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En solo siete días, alteró las normas, sin respiro

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Si otros residentes en la Casa Blanca querían que los juzgaran por sus primeros cien días en el cargo, el presidente Donald Trump parece decidido a que lo juzguen por sus primeras cien horas. Ningún presidente en los tiempos modernos, y quizás en la historia, comenzó con una andanada de medidas en tantos frentes en tan poco tiempo.

El enfoque basado en la acción, reflejó la idea de un hombre de negocios de cómo debe funcionar el gobierno: emitir decretos y hacer las cosas. Mientras la sucesión de disparos rápidos de decretos sobre el sistema de salud, comercio, aborto, ambiente, inmigración, seguridad nacional, vivienda y otras áreas suscitó el apoyo de los estadounidenses que quieren que Trump sacuda a Washington DC, también reveló que hay un proceso de toma de decisiones, a veces indisciplinado, que puede o no alcanzar las metas fijadas.

En la campaña electoral, Trump hizo gala de que no tiene experiencia de gobierno y, en su primera semana en la Casa Blanca, eso a veces lo mostró. Decretos fueron firmados sin tener la opinión de los organismos públicos que afectarán. Ideas sobre políticas a aplicar fueron delineadas y horas después retiradas. Se programaron reuniones y actos públicos, que después fueron cancelados. Asesores del presidente tomaron decisiones sin decírselo al resto. El presidente planteó una investigación sobre los votantes registrados en varios estados, sin advertir que la misma incluiría a su jefe de estrategia, al secretario de Prensa, al secretario del Tesoro, a su hija y su yerno.

Y, el Congreso, con frecuencia, pareció quedar en segundo plano.

Cualquiera hayan sido los tropiezos, Trump expresó satisfacción con el debut de su presidencia, y la Casa Blanca difundió una lista de logros bajo el título La primera semana de acción del presidente Trump. El mensaje para el público es que la política de siempre se terminó y que el nuevo presidente, con energía, está reconstruyendo el país.

Thomas Barrack Jr., un amigo de muchos años de Trump que encabezó la comisión de asunción, dijo que los logros del presidente han sido "meteóricos". "Hizo exactamente lo que prometió", indicó Barrack. "Ha dado resultados a un ritmo más rápido que cuaquier otro presidente en la historia".

Con la esperanza de ajustar el proceso, el estratega jefe, Stephen K. Bannon y el yerno y asesor principal, Jared Kushner, forman lo que se denomina el Grupo de Iniciativas Estratégicas, un mini think tank dentro de la Casa Blanca, compuesto de analistas capaces de abordar temas a gran escala como la ciberseguridad. El grupo tendrá una docena de estrategas y ayudará a centralizar la definición de políticas en algunos temas por parte de Bannon y Kushner. El jefe de Gabinete, Reince Priebus, quien conoce bien el ambiente de Washington y trabaja en coordinación con los dos, manejará la operativa diaria de la presidencia, de acuerdo con lo que indicó una persona involucrada en la planificación.

Kushner surge como la figura más importante de la Casa Blanca, después del presidente. Le ha indicado a varias personas que casi todos los temas "pasan por mí", según dos personas que tienen conocimiento directo de la situación. Intentó limitar la influencia de la asesora Kellyanne Conway, pero ésta siempre es escuchada por Trump.

La influencia de Bannon, quien dirigió un sitio web de noticias y opinión conservador, ha crecido como lo reflejan las decisiones de la primera semana, varias de las cuales ayudó a definir. Priebus todavía lucha por estar al tanto de todo, pero no siempre lo ha logrado. Los problemas del secretario de Prensa, Sean Spicer son interpretados como golpes eventuales contra Priebus, quien lo incorporó desde el Comité Nacional Republicano.

Trump siempre ha disfrutado de su papel de alterador y por ahora siente un impulso.

El viernes, en televisión, Kellyanne Conway dijo que Trump llegó a Washington no siendo político y por tanto, le resulta fácil cumplir sus promesas de la campaña. "Presidente de alta energía y alto impacto", escribió Conway en Twitter. "Washington se ajusta".

También lo hace el presidente.

THE NEW YORK TIMES

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