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Estrés oxidativo del semen: la causa que podría explicar la infertilidad masculina

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infertilidad masculina

CIENCIA

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Udelar advierten sobre la disminución de la calidad del semen y la salud reproductiva del hombre uruguayo

Rossana Sapiro está lejos de ofenderse por los chistes sobre su trabajo. Ya sabe que, cada vez que habla sobre sus estudios como investigadora y profesora agregada del Departamento de Histología y Embriología de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar), tendrá que leer una catarata de tuits y comentarios socarrones en la radio. ¿Uno de los últimos? “Escuché que el semende Cavani es el mejor para preservar. A mí me da gracia”, dijo a El País.

Para ella el humor que causan los temas desalud reproductiva masculina solo confirma una cosa: “Los hombres no se dan cuenta que ellos también tienen problemas”.

De todas las causas de infertilidad, las que corresponde directamente al hombre rondan el 40% de los casos. Hay un 40% que concierne a la mujer y un 20% que involucra a los dos sexos.

Así que, con bromas o sin ellas, Sapiro es tajante: “Biológicamente hay que investigar más, diagnosticar más y tratar mejor los problemas reproductivos masculinos”.

Esperma de menor calidad.

El chiste sobre Edinson Cavani o, mejor dicho, su consideración como el portador del “súper semen uruguayo”, vino a raíz de un reciente trabajo publicado por Sapiro y sus colegas Rosa-Villagrán y Carlos Riso del Departamento de Histología y Embriología y Natalibeth Barrera y José Montes del Laboratorio de Andrología del Laboratorio de Análisis Clínicos de Fertilab en la revista Basic and Clinical Andrology. Este analiza la pérdida de calidad espermática en las últimas tres décadas en uruguayos de 22 a 36 años que donaron voluntariamente semen a Fertilab.

Lo que se encontró fue una “disminución en la concentración” de espermatozoides por mililitro de semen y “un aumento de volumen” que, según la especialista, no compensa lo anterior.

También se observaron alteraciones en la morfología espermática “las cuales son un buen predictor general de la fertilidad”. Esta se redujo casi a la mitad.

La disminución en cuestión es “un poco menos de un millón de espermatozoides por año”, es decir, 1%. En esos 30 años se partió de un promedio de 95 millones de espermatozoides por mililitro y se llegó a unos 75 millones. La cantidad sigue siendo “buena” puesto que está dentro de lo considerado saludable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero Sapiro lee este resultado como “una advertencia” por varias razones. Una es porque las muestras analizadas pertenecían a hombres jóvenes y sanos. Otra cosa es si se trata de individuos con hábitos como tabaquismo, con sobrepeso y obesidad o consumen alcohol o drogas de forma regular.
“No sabemos si el impacto a largo plazo es mayor. Es una advertencia de que el hombre debe ser estudiado también en los casos de infertilidad o en los casos en que su vida reproductiva esté en juego”, señaló.

Todavía se desconoce, además, la incidencia de agentes ambientales como, por ejemplo, el bisfenol A (BPA), un compuesto industrial que se usa en la producción de plásticos y resinas. En este sentido, un estudio de investigadoras del Instituto Pasteur de Montevideo observó que una exposición temprana al BPA puede afectar la salud reproductiva en adultos.

Hay otros perturbadores endócrinos como los químicos en los protectores solares bajo estudio.“Los humanos estamos sometidos a muchos factores ambientales al mismo tiempo y no podemos controlarlos todos. No podemos poner un hombre individualmente alejado de todos los plásticos o contaminantes que pueden estar afectando su sexualidad, pero sí podemos tener esos modelos para los estudios y crear consciencia de que la fertilidad y la reproducción es una cosa de todos. Se necesitan dos para tener un hijo”, reflexionó Sapiro en diálogo con El País.

Esperma
Foto: Pixabay

Estrés oxidativo en el semen.

El Departamento de Histología y Embriología trabaja con la siguiente hipótesis: la infertilidad masculina podría explicarse por el estrés oxidativo en el semen. Los investigadores, a cargo de Sapiro, estudian la función de las mitocondrias de los espermatozoides en un modelo de ratón.

“Estamos buscando índices que ayuden a los elementos de diagnóstico clásicos a través del espermatograma para identificar mejor la biología del espermatozoide. No sabemos por qué baja el recuento ni por qué a veces se altera la morfología”, explicó la doctora.

Saber la causa, por ejemplo, por la presencia de un cuadro de varicocele (entendido como el agrandamiento de las venas dentro del escroto), “es una excepción”.

La experta relató: “En la reproducción asistida hay un método que se llama inyección intracitoplasmática de espermatozoides. Se elige el espermatozoide (se selecciona el más rápido y con una morfología normal) y se inyecta en el ovocito. Pero se han visto que hay muchas fallas y no se sabe porqué no fecundan. Nosotros estamos tratando de contribuir a entender porqué el espermatozoide a veces no funciona y por qué en el espermatograma no salen parámetros malos y no sabés cuál es la causa”.

Sapiro no quiere que el mensaje se pierda entre los chistes que sabe que hoy leerá y escuchará por ahí: los hombres tienen una esperanza de vida menor a la mujer, durante su vida reproductiva no van al médico y, en general, consultan menos a un profesional. “Si no es por el carné de salud, un joven no va al médico”, indicó. Por otra parte, todavía está instalada la idea de que la infertilidad de una pareja es responsabilidad de la mujer cuando el porcentaje es el mismo para los hombres.

“La visión androcéntrica ha perjudicado al hombre. Es un concepto que hay que cambiar para mejorar su salud”, afirmó.

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