien le dijo que los dos países trabajarán juntos "por un orden internacional diferente". Brasil "se está realineando consigo mismo, con sus propios ideales", rompiendo con décadas de búsqueda de equidistancia de las grandes potencias y de refuerzo de las relaciones Sur-Sur, dijo Araújo.

Pompeo, que ayer miércoles tras el encuentro con Bolsonaro siguió viaje a Colombia, dijo que el presidente Donald Trump "está muy complacido" con la asociación que ambos países están "empezando a desarrollar".

Del encuentro entre Pompeo y Araújo surgió el compromiso de construir una "asociación mucho más intensa" entre sus países y a luchar juntos contra "regímenes autoritarios", como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

"Al venir a Brasil, pude atestiguar una transición pacífica del poder. Hay pueblos que no tienen esos derechos, como los de Venezuela, de Cuba y de Nicaragua. Vamos a trabajar contra esos gobiernos autoritarios", afirmó Pompeo, sin entrar en detalles.

El consejero de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, que visitó a Bolsonaro en noviembre en Río de Janeiro, suele llamar a esos tres países la "troica de la tiranía".

El canciller brasileño dijo que la nueva relación con Estados Unidos es consecuencia de un "realineamiento interno de Brasil". Consultado sobre si esta relación con el gobierno de Trump podría representar riesgos comerciales con otros países —en alusión indirecta a China— indicó que "un país grande no necesita renunciar a sus ideas para crear oportunidades económicas".

Durante la campaña, Bolsonaro acusó a China, principal socio comercial del país seguido por Estados Unidos, de estar "comprando a Brasil".

Aliados regionales.

Además de atar su alianza con Estados Unidos, Bolsonaro espera tener dos socios en la región para incidir en la política exterior latinoamericana: Argentina y Colombia, ambos muy críticos de los gobiernos en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Bolsonaro afirmó en mensajes en Twitter que envió ayer a sus homólogos argentino, Mauricio Macri, y colombiano, Iván Duque, que Brasil caminará junto con Argentina y Colombia.

Los mensajes, escritos en español, fueron respuesta a los que los mandatarios de esos países, ausentes el martes en la ceremonia de investidura de Bolsonaro —a la que sí asistió Tabaré Vázquez—, enviaron para felicitar al nuevo presidente de Brasil. "Presidente Duque, Brasil camina junto a Colombia. Muchas gracias por la consideración", afirmó Bolsonaro en su mensaje a Duque, quien un día antes había dicho que esperaba que ambos países "trabajaran activamente por la región promoviendo valores democráticos, así como en el fortalecimiento de las relaciones políticas, económicas y culturales entre los dos países".

En su mensaje de agradecimiento a Macri, Bolsonaro aseguró que, "sin duda, Brasil y Argentina van a caminar juntos en direcciones diferentes a las pasadas por los últimos gobiernos", en referencia a las administraciones de Cristina Kirchner en Argentina y de Lula y Rousseff en Brasil.

Bolsonaro y Macri acordaron reunirse el 16 de enero en Brasilia.

Pacto migratorio.

Pero no solo en el plano comercial y político se reflejará la nueva alianza de Brasil con Estados Unidos. Ayer Bolsonaro le confirmó a Pompeo que Brasil abandonará el pacto sobre migraciones consensuado en el marco de la ONU, al que se opone la administración Trump.

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular fue ratificado el mes pasado en la Asamblea General de la ONU por 152 países, entre los que se incluyó el propio Brasil, aún gobernado entonces por el ahora expresidente Michel Temer.

Uno de los países que rechazó adherir al pacto fue precisamente Estados Unidos, cuyo Gobierno consideró que ese tratado impone o podría imponer normas que pudieran afectar su soberanía, las mismas razones que esgrime Bolsonaro para excluir a Brasil.

Mercados en alza por Bolsonaro

La Bolsa de San Pablo acogió con optimismo la llegada del gobierno de Jair Bolsonaro y cerró con un nuevo récord histórico su primera sesión tras la investidura del martes.

El índice Ibovespa concluyó con un alza del 3,56%, a 91.012 puntos —superando por primera vez los 90.000 al cierre—, poco después de que el ministro de Economía Paulo Guedes señalizara que la estratégica reforma de las jubilaciones, ampliamente esperada por los mercados, podría llevarse a cabo rápidamente.

El optimismo de esta primera sesión se contagió también al real, que se fortaleció frente al dólar y cerró cotizado a 3,80 unidades por billete verde.

El PIB de Brasil se derrumbó un 3,5% tanto en 2015 como en 2016, mientras que en 2017 registró un tímido crecimiento del 1%.

La expectativa inicial del gobierno saliente de Michel Temer era que en 2018 el despegue se consolidara, con un aumento de alrededor del 3%, pero las últimas proyecciones oficiales acabaron reduciéndose al 1,4%.

Primeras medidas polémicas

El gobierno de Jair Bolsonaro resolvió en su primer día en funciones traspasar al ministerio de Agricultura la demarcación de las tierras indígenas, una medida que desató las críticas de organizaciones indigenistas y de defensa del medio ambiente.

Una ordenanza para definir la estructura y funciones del Ejecutivo dispuso además que las organizaciones internacionales y las no gubernamentales (ONG) serán supervisadas por la Secretaría del Gobierno, dependiente de la Presidencia.

También excluyó a la población LGBT como beneficiaria de las políticas destinadas a la promoción de derechos humanos del recién creado Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos.

"Más del 15% del territorio nacional es demarcado como tierra indígena y quilombola (poblados por exesclavos fugitivos). Menos de un millón de personas viven en esos lugares aislados de Brasil, explotadas y manipuladas por ONG. Juntos vamos a integrar a esos ciudadanos y a valorar a todos los brasileños", tuiteó Bolsonaro reforzando su decisión. Según la ordenanza publicada la noche del martes, el ministerio tendrá a cargo lo relacionado con "la reforma agraria, la regularización de la propiedad en áreas rurales en la Amazonía.

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